Biografía del autor Luis Spota y sus libros

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Más de 30 títulos anteceden a Luis Spota, este prolífico periodista y autor mexicano que se inició en el arte de escribir cuando apenas contaba con 14 años. A continuación conocerás sobre la vida de Luis Spota, libros y muchos otros datos de interés de este escritor que mostró la realidad de la política mexicana durante el siglo XX.

Luis Spota

Biografía del escritor Luis Spota

Luis Mario Cayetano Spota Saavedra Ruotti Castañares fue un reconocido periodista y escritor mexicano. Nació el 13 de julio de 1925 en Ciudad de México. Cuenta con más de 30 libros publicados, amén de los diferentes trabajos periodísticos, para cine y para televisión.

Hijo del inmigrante italiano Luigi Spota Ruoti, y de la mexicana de origen español María M. Saavedra y Castañares. Nunca culminó la preparatoria: Luis Spota abandonó sus estudios debido a problemas económicos de su padre; su formación autodidacta le llevó a alcanzar la fama y la gloria.

De muy joven se fue a Tamaulipas, donde trabajó en un barco con destino a Yucatán pero, a consecuencia de las tantas dificultades que le tocó sortear, decidió regresar a la Ciudad de México. Allí se empleó en varios trabajos como vendedor de navajas repartidor de volantes, vendedor de libros de puerta en puerta y ayudante de mesero, cuyos clientes le sirvieron como inspiración para varios personajes de sus novelas.

Estudió fotografía, lo que le permitió ingresar al mundo periodístico. También fue un amante del boxeo, alcanzando ser el presidente fundador del Consejo Mundial de Boxeo, cargo que le permitió desarrollar un programa de alfabetización destinado a los boxeadores.

Cuando tenía 14 años decidió trabajar, por lo que habló con su parroquiano Regino Hernández Llergo, quien lo sumo a la revista Hoy. A esa edad comenzó a escribir en las revistas Mujeres y deportes y Novelas de Pantalla. Cumplidos los 17 años, ingresó a la plana del periódico Excélsior, en cuyo medio conoció a Manuel Becerra Acosta, a quien le agradeció el haberle enseñado “el oficio, la disciplina y la dedicación al trabajo”.

Luis Spota

A la temprana edad de 19 años, Luis Spota fue designado director del periódico La Extra y ya a los 21, director del diario Últimas Noticias. En el año 1948 fue galardonado por el Premio de Periodismo que otorga la Asociación Nacional de Periodistas.

Su producción novelística es prolífica, ya que publicó 30 novelas, las cuales tuvieron como argumento literario la realidad mexicana. Tal es el caso de Las horas violentas, cuyo relato versaba sobre los líderes sindicales que se corrompieron en la lucha por el poder; o de El Coronel fue echado al mar, que cuenta lo que le sucede a un mexicano durante la Segunda Guerra Mundial.

En La sangre enemiga, Spota refiere las desavenencias por las que pasan las personas que habitaban en los alrededores de la ciudad; en La Plaza cuenta lo acontecido durante el movimiento de 1968, en la cual señala a los estudiantes como “enemigos del país” y libra al  gobierno mexicano de su responsabilidad por la represión. Pero fue el libro Casi el paraíso, el que le abrió las puertas del éxito y de la crítica.

En 1949, escribió su primer guión cinematográfico, basado en la canción Hipócrita, para la película que llevaría el mismo nombre del tema. La cinta En la palma de tu mano le valió el premio Ariel por Mejor Argumentista, en 1951. En el año 1952 se estrenó como director con la película Nadie muere dos veces. Sus obras alcanzaron tanto éxito que han sido traducidas a más de 20 idiomas

Aunque no culminó la escuela preparatoria, Luis Spota llegó a ser un reconocido reportero, especialista en la fuente política y prolífico escritor. Su trabajo periodístico le valió el apodo de “El niño terrible de Bucareli”, debido a que consiguió las primeras planas de ocho columnas en el diario Excélsior, durante 43 días consecutivos. También podemos encontrar en Guanajuato, México la preparatoria Luis Spota.

Tuvo además incursión en la radio y televisión mexicana, medios en los cuales obtuvo gran reconocimiento y logros. Luis Spota falleció a los 59 años, el 20 de enero de 1985, en la Ciudad de México, a causa de un cáncer de páncreas.

En su honor, el Centro de Educación Artística, ubicado en la Ciudad de México, lleva su nombre. Aún en la actualidad la obra de Spota tiene vigencia por su contenido político, que retrata a la sociedad mexicana que, al parecer, sigue repitiendo viejos esquemas.

Trayectoria periodística

Cuando apenas tenía 14 años, Luis Spota realizó varias entrevistas para cumplir un encargo que le hiciera Regino Hernández Llergo, director de la revista Hoy, quien le dio el empleo tras una reunión que sostuvo con el joven, quien le mostró gran seguridad y firmeza de carácter. Una de las entrevistas más resaltantes fue la que le realizó al aviador Francisco Sarabia, en 1949.

Tiempo después, el impreso La Hoja de la Tarde le asignó la tarea de cubrir como fotógrafo, la llegada de los inmigrantes españoles a Veracruz, quienes venían huyendo de la Guerra Civil en España. Una vez que logró las imágenes, las envió por correo y así consiguió la exclusiva para el pequeño periódico.

En 1941, a los 16 años, escribió sobre cine para la revista Mujeres y Deportes; también para la revista de variedades Novelas de la Pantalla. Logró ingresar al periódico Excélsior, gracias a una entrevista que le realizara al timbalista de la Orquesta Sinfónica Nacional.

En Últimas Noticias, edición vespertina de la cadena donde trabajaba, sustituyó la columna del poeta Salvador Novo, con su columna Rezagos. Entre 1943 y 1944 escribió la columna Pericles, a cuatro manos con Rafael Heliodoro Valle. Spota obtuvo el particular récord de conseguir la primera plana de ese diario por 43 días continuos, así como el publicar diez notas en la primera plana.

Llegó a ser uno de los mejores periodistas del medio donde laboraba, junto a Carlos Denegri, con quien entabló gran amistad. Este vertiginoso ascenso en su carrera le ganó el reconocimiento de sus compañeros, quienes lo apodaron “el niño terrible de Bucareli”, haciendo referencia a la avenida donde está ubicada la sede del Excélsior.

A los 19 años asumió la dirección del periódico La Extra, bajo cuya coordinación se incrementó el tiraje de 30 mil a 92 mil ejemplares. A los 21 años fue designado director de Últimas Noticias, responsabilidad que asumió hasta los 23 años, en 1947.

En 1948 escribió un artículo, para la revista Mañana, en el que, luego de una entrevista personal con el autor, reveló la identidad del novelista B. Traven. Gracias a éste obtuvo el Premio de Periodismo que entrega la Asociación Nacional de Periodistas.

Fue, además, colaborador de la publicación  Mire, Política y del periódico Novedades, para el cual escribió la columna 24 horas. También dirigió el medio de comunicación Claridades, y la revista cultural Espejo. Durante diez años, desde 1965 hasta 1985, tuvo bajo su responsabilidad El Heraldo Cultural, que es un suplemento del diario El Heraldo de México.

En cuanto a su trabajo como periodista radiofónico, se desempeñó en la XEW desde 1949,  siendo galardonado con el premio al Mejor Comentarista Radiofónico en los años 1952 y 1953. En el año 1979 nuevamente es reconocida su labor con el Premio Nacional de Periodismo de México, por su desempeño en la televisión. Luis Spota también fue miembro de la Asociación de Periodistas Cinematográficos de México y de la Asociación Mexicana de Periodistas.

Dentro del periodismo televisivo, Luis Spota también dejó huella. En 1958 hizo su primera aparición en la pantalla chica en el programa Magazine televisado. En el año 1959 realizó, junto a Rafael Solana, el programa Tribunal cinematográfico. Fue el presentador del programa Grandes Series de Golf, en 1969, programa transmitido por el canal 8 (Televisión Independiente de México) que duró 18 meses.

Condujo el programa de entrevista de Televisa Cada noche lo inesperado, junto a Lolita Ayala; esto fue por 1973. En el año 1974 formó parte del equipo de Imevisión, canal para el que condujo Diálogo abierto, Fuera de Serie y La Hora 25, programas de entrevistas sobre temas de actualidad.

Obra literaria de Luis Spota

La obra de Luis Spota, libros, está caracterizada por narrar sobre la vida urbana en México, su acontecer social y político, entre los años 1950 y 1960. Tal es el caso de Murieron a mitad del río, novela que aborda la migración hacia Estados Unidos de los braceros mexicanos, quienes cruzaron la frontera para solucionar la escasez de mano de obra en el país norteamericano luego de la Segunda Guerra Mundial.

Las grandes aguas (1954) refiere la construcción de una gran presa; mientras que Casi el paraíso (1956) cuenta las aventuras del estafador italiano Ugo Conti, quien se regodea entre empresarios, familias de abolengo y políticos de México, haciéndose pasar por noble.

Asimismo, La Plaza (1971) trata sobre el movimiento estudiantil mexicano de 1968; Palabras mayores sobre el manejo que realizaba el presidente de turno sobre sus inferiores para definir quién sería su sucesor y El Primer día (1977), sobre cómo afecta al expresidente el hecho de haber perdido su poder tras culminar su período de gobierno.

Spota alcanzó mayor proyección con sus novelas políticas, las cuales obtuvieron gran tiraje debido a la forma en la que el autor retrató el poder, al punto de que hasta hoy son una fuente importante para quienes desean conocer más de cerca los intríngulis del mundo político mexicano durante los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Así, se produjo la serie “La costumbre del poder”, formada por los títulos Retrato hablado (1975), Palabras mayores (1975), Sobre la marcha (1976) El primer día, El rostro del sueño (1979) y La víspera del trueno (1980). Los insumos para estos escritos, que describen fielmente los factores del poder y las vidas privadas de sus protagonistas, fueron recabados por Spota gracias a su vinculación estrecha con muchos políticos a causa de su ejercicio periodístico.

En este conjunto de novelas, el autor hace uso de un lenguaje directo, sin rebusques ni matices, en el que se denota la neutralidad de la nota informativa, por lo que es muy frecuente encontrar narraciones de la vida política mexicana de esa época, en las cuales se limitaba a cambiar nombres de personas y lugares.

Su primera obra, titulada De la noche al día, fue publicada en 1945, que consistía en un libros de cuento que carga sobre sí el estigma de ser la primera publicación del autor, de hecho, a juicio de la crítica, esto es lo más relevante del texto. Escrito cuando Spota apenas tenía 20 años, dejó ver desde muy temprano el interés del escritor por las historias comunes de los mexicanos y sus problemas, en el contexto político y social de la época.

La influencia del periodismo en el estilo narrativo de Spota es tan evidente, que todas sus novelas están escritas con un notorio estilo periodístico. De igual manera, los temas que desarrolló en sus obras eran de gran interés para él, como es el caso de las luchas de poder dentro de la política, las transformaciones que vivió el México del siglo XX y la vida urbana. A continuación, una breve reseña de algunos títulos escrito por Luis Spota.

José Mojica, hombre, artista y fraile

Publicada en 1947. Novela biográfica que relata la vida del monje franciscano, quien además fue actor y tenor, entre otras cosas. Esta es una de las obras más recordadas de Spota que, como las otras, mantenía la impronta de las técnicas periodísticas bien aprendidas y frecuentemente utilizadas por el reportero.

El coronel fue echado al mar

Esta novela, publicada en 1947, le daría a Spota el primer lugar de la primera edición del concurso nacional de literatura. Esta es una de las pocas historias del escritor que no centran su temática en la realidad mexicