Biografía de José Hernández, y sus obras

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En el orden de la literatura, resulta necesario referir la biografía de José Hernández, un hombre notable, ingenioso y de mente brillante, por lo que destacó en su tiempo en el campo intelectual de la narrativa, incluyendo la lírica, periodístico, político y militar. Padre de la grandiosa obra El gaucho Martín Fierro.

Biografía de José Hernández

Biografía de José Hernández, poeta argentino

Como se prometió, hoy se estará refiriendo la biografía de José Hernández, oriundo de Chacras de Perdriel del 10/11/1834 y parte físicamente en Buenos Aires, un 30/10/1886. Destacado militar, periodista, poeta y político argentino, quien además alcanzó el reconocimiento mundial gracias a su obra maestra y máxima obra gaucha Martín Fierro.

Luego de su incursión como militar en pro de la independencia de Buenos Aires, por los años 1852 y 1872, llevó a cabo una gran obra en el periodismo, combatiendo el predominio de la ciudad de Buenos Aires en la organización de su país. Asimismo, durante un tiempo convulsionado políticamente, se mantuvo fiel sobre que las provincias no debían estar unida al gobierno bonarense.

Estuvo en Paraná a partir de 1857, donde vivió de forma alterna en dicha ciudad, en Corrientes, Rosario y Montevideo, previo a su retorno a Buenos Aires. Fue miembro de las rebeliones finales federales, a cargo de Ricardo Jordán, donde su primera acción culminó para 1871 con la caída de los gauchos, así como el exilio de Hernández en Brasil.

Una vez regresó a su país Argentina en 1872, persistió en su enfrentamiento desde las trincheras del periodismo, donde además, lanzo la emblemática primera parte de su máxima literaria, El gaucho Martín Fierro. Asimismo, fue por medio de su trabajo poético que logró mucha resonancia con sus propuestas, así como su valioso aporte a la causa gaucha.

Según la biografía de José Hernández, este a la par de la continuidad de su obra, La vuelta de Martín Fierro (1879), conforman un lírica popular. Por ello, es que se valora como la obra emblemática o representativa de las letras en argentina. Luego de ello, ocupó diversos puestos en la diputación y senado provincial de Buenos Aires.

Biografía de José Hernández

En su puesto último cargo, se encargó de defender la federalización de Buenos Aires, tal como se recuerda en su memorable alusión en franca oposición a Leandro N. Alem. Además de ello, también fue un férreo defensor de la mujer, y condenó siempre la violencia contra la misma; inclusive escribió algunas frases maravillosas sobre las féminas, una muestra es la siguiente oración: sólo los cobardes son valientes con sus mujeres.

Infancia

Otro de los aspectos a considerar de la biografía de José Hernández, es si infancia, la cual transcurrió en la región de origen, en Pueyrredón, hoy conocida como Villa Ballester Oeste, localidad General San Martín, una zona jurisdiccional de Buenos Aires, en una villa de su tía Victoria Pueyrredón, de allí el nombre de la región.

Es descendiente del también llamado Rafael Hernández esposo de Isabel de Pueyrredón, prima de Juan Martín de Pueyrredón. Su acta bautismal señala que data del 27/07/1835, actualmente Basílica de la Merced, otrora denominada Catedral del Norte. Además de él, contaba con 2 hermanos, Rafael y Magdalena.

Además de ello, según los datos de la biografía de José Hernández, era primo en segunda línea sanguínea del pintor Prilidiano Pueyrredón, además de sobrino en la misma línea de Juan Martín de Pueyrredón. De tal forma que el apellido Pueyrredón, suponen una familia de identidad unitaria, en tanto que los Hernández participaban en el federalismo; de hecho, uno de sus tíos pereció en la contienda de Caseros, bajo el mando de Juan Manuel de Rosas.

También se conoce, que sus progenitores eran viajeros frecuentes hacia sus propiedades que estaban al sur de Buenos Aires, dejando por tanto al pequeño José bajo el cuido de su tía Victoria, tanto estaba con su tía que la llamaba Mamá Toto.

Para 1840 los Pueyrredón, percibiendo la amenaza de la Mazorca, que era el músculo armado del rosismo, se vieron obligados a refugiarse en Montevideo, dejando al chico bajo el cuidado de su abuelo paterno, José Gregorio Hernández Plata, quien tenía una villa en Barracas, sobre el Riachuelo.​

Realizó sus estudios secundarios en el Liceo Argentino de San Telmo, bajo la dirección de Pedro Sánchez, por el período de 1841 y 1845, donde además realizó diversas actividades formativas, algunas de las cuales bajo el tutelaje y reconocimiento del director Sánchez de su capacidad y conducta. Dentro de tales actividades destacan:

  • Lecto escritura.
  • Religión cristiana.
  • Historia antigua Romana y de España.
  • Aritmética.
  • Dibujo.
  • Gramática castellana.
  • En 1845 se agregaron cursos de francés.
  • Geometría.
  • Geografía.

Refiere también la biografía de José Hernández, que su madre fallece en 1843. Además el pequeño José tenía problemas en el pecho, debiendo ser tratado médicamente con la prescripción de cambio de clima, obligando a que para 1846 dejara los estudios, para partir a las pampas.

Partió con su padre, quien trabajaba como mayordomo en la residencia del gobernador Rosas en la región de Camarones y Laguna de los Padres. Fue de este modo que entró en contacto con los gauchos, donde aprendió a andar a caballo así como las demás tareas que éstos hacían.

En esta etapa también, sustentaron sus profundos saberes sobre la vida rural y del amor por el paisano que mostró en cada acto de su vida. En esta época también pudo tener una perspectiva directa sobre la realidad del campesino, donde fue capaz al mismo tiempo de capturar el sistema de valores, lealtad y habilidad existente y que hermanaba la sociedad rural.

Biografía de José Hernández

Vida familiar

Como bien se señaló, y afirma la biografía de José Hernández, fue el descendiente de Rafael Hernández e Isabel de Pueyrredón, prima primera de Juan Martín. Fue hermano de Rafael y Magdalena Hernández y Pueyrredón. Estos clanes familiares, tanto los Hernández como los Pueyrredón,  apellidos ampliamente conocidos en el país.

Los Hernández eran parte y simpatizantes de la corriente federalista, mientras que los Pueyrredón, tenía una filiación unitaria. De igual forma, como un evento resaltante se tiene, que uno de sus tíos partícipe y pereció en una de las contiendas civiles argentinas, bajo la dirección de Juan Manuel de Rosas.

Sus progenitores visitaban frecuentemente las propiedades que tenían al sur de Buenos Aires, por lo que el pequeño José permanecía bajo el cuidado de su querida tía Victoria o mamá Toto, como solía llamarla.

Cuando tenía 7 años, sus padres lo dejaron al cuidado de su abuelo paterno, pues estos debieron partir a Montevideo por las amenazas propinadas a la familia por parte de la Mazorca, es decir, los leales militares del rosismo.

Con 9 años, fallece su madre y debe partir con su padre a la provincia de Buenos Aires gracias a una patología bronquial, debiendo buscar otros aires por indicación médica. Estando en esta región entre otras muchas habilidades que obtuvo, compartió con los nativos y fue con estos a las volteadas. Se convirtió en gaucho.

Una vez muere su padre en 1857, parte a la localidad de Paraná. Donde conoce a Carolina González del Solar y se casa en 1859, tiempo este donde contaba con 27 años. Con ella tiene una abundante descendencia de 8 hijos, mayoritariamente de mujeres, a saber:

  • Isabel Carolina Hernández González del Solar (1865).
  • Manuel Alejandro (1866).
  • María Mercedes (1867).
  • Margarita Teresa (1871).
  • Juan José y María Sofía (1876).
  • María Teresa (1877).
  • Carolina (1879).​

Para el año de 1878, a fin de mantener a su numerosa familia trabajó en diversas actividades como comerciante en la compra-venta de campos en la calle Tacuarí y de su empresa particular, un librero llamado Librería del Plata, en la calle Tacuarí 17.

Carrera militar

Otro de los aspectos reflejado en la biografía de José Hernández, también fue parte de las fuerzas militares de su país, al poco tiempo de la Batalla de Caseros. Sirvió bajo la dirección de Pedro Rosas y Belgrano así como de Faustino Velazco, estuvo presente en 1853 en la represión del alzamiento del coronel Hilario Lagos contra Valentín Alsina; siendo vencidos en San Gregorio al año siguiente. A este nivel, ya era teniente, cuando fuer parte de la victoria en la batalla de El Tala a fines de 1854.

Pese a ello, en vista de intereses políticos se vio obligado a dejar las filas militares en 1858, mudándose a la Provincia de Entre Ríos  dedicándose al periodismo. Más adelante, estuvo en los enfrentamientos de Cepeda y Pavón, bajo el mando de Justo José de Urquiza.

Luego la batalla final, preservó las diatribas con Urquiza por sus presuntas defecciones, aunque esto no fue impedimento para que en 1868 escribiera una misiva donde vitoreaba las expresiones de lealtad, diciendo:

Sin importar cuáles sean las emergencias en un futuro, siempre estaremos de su parte oyendo atento para cumplir sus órdenes. Refiero igualmente, que los Hernández nunca han sido traidores. Pese a que los últimos años para nada han sido flores para la familia, pude haber obtenido un lugar seguro en las fuerzas contrarias, pero jamas me han visto dudar de mi fe política, dejar a mis compañeros, decaer en la lucha, ni demandar a los enemigos, un saludo, un apretón de manos ni la más ligera consideración.

Aunque, en 3 momentos Hernández mostró su fidelidad a Urquiza, seguramente, infiriendo de la biografía de José Hernández, su relación fue marcada por los recelos. Este se pronunció libremente contra el crimen de Urquiza, pues creyó, según sus propias palabras, que encima de la sangre nunca se puede sustentar nada sólido y duradero.

Fue así que Entre Ríos formó parte de la rebelión final gaucha, en el intentó de defender la independencia de dicha provincia y al Partido Federal contra los embates del mandatario Sarmiento. Esta sería liderada por Ricardo López Jordán, cuya primera acción fue asesinar a Urquiza.

Siendo vencidos en 1871, llevando a López Jordán y Hernández al exilio en Santana do Livramento, Brasil, donde estuvo hasta 1872, cuando fue a Uruguay y más tarde recibió la amnistía de Sarmiento y retornó a su país Argentina.

Carrera periodística

Otra de las trincheras del autor, según la biografía de José Hernández, es que para 1856, en la ciudad de Paraná, dio inicio a su protagonismo en distintos medios impresos, como El Nacional Argentino. Refiere artículos sobre los eventos políticos y militares de aquellos tiempos, lo que conllevó a problemas en ambos sectores dominantes.

De la misma manera, debido a su participación política y militar en Paraná, se vio obligado mudarse numerosas veces, llegando a vivir en Corrientes, Rosario y Montevideo, antes de establecerse definitivamente en Buenos Aires. En esa época, Hernández se dedicó totalmente al periodismo. Llegando incluso a fundar 2 dos periódicos: El Río de La Plata y El Argentino.

Ello sin dejar de lado alguna participación como militar de Buenos Aires, pero con mayor fuerza se dedicó al periodismo, donde colaboró con la prensa La Reforma Pacifista, seguidor del Reformista, El Argentino de Paraná y La Patria de Montevideo. Fue vocero del diario La Reforma Pacifista en Paraná. Además de ello para 1858 fue trabajador público.

Según algunos datos en la biografía de José Hernández, mientras trabajó en El Nacional Argentino, en Paraná, se dio a conocer bajo el seudónimo Vincha. Fe de ello es reflejado en el año 1860, donde se muestra un artículo de dicho diario donde coloca su rubrica como Vincha, debidamente certificado por los responsables de la época del citado diario.

De igual se tiene debidamente confirmado que, la publicación de sus últimos artículos en El Nacional Argentino, se dieron a conocer bajo la firma como J.H, y así fue hasta que éste dejo de circular. Para el año 1861, ocupó el cargo de secretario general de Juan E. Pedernera, en el gobierno del presidente Santiago Derqui.

Durante su prolífero camino como periodista, Hernández prestó servicios en otros diarios. Como fue el caso de 1862, en el diario El Litoral, una prensa con inclinación antimistrita, antiurquista y federal disidente. Esta prensa además contó con la colaboración de su hermano Rafael, a cargo de la columna Laberinto, que trataba crónicas sociales, poemas y humor político.

En ciertos temas periodísticos abordó tópicos de denuncias tales como desorden social y político acaecidos en Corrientes; donde además reiteraba su parecer acerca de la federalización de Buenos Aires; y más, todos de tópico ese tiempo. Para 1863 se inaugura el periódico El Argentino, el cual cubre el hecho sobre el crimen de Ángel Peñaloza, un militar de alto rango cuya cabeza se coloca en la plaza de Olta, La Rioja.

Durante los años 1866 y 1867, según registros sobre la biografía de José Hernández, dispuestos en la Biblioteca Nacional, estuvo colaborando en el diario Eco de Corrientes, donde escribe sobre la Guerra de Paraguay, y donde califica como tiranos a Francia y a los López del Paraguay. En estos artículo su firma tiene su nombre completo, como muchos otros casos, y en otros, sólo sus iniciales J.H.

Más tarde, en 1868 declina de su cargo en el diario Ecos de Corrientes. Donde la  nación hacia frente al derrocamiento de Evaristo López. Cuya situación obliga a Hernández a partir a la jurisdicción de Rosario, donde trabaja en el diario La Capital, donde además, publicó numeroso artículos, todo con sus habituales iniciales J.H, y donde analizó el problema de la legalidad de las provincias, luego del derrocamiento de E. López.

Era frecuente, que dicha este diario sumara considerables contribuciones como periodística a su haber. Asimismo, según aporta la biografía de José Hernández por parte de ciertos expertos, fue a fines de 1868, al luego de partir Hernández del diario La Capital, para partir a Buenos Aires, donde el dueño del periódico Ovidio López, dedicara el editorial, en honor al autor.

Mientras que para 1869, Hernández abre en la calle Victoria de Buenos Aires, el diario El Río de La Plata. Allí operó como un matutino en formato tipo sábana, regentado por Juan Recalde. Esta prensa, a modo de estrategia, evitó formular ataques personales bajo un discurso más equilibrado.

Pese a ello, en ese año Hernández, por medio del diario, apoyó a su amigo el general Ricardo López Jordán, leal a Evaristo López. Esta decisión de Hernández lo condujo a ciertos inconvenientes que condujeron al cierre de su periódico, como consecuencia del mandato de clausura emitida por el Presidente Domingo Faustino Sarmiento.

Desde los años 70 del siglo XIX, según datos de la biografía de José Hernmández, lo ubican trabajando en diferentes prensas escritas, tanto nacionales como internacionales. Igualmente, en su exilio, trabajó para el diario La Plata, en Montevideo, Uruguay, desde cuya trinchera, prestó apoyó a la rebelión jordanista.

Mientras que para 1874, público un manifiesto a nombre de Ricardo López Jordán, en el cual expresa las motivaciones de la revolución, al tiempo que justificaba los aspectos que llevaron a perder la batalla. En esta oportunidad, Hernández usó su seudónimo como El Patagón, como también se hacia dar a conocer.

Finalmente, en el año 1875 salió de circulación la prensa La Patria; y Hernández retorna a Buenos Aires en 1875, en la administración del mandatario Nicolás Avellaneda. En dicho periodo, prestó colaboración a otros diarios argentinos, como fueron La Tribuna (1875) y El Bicho Colorado (1876).

La Reforma Pacífica

En otro orden de ideas, se tiene que apunta la biografía de José Hernández, para 1856 dio inicio a su carrera periodística, y al poco tiempo, su último intento de Hilario Lagos de introducir en Buenos Aires a la Confederación. Por ello se alineó con el Partido Federal Reformista, al mando de Nicolás Calvo, quien estaba a favor de incorporar a Buenos Aires a la Confederación.

A los miembros de este medio se les denominaba los chupandinos, por su presunta debilidad al licor; al mismo tiempo, los contrapartes se los llamaba como pandilleros, pues se argumentaba que siempre estaban en pandilla o grupos de ellos. De tal forma, que Hernández se vinculó al periódico de ese partido, La Reforma Pacífica, editado por Juan José Soto; hijo de éste, y donde Héctor Soto, años más tarde codirigiría junto a Hernández un periódico en el Uruguay.

De la misma manera, refiere la biografía de José Hernández, que fue de colaborador en dicho diario, otros en cambio lo señalan como corresponsal en Paraná, a donde debió trasladarse en 1858, luego de un duelo con un dirigente opositor, que a su vez le forzó a dejar el ejército porteño. En ese lugar fue empleado de comercio así como en la Administración Nacional.

Más tarde, en la batalla de Cepeda destacó como taquígrafo en el parlamento de dicha localidad entrerriana; aunque sus presuntas ayudas en La Reforma Pacífica, no fue autenticada por no estar firmadas, o referidas en la biografía de José Hernández. Mientras que para 1860, si es posible determinar que un artículo firmado bajo el seudónimo de Vincha es de su autoría.

Estas colaboraciones bajo el alias de Vincha se ubica entre inicios de 1860 y 1861. Pues en febrero de dicho se refleja una columna que dice: Vincha, el seudónimo del más activo, trabajador e ilustrado corresponsal provincial. Ya se ha publicado notas del señor Vincha, que lo han dado a conocer con gran ventaja; en lo sucesivo, bastará ver su nombre al pie de un escrito para que los lectores se detengan con gusto a recorrer las páginas trazadas por su pluma.

El Nacional Argentino

Sobre este aspecto, refiere la biografía de José  Hernández, para ese tiempo, viviendo en Paraná, difundió afanosamente en la prensa El Nacional Argentino. Dicho rotativo circuló inicialmente un 3 de diciembre de 1852 en Paraná; salía jueves y domingos, con un formato de 48 x 31 cm., y 4 columnas, incrementando a 57 x 40 cm., el 5 de marzo de 1855, circulando martes y sábados. Para transformarse en diario en 1858, gestionado por Jorge Alzugaray, e impreso en la Imprenta estatal.​

Ya para el 22 de septiembre de ese mismo año, se inició la circulación de Vincha, bajo la editorial llamada Comunicado.  Igualmente, la Convención Nacional no es juez de las elecciones, decía, a fin de refutar lo expuesto en el Correo Argentino. El segundo editorial salió el 30, bajo el titulo de Desenlace Complicado. Donde gracias a su cargo como secretario del vicepresidente de la Confederación y taquígrafo, justificó el uso de dicho seudónimo.

Se tiene al respecto, que llegó a publicar en total, 18 artículos, dentro de los destaca el que refiere: la incorporación política se lleva a cabo por los Pactos del 11 de noviembre y 6 de junio; mientras que la reincorporación administrativa, gubernamental se realizará pronto. De tal modo que para la República se vislumbra una nueva era de paz, de progreso, de actividad mercantil, de desarrollo moral y material.

Para la concreción de estas vastas esperanzas, para el cumplimiento de las promesas con que se halaga el presente, existe una condición esencial e indispensable, como es la estabilidad de las instituciones, el respeto y obediencia a la autoridad ejecutiva, que responsable de la dirección de los destinos del país, le conduce a la felicidad por el camino que dicta la ley.

Pese a ser partidario de Urquiza, un federalista, apoyando la posición integracionista de Derqui con la esperanza de un futuro de paz y progreso, como sostiene en todas sus colaboraciones a partir de esa fecha. Para 1860, sería su última aparición en este medio, y donde además, modificó su firma como J.H, y para octubre de ese año sería la última edición de este periódico.

El Litoral

De acuerdo a estudios llevados a cabo por el también autor Fermín Chávez, y plasmado en la biografía de José Hernández, este colaboró con el diario El Litoral de Paraná, cuyo dueño era Evaristo Carriego, padre. Y lo reafirma Noé Jitrik, apuntando la prédica federal del El Litoral, que coincide con la de El Argentino.

La labor en este diario, de inclinación inantimitrista, y eventualmente antiurquicista y federal disidente, y que le fuera ofrecido por Carriego, de quien fue amigo.

Al respecto, por medio de una revisión de los archivos del periódico El Litoral a cargo de María Celina Ortale, se develaron ciertas columnas de la autoría de Hernández. Así como algunas colaboraciones de su hermano Rafael, que además editó una columna llamada Laberinto, contentiva de crónicas sociales, algunos versos y humor político.

El trabajo de Hernández en este medio se ubican en 1862, pues al año siguiente fundó El Argentino. Donde apareció por vez primera en febrero de ese año, según una solicitud al Director, en defensa del artículo Presente mazorquero, editado en La Patria, donde se le indilga la publicación de dos postales de carnaval en tono burlón.

Por esta publicación de mazorquero resultó acusado de cobarde en el periódico La Patria, donde se afirmó también que fue un regalo para unas jovencitas de la ciudad. Fue entonces que Hernández realizó su descargo en defensa, aunque ningún editor se responsabilizó de la denuncia. Y en una solicitud de abril, reclamó que el tal Aramis, quien hizo acusación en el periódico rival, se diera a conocer.

Ahora bien, en agosto de 1862 plasmaba su rubrica como J.H, evidenciado en 2 de sus artículos, reflejados al pie de la columna del director, una posición privilegiada en el diario. Uno bajo el nombre de Muy notable«, acerca de un evento de hurto en un vapor paraguayo.

Luego de ello, se hizo referencia a la situación de Corrientes, lugar donde predominaba el desorden social y político. También, aludió la federalización de la Ciudad de Buenos Aires, la extensión del código de comercio, así como la designación de generales en las fuerzas militares. Adicional a ello, criticó a ciertos políticos y candidatos de las diferentes provincias, al igual que al Congreso de la Nación, ironizando sobre la inoperancia del mismo.

El Argentino

Bajo este título se conoce un periódico El argentino de su propiedad, se creó a mitad de 1863 por Hernández, luego de casarse a mediados de año con Carolina González del Solar. En este sentido, se tiene que en noviembre de ese año, debió cubrir en su medio, el crimen del general Ángel Vicente Peñaloza, y cuya cabeza fue mostrada en la plaza de Olta, La Rioja.

Este horrible acontecimiento, conmovió hondamente a Hernández, tal como que lo reflejó en las editoriales de su periódico mostrado en la biografía de José Hrenández. Para ese mes del ajusticiamiento del caudillo riojano, dedicó varias editoriales, que luego resultarían compilados bajo el título de Vida del Chacho, o Rasgos biográficos del general D. Angel V. Peñaloza.

En estos escritos, pese a que denotaba no conocer con precisión las circunstancias de la muerte del caudillo, acusaba de su muerte a los unitarios, en especial a Sarmiento, además de alertar al general Urquiza, sobre que le esperaba el mismo destino a manos de estos criminales. Ya a finales de 1863 abandonó El Argentino y permaneció en Entre Ríos, dedicado al comercio, ventas y otros.

El Eco de Corrientes

Luego de la contienda militar en Paraguay, según refleja la biografía de José Hernández, este se dirigió a Corrientes, donde su cuñado y médico en ejercicio Melitón González del Solar estaba designado como Fiscal encargado del Estado, en sustitución del también doctor Tomás J. Luque, en vista de imprevista renuncia.

Luego de ello, dio inicio a su trabajo en el diario El Eco de Corrientes, en un fecha imprecisa pues la biografía de José Hernández, la desconoce. Se cree que fue en 1867 o en agosto de 1866, de acuerdo a algunos datos disponible en la Biblioteca Nacional, donde el autor se refleja como colaborador, aunque no señala si fue el primero el único o si fue fundador.

Aunque si es cierto que para 1868, Hernández califica como autor de tiranos, así como a Francia y los López del Paraguay.  Allí señala, Cincuenta años se ha mantenido ese país como una traba para la civilización y al progreso mismo. Asimismo, rememora las víctimas correntinas que lloran todavía en las cárceles del Déspota, de Francisco Solano López.

Señalan igualmente, las páginas de dicho diario, con circulación bimensual, que debió este contraargumentar las columnas que la prensa opositora conocida como La Esperanza, le dedicaba por su ejercicio en la función pública; donde​ Hernández refrendaba su trabajo con el nombre completo, o bien con sus iniciales J.H.

Todo ello se evidencia en marzo de 1868 en un artículo de líneas antisarmientista, así como en otro publicado en marzo, donde además, fustigaba a sus oponentes políticos.

Este periódico Eco de Corrientes, refleja una última publicación fechada en mayo de 1868, pues al otro día sería derrocado el gobernador Evaristo López, y sus ministros serían objeto de persecución. Por lo que según la biografía de Jose Hernández, este pudo haber renunciado a su cargo, además de su puesto como docente de gramática en la escuela San Agustín. Luego de lo cual, fue a Rosario, donde Ovidio Lagos le pidió colaborar con él en la prensa La Capital del Rosario.

La Capital de Rosario

Al respecto se tiene, que el diario La Capital de Rosario, data de 1867, al tiempo de ser una de los diarios argentinos de mayor data y que todavía edita su contenido. Se constituyó a fin de prestar apoyo al proyecto de Manuel Quintana en colocar en esa ciudad la Capital al candidato Mariano Cabal a la gobernación de Santa Fe. Su fundador, fue Ovidio Lagos, quien había publicado sus escritos en La Reforma Pacífica, y al igual Hernández, era parte del federalismo.

En este prensa, Hernández firmaba con sus iniciales J.H.; cuyo primer ejemplar se público en junio, bajo el título Los eventos de Corrientes y el diario anarquista, allí se analizaba el problema legal de la provincia, pues había sido violada por la alzada mitrista que derrocó a Evaristo López.

En este polémico diario se afirmaba que el poder de Buenos Aires, el cual era una amenaza para los pueblos, en tanto dicha provincia esté bajo la dominación de un círculo exclusivista y anárquico, donde tal poder estaba en poder de aquellos cercanos al Gobierno Nacional, establecido en un punto fuera del alcance de su influencia.

Por tanto, la urbe en el Rosario sería la solución más conveniente para que se ventilaran los grandes asuntos políticos y administrativos que habían convulsionado y dividido hasta entonces. Por lo tanto, la capital en Buenos Aires sin ostentar cuantiosos beneficios para aquel pueblo, supone el acaboce del resto del país.

Entre otros aspectos, según muestra la biografía de José Hernández, colaboró a diario con este rotativo hasta julio, cuando Hernández partió a Buenos Aires. Al respecto, en julio de 1868, Ovidio dedicó todo un editorial a este personaje a modo de despedida, el cual se puede parafrasear:

Este estimado caballero, gran amigo y compañero político, partió a Buenos Aires; deseo por tanto, un camino feliz y una estadía sosegada en la gran ciudad. Hernández, establecido en Corrientes, colaboraba en el periódico siempre en pro de la libertad y a sus buenas ideas; cualquier asunto siempre las trató con alta elevación, y un conocimiento poco habitual de los hombres.

Siempre ha sido un peregrino involuntario, movido por su interés en obtener el célebre gobierno revolucionario de Corrientes, con su breve estadía en Rosario, La Capital le debe notables artículos, que han llevado la palabra verdadera de la situación política al ánimo del pueblo.

El Río de la Plata

Una establecido en Buenos Aires, estableció en la calle Victoria 202, el diario El Río de la Plata, con claros objetivos sobre la independencia municipal, la erradicación de contingentes fronterizos y elección popular de los llamados jueces de paz, comandantes militares y consejeros escolares. Fue un modesto matutino, editado en formato tipo sábana, cuya edición estaba a cargo de Juan Recalde.

Cabe desatacar, que ese tiempo se reseña en la biografía de José Hernández, como de prosperidad para el periodismo argentino, y en esos tiempos surgieron además los conocidos y actuales diarios La Nación y La Prensa.​ Ahora, este diario ostentaba un tono más tranquilo y sosegado, evitaba los ataques personales, cosa difícil, pues para entonces ese era un recurso ordinario de cualquier diario.

Dicha prensa escrita, más allá de criticar problemas cotidianos, hizo frente a los fundamentales y casos no resueltos por el nacionalismo. Desde los escritos de El Río de la Plata, Hernández prestó apoyo en 1869 al general Ricardo López Jordán, simpatizante de Evaristo López, ya resignado a sus pretensiones de recuperar la gobernación.

No obstante su equilibrio editorial, fue clausurado en abril de 1870 por el propio Hernández luego del exterminio de Urquiza; que además, de forma paralela al citado evento, el ya mandatario Sarmiento ordenó su cierre. Para ese mismo año 1870, en marzo, frente al fallecimiento de Francisco Solano López, Hernández, en El Río de la Plata, califica al muerto como un aborto de la naturaleza, y añade que sólo se debe ir al templo a dar gracias al Dios inmortal de la justicia 1985.

La Patria

Según expone la biografía de José Hernández, este se estableció en Montevideo, Uruguay, donde habría prestado colaborado en la prensa La Patria. Luego de ello, bajo el amparo de una amnistía favorecida Sarmiento, regresa a su país, donde escribe su mayor creación literaria, titulada Martín Fierro. Además de contactar a ciertos personajes como el general López Jordán en Santana do Livramento.

A mediados de 1873, retorna al Uruguay cuando explota 2da. rebelión jordanista, pues sus nexos con el jefe de los rebeldes eran evidentes. En vista de lo cual, el gobierno le colocó precio a su cabeza así como a su equipo de colaboradores, pues debe recordarse que Hernández acompañaba al caudillo en su invasión a Entre Ríos.

Una vez retorna a Montevideo, Hernández se reintegra a sus funciones periodísticas en la prensa a fines de noviembre de dicho año 1873. Este periódico estaba bajo la gestión de Héctor Soto, descendiente de Juan José, antiguo editor de La Reforma Pacífica. Ya para marzo de 1874, hace publico el manifiesto, bajo el nombre de López Jordán, aunque era evidente su autoría, allí explicaba las motivaciones de su revolución del año anterior, así como su derrota en la cruzada de Don Gonzalo.

Dicho manifiesto fue respondido por el publicista Benjamín Vicuña Mackenna, a través de 9 artículos periódistico centrales, bajo la firma del alias El Patagón. Mientras que a mediados de 1874 codirigió el diario con su amigo Soto. A su corta estadía en Buenos Aires, luego de su retorno a Montevideo tomó la dirección del diario por ausencia de Soto, según anuncios en las páginas del mismo.

Por su parte, la prensa La Política de Buenos Aires, de Evaristo Carriego, se encargó de reproducir los artículos de Hernández ya publicados en el diario uruguayo. Para ese mismo año, Hernández redactó, por solicitud de López Jordán, un auxilio en armas que debía hacerse ante las autoridades del Imperio del Brasil, pero no se llevó a cabo. Tiempo más tarde, se apartó por completo del caudillo, por diferencias estratégicas.​

Por último, ya para enero de 1875, salió de circulación La Patria, y Hernández ya en Buenos Aires, cobijado por la política conciliadora del mandatario Nicolás Avellaneda, quien había asumido la primera magistratura de la Nación en octubre del año anterior.

Desempeño en otros medios

Tal como se evidencia en la biografía de José Hernández, su participación en los medios escritos, fue abundante, pues existen afirmaciones de que este prestó colaboración en otros medios. Dentro de ellas se afirma que fundó el diario El Plata, que tuvo lugar luego de la revolución de 1873, pese a que no existen evidencia fehaciente sobre la existencia del mismo.​

En este mismo sentido, el diario La Tribuna publicó un contenido crítico acerca de la 2da. edición de la Vida del Chacho, cuya obra compilaba sus notas de El Argentino de Paraná, en la época de 1863, valorando la obra de Hernández como evidencia reaccionaria. Y apenas 3 días después, sale otro comentario, donde se califica como jordanista, partícipe de la evento y prosélito de Avellaneda.

Como respuesta, Hernández contestó los escritos en su contra en la columna de La Libertad, un rotativo de Manuel Bilbao; el bajo el título de Señor Sarmiento: ¿Por qué mataron? Toda vez que aquellos que mataban, quienes celebraban la matanza y que la predicaban como justicia, me denominaban mazorquero, pues condenaba tales excesos y defendía a los desgraciados su derecho a la vida, yo no podía, no debía quedarme sin retribuir el sangriento apóstrofe.

Al otro día, La Tribuna sacó otra columna, donde lo acusaba de vengar con crueldad refinada de Sarmiento, Mitre y Urquiza, cuya acusación la rechazó Hernández en otra edición en septiembre de 1875. Y para ese mismo año La Tribuna dio por culminada la discusión.

Luego de algunos eventos, se tiene que colaboró en 1876 en El Bicho Colorado, un artículo humorística en Buenos Aires en 1876, a cargo del mismo Hernández. Con ilustración del francés de nombre Carlos Clerice; este artículo tenía 8 folios en prosa y otra en verso, el cual incluía una sátira a Juan María Gutiérrez, por rechazar un diploma de la Real Academia Española.

Mientras que otra prensa rotativa de humor donde este colaboró, fue en Martín Fierro, fechado 13 de agosto de 1876, referido a la obra Tres gauchos baqueanos, expustos como redactores y compuesto en prosa y en verso. Se infiere que este trabajo, Hernández los refrendó como El payador Pepe José, las fechas 18 y 30 de septiembre.

Mientras que 3 años previos a la aparición y circulación pública de La Vuelta de Martín Fierro, ya se había anunciado en esta prensa escrita; cuya furor deja ver que uno de los Tres gauchos baqueanos, habría sido este autor, según referencias de la biografía de José Hernández.

Trayectoria sociopolítica

Aunque ya se ha esbozado algunos de estos aspectos en la biografía de José Hernández, debe agregarse que luego de deja la vida militar, y posterior al duelo con otro oficial, este emblemático personaje ostentó una vida sociopolítica también peculiar, pues se reintegró al Club Socialista Argentino, por los años 1859 y 1860.

Evidenciándose que al año siguiente se apuntó a la Logia Masónica del Litoral, donde alcanzó el grado de secretario al año siguiente. Dicha sociedad resaltó por obviar los temas referidos al progreso, al tiempo de despreciar lo telúrico, pues previo a su muerte, fue proclamado miembro libre de la Orden por haber cumplido 25 años de militancia.​

Asimismo, en el transcurso de la presidencia de Santiago Derqui, ostentó algunos cargos políticos de menor relevancia, donde su primera actuación política sería como ministro general de gobierno en la campaña del gobernante correntino Evaristo López, y que los meses subsiguientes entre la dimisión del gobernador, y la derrota final de su defensor, el general Nicanor Cáceres.​

Para 1878, estando en Argentina, posterior a su exilio, aperturó en sociedad con Rafael Casagemas su famosa Librería del Plata, y que sería suya totalmente a finales de dicho año.​ También  fue miembro de la logia masónica Obediencia de la Ley N° 13, donde fue parte hasta su partida física. Además, para es año ocupó el cargo como diputado provincial, y después senador.

Dentro de su desempeño en funciones públicas, este fue parte del proyecto expropiatorio de las tierras con propósitos fundacionales del pueblo de Necochea con recursos de las Rentas Generales, además de ser colaborador de Dardo Rocha, en un plan para levantar la ciudad de La Plata.

Inclusive, hasta el propio que ostentó la ciudad, fue idea de Hernández, cuya raíz supone uno de uno de sus apellidos paternos, debe recordarse, como bien se señaló al inicio de la biografía de José Hernández, este apellido fue Pueyrredón, llevada a cabo conjuntamente con la proposición de argentinidad. En la apertura oficial de la fundación, fue el asador con que se celebró el acto. ​

Para 1880, en conjunto con Hipólito Yrigoyen, crea el Club de la Juventud Porteña, como apoyo al entonces candidato Julio Argentino Roca, quien más tarde se alzara con la victoria en las elecciones por notoria mayoría. Ese mismo año, al llevarse a cabo la federalización de Buenos Aires como capital del país, actuó en defensa del proyecto ante el senado provincial, en una histórica discusión con Leandro N. Alem, quie prefería llevar la capital a otra región.

De la misma manera, sus ideales políticos al parecer cambiaron desde su primera rebelión 10 años antes, pues para ese entonces, se mostró claramente a favor de la inmigración europea, la ampliación de la red ferrocarrilera, la consolidación y unificación del Estado, en franca sintonía con los ideales similares mantenidos por los unitarios y los gobiernos sucesores a Rosas.

Al respecto, infieren ciertos expertos, que este cambio tan notorio en sus apreciaciones, serían los indicios de un cambio psicológico evidenciado por Hernández, o que posiblemente, este pensó que era el momento de aburguesarse. Y para 1881 resultó otra vez electo como senador provincial, y reelecto en 1885. Cuyo cargo ocupaba el autor al momento de su muerte en 1886.

Obra literaria

Sobre su trabajo propiamente literario, se tiene que este se inició con ciertas arreglos poéticas refinadas, de menor alcance y fortuna. No obstante, otra cosa fue en la lírica gaucha, de donde obtuvo su fuente de inspiración, resaltando algunos títulos con contenidos biográficos del general Ángel Peñaloza de 1863, pues narra la vida y asesinato de este famoso caudillo, titulado Vida del Chacho, desde su segunda edición.

En dicha composición, critica a Sarmiento, personajes con quien mantiene posiciones encontradas, y fuera gobernador sanjuanino, así como director de guerra, en la segunda alzada de Peñaloza en contra del gobierno nacional, cuyo conflicto culminó con el asesinato de Peñaloza quien iba sin armas, a manos de sus perseguidores, decapitado y exhibida su cabeza sobre una lanza. Cuyo hecho, a juicio de Hernández, estuvo a cargo del político Sarmiento.

En otro orden, se tiene la obra la Instrucción del Estanciero sería un ambicioso proyecto de Hernández, publicado por Casavalle en 1881, cuando era senador provincial. Es un trabajo que refiere las posibilidades económicas del campo argentino, con ideas para el hombre de estancia. Acerca de esa publicación, se tiene que pese a que fue desestimado para entonces, actualmente los consejos plasmados en este texto son de gran utilidad.

De la misma forma, se tiene su obra también reconocida como significativa, el relato gauchesco Los treinta y tres orientales,  en forma de compilación de escritos dispersos, llevados a cabo luego de la muerte del autor, que suponen Prosas, del autor del Martín Fierro (1834-1886).

El Martín Fierro

Sobre Martín Fierro, referido en la biografía de José Hernández, se señala que siendo desterrado por Sarmiento, y amparado por un imponente Hotel, dispuesto casi frente a la Casa de Gobierno, en Buenos Aires, se dice que Hernández dio inicio a la escritura de algunos de sus poemas de amor.

De forma paralela, logró escribir en papel de estraza de un tosco cuadernillo, sus siete cantos y medio, que aún se mantienen en la edición inédita de su máxima El Gaucho Martín Fierro. A finales de 1872, el diario La República, comenzó la difusión por encargo del poema de Hernández, el cual culminó al poco tiempo.

Ya para diciembre de ese año, tuvo lugar la aparición de Martín Fierro, en forma de texto, cuya edición estuvo a cargo de imprenta La Pampa, donde se muestra además una alusiva misiva del autor a su amigo y editor José Zoilo Miguens.​ Dicho El poema, recopila magistralmente ciertas fuentes folclóricas, como son conversaciones entre gauchos, además de algunas combinaciones estróficas, entre otras fuentes, como poemas gauchescos, en versos o pasajes.

Tal fue el impacto de la obra, que de inmediato tuvo gran alcance en las regiones rurales. Se leía en grupo, en fogatas o pulperías, donde su gran y merecido éxito, fue gracias a que la obra retrata la verdad y las vivencias diarias del gaucho, donde los paisanos se veían dibujados y se reconocían en la desgracia del protagonista.

Para 1879, una vez la obra estaba reeditada un gran número de veces, se lanzó su continuación, esta vez bajo el título La vuelta de Martín Fierro, editado con ilustraciones de Carlos Clérice. Donde las 2 obras pasan a formar a Martín Fierro, un nutrido poema nativo, valorado como la obra maestra en su género, pues deja ver la sociología de aquel tiempo y su sociedad en pleno, reúne además lo lírico, lo descriptivo, lo satírico y lo épico, por lo que se erige en forma de epopeya.

Ahora bien, según la biografía de José Hernández, el mérito de este fue plasmas las vivencias de un gaucho quien es narrador en primer tiempo o personal, de su propia voz e imbuido de su espíritu. En el gaucho, Hernández develó la personificación del valor e integridad inherentes a una vida autónoma. Tal figura era, según él, el auténtico representante del carácter argentino.

De tal modo, que aquello que el autor no habría logrado con su participación pública en la política, finalmente concretado gracias a la literatura. Pues dejó saber en su poesía, donde además logró una enorme resonancia por sus sugerencias, siendo por tanto, Martín Fierro, su más valioso aporte a la causa justa de los gauchos.

Primera parte 

La primero parte de la obra Martín Fierro,  se desarrolla bajo la premisa de La ida, a cuyos fines se dejan al lector algunos aspectos generales. Esta  magistral obra, mostrada en la biografía de José Hernández, data de 1872, bajo el título El gaucho Martín Fierro. Por demás concebido como uno de los padres de la literatura gauchesca argentina, bajo el subgénero de literatura latinoamericana.

Debe agregarse además, que a esta grandiosa obra en forma de poemario llamada El gaucho Martín Fierro, le anteceden, según orden cronológico, dos extraordinarias obras poéticas que, al lado de éste, representan el origen del estilo literario en referencia. Dichas obras son:

  • Cielito Patriótico: a cargo del poeta Bartolomé Hidalgo, de 1818, refiere cuando el gaucho con voz enunciativa, narra la cruzada de Maipú, y resulta victorioso el ejército de San Martín ante las tropas realistas.
  • Fausto de Estanislao del Campo: data de 1866, hace referencia a una figura jocosa sobre el gaucho, llevada a cabo por un diálogo, en forma de versos gauchescos, sobre dos paisanos que visita a uno de ellos en Buenos Aires, y fue a la obra teatral Fausto, en las tablas de Colón.

Ahora bien, a fin de contextualizar las obras de Hernández, resulta oportuno resaltar ciertas características del gaucho, como figura central que coloca la acción a la narrativa, sobre todo, el referido en esta biografía de José Hernández. Se tiene entonces que Gaucho, en Argentina, se refiere a todo habitante propio de las llanuras.

Por tanto, alude al peón de campo que lleva una vida nómada, considerado como un excelente jinete. Se encarga de criar ganado de diversa índole como vacuno, ovino, entre otros, por tanto consume abundante carne, así como usa también el cuero, bien se en sus prendas de vestir, y otros enseres. Es un símbolo de la nación y parte de la cultura rural.

En tal snetido, se observa que Hernández en su obra de El gaucho Martín Fierro, gira esta realidad, y que era habitual en el gaucho descrito en las antecesoras obras. Donde la figura de Martín Fierro, representa la reivindicación de la dignidad de gaucho, la cual estaba mermada a consecuencia de las guerras independentistas de fines del siglo XIX, en Argentina.

De igual forma, denuncia por medio de su personaje, la desgracia de los gauchos al ser obligados a ir a la frontera a pelear contra los pueblos originarios, dejando de lado sus tierras, mujeres, hijos, hogar, además de anhelada libertad ofrecida por las llanuras. Por ello, sus poemas describen a un gaucho derrotado de 1872, sin otro opción más que quejarse por ser llevados a la frontera, para ser  maltratado y exterminado.

Por tanto, dicha frontera, simboliza el exilio para el guaco de los años 70 del siglo XIX; así como la creciente desdicha, su eterna soledad y la pena como resultado final. Es de este modo que se plasma la vida del gaucho, especialmente en el poema en su primera estrofa, que describe de forma apesadumbrada que al hombre que lo desvela, una pena extraordinaria, como el ave solitaria.

Asimismo, la obra El Gaucho Martín Fierro, sirve de escenario de un bello verso expositivo donde, según se sugiere en la biografía de José Hernández, este le otorga voz al gaucho para que relate parte de su vida, aunque esté enmarcada en la ficción, deja ver una realidad para la época.

Donde su personaje principal, Martín Fierro deja testimonio inédito de la grandeza de su pena y dolor, a causa del contexto histórico ocurrido en la región en 1872, bajo un dominio político que cuestionó, invadió y violentó su sistema de vida originario, y logra transformarla marcada por el dolor para siempre. Al respecto, es menester precisar que la obra se estructura en tres momentos a saber:

  • La pena extraordinaria.
  • La vida en la frontera.
  • Más malo que una fiera.

Por ello, se observa en la trama que se mitiga la figura del gaucho, y que en la obra representa las virtudes y desgracias del pueblo gauchesco, llevada a cabo a través de 2316 versos, agrupados en 13 cantos. Y es justamente esta sección de poemario conocido como la ida de Martín Fierro.

Es en La ida, que se refiere a personaje ficticio, específicamente, al gaucho, como aquel hombre humilde, campesino, laborioso, cantante y trovador; aquel, que un día cualquiera y sin permiso, es capturado por militares para que pelee en la frontera en contra de sus hermanos originarios. Al tiempo de puntualizar el relato acerca el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho.

Al respecto, existen teorías que sostienen que el propio poema pertenece a la escritura de José Hernández, como un medio de hacer saber la verdad acerca el sistema político impuesto por el mandatario argentino Domingo Faustino Sarmiento, donde, aunado a la dictadura impuesta en su país, ordenó el reclutamiento involuntario de los gauchos.

De tal forma, que cuando avanza la narrativa de los versos, Martín Fierro finalmente resulta alcanzado por la injusticia social del contexto histórico que debió vivir, cuyo contexto se enmarca con la realidad. Frente a las circunstancias de lucha, amenazas y muerte; devuelta a su tierra, Martín Fierro devele una horrenda realidad; y es que perdió todo; transformándose así en un gaucho al margen de la ley, por tanto, más malo que una fiera.

Vale la pena resaltar otro aspecto relevante de la obra, y es que el autor muestra a Martín Fierro, como una figura con actitudes determinantes de seguridad y poder frente a las adversidades, por tanto, es recio. Posee un personalidad solitaria, producto de la pampa donde hace vida, que le deja expresar su libertad; pese a ello, este cambia, debido a las injusticias de que es objeto, que lo hacen transformarse en otra persona.

Existe la creencia en torno a El gaucho Martín Fierro, que este era originario de la región de Tres Arroyos, jurisdicción de Buenos Aires. Mientras que algunas otras premisas han ubicado registros que evidencian que pudo habitar en el Pago de Monsalvo, en regiones periféricas de la hoy localidad de Maipú; lo que sin duda aleja a la obra de la pura ficción.

Además de lo anterior, se estima luego de algunos estudios de la biografía de José Hernández, quien tuviera amistad con Zoilo Miguenz, fundador del partido de Ayacucho. En dichos registros Hernández llevó a cabo una denuncia contra un sujeto de nombre Meliton Fierro. Y según estudios, se cree, que este hallazgo sobre dicho individuo, inspiró el nombre de su personaje, pues la única referencia geográfica citada en la obra es Ayacucho.

Existe otra tesis que refiere que hubo un gaucho de nombre Martín Fierro, en un pueblito de Lobería Grande, en cuyos tiempos que Hernández pone en escena de su verso/narrativa. Mientras que otros, intuyen que, en la región del Tayú y de Monsalvo, y hasta en la referida Lobería Grande, hoy ciudad de Mar del Plata, como lugar donde la familia Hernández tenía una estancia, también vivía un gaucho matrero con el mismo nombre y apellido.

Dicha tesis, resulta sostenible por otros investigadores, quienes afirman que este controversial personaje representa metafóricamente a los gauchos de la época de los años 1880. Basados en la realidad sobre un conocido gaucho de nombre Don Segundo Sombra, por tanto, si existen realmente gauchos carismáticos, indistintamente de las obras escritas sobre ellos.

Finalmente, hay que agregar, que, en la Costa Atlántica bonaerense, en la espesa vegetación de curru mami y arenas del Mar del Plat, estuvo ubicado el refugio gaucho; aquellos, correspondiente a quienes fueron parte de la cruzada de Caseros y en la cootienda de la Triple Alianza. Tal como se registra, se señala que algunos de eran referidos como vagos y matreros.

Además de ello, es pertinente considerar algunos de los múltiples análisis realizados a esta grandiosa obra de Martín Fierro, en sus dos partes, donde se han resaltado las similitudes existentes entre los cambios sufridos y expuestos en la personalidad de este emblemático personaje, así como aquellos tejidos sobre el propio Hernández.

Antes de concluir este aspecto de la biografía de José Hernández, es preciso referir las circunstancias acerca de la figura de Martín Fierro, donde se estima que, Hernández culpa a la civilización denominada como progreso, de modificar de forma radical y cruenta la vida cotidiana del hombre.

Develando en su obra tal situación histórica, sobre la obligada o forzada trasformación que su personaje sufre, como consecuencia de un reclutamiento también forzado, y verse envuelto en dos asesinatos, convertirse en fugitivo de la justicia, y la forma cómo éste rompió radicalmente con la civilización preconcebida, para finalizar su vida junto a los indios, que tanto ayudó a diezmar.

Además de lo anterior, se infiere de la biografía de José Hernández, que este logró a través de sus poemas La ida y La vuelta de Martín Fierro, dejar su aporte y legado al campo lingüístico de este subgénero, toda vez que trató con dignidad la palabra rural de los argentinos, como es el caso de la legua gauchesca, un hecho incuestionable de la historia literaria Argentina.

No obstante, este contó con algunos detractores, como ocurre con todo en la vida. En este caso, a mano de ciertos sectores de la crítica de sus contemporáneos, quienes reprochan a Hernández, el empleo en la obra literaria de una lengua inculta. Pese a ello, tales posiciones no impidieron ni bajaron su notable impacto.

Inclusive, se ha estimado que el trabajo de Hernández, sin duda contribuyó a elevar y reconocer a este subgénero literario, como una  lengua literaria plena. Además del conocimiento, que una parte de la crítica manifiesta que la obra de Hernández presenta inestabilidad en la transcripción fonética de las palabras, así como un dominio pobre de la ortografía académica. No obstante, y al margen de ello, dentro de los rasgos característicos de la obra se tienen:

  • Reducción vocálica: como el término pacencia por paciencia.
  • Reducción de los grupos consonánticos: como es vitima en vez de víctima.
  • Omisión de letra d, en la terminación ado.
  • En el diptongo ue, la letra f sustituye a la j.
  • La letra d es sustituida por la l.
  • Uso y sustitución frecuente de la letra h; huir por juir.

Obras

Incluyendo la ya citada extraordinaria obra en forma de un rico poemario, se tiene que durante su agitada vida, de acuerdo a la biografía de José Hernández, este tiene bajo su autoría las siguientes:

  • Vida del Chacho (1863 ).
  • Los treinta y tres orientales (1867).
  • El Gaucho Martín Fierro (1872).
  • La vuelta de Martín Fierro (1879).
  •  Instrucción del Estanciero (1881 ).

Fallecimiento

Luego de vivir una intensa y turbulenta vida, refiere la biografía de José Hernández, que el mismo deja el mundo físico un nefasto día jueves, un 21 de octubre de 1886 estando en su villa de Belgrano, en la entonces calle Santa Fe 468. La muerte lo alcanzó debido a una patología cardíaca, lo que lo llevó a sufrir una miocarditis.

Dejó como legado, además de sus maravillosas obras, portes al periodismo y sus registros históricos, además de sus inmortales palabras finales, referidas a su querido Buenos Aires, Buenos Aires. Sus restos reposan en el Cementerio de la Recoleta, ciudad de Buenos Aires.

Homenajes

Gracias al reconocimiento de su vida y obra, Hernández ostenta un nutrido conjunto de reconocimientos en su honor y en su memoria, de acuerdo a los datos disponibles en la biografía de José Hernández, tiene como homenaje:

Llevan su nombre

  • La localidad del partido de La Plata.
  • La estación de la Línea D del Metro de Buenos Aires.
  • La calle del barrio de Belgrano, de dicha estación.
  • Una estación del Ferrocarril General Roca, hoy en desuso.
  • La escuela José Hernández, en Villa Ballester y en Florencio Varela.
  • Algunos museos nacionales.

Fecha nacional en Argentina

  • El 10 de noviembre, tiene lugar el Día de la Tradición, por el natalicio de José Hernández.

Otros homenajes

  • El grupo musical heavy metal argentino Almafuerte, honra a este notable, cuando lo refiere en su tema Zamba de resurrección, de Ricardo Lorio y compuesta por Claudio Marciello.
  • Siendo una personalidad significativa en la historia argentina, fue objeto de múltiples homenajes como escritor; además, su grandiosa narrativa Martín Fierro, tanto la La ida y la Vuelta, traspasó las fronteras literarias mundiales, en otros formatos e inclusive, fue traducida a más de 70 idiomas, incluyendo, el esperanto y el quechua.

Sabías que

Para el año de 1882, en el cargo de senador, propicio el nombre a la nueva capital de la jurisdicción de Buenos Aires, con la propuesta de que se bautizara como La Plata. Si deseas leer otras biografías, puedes visitar:

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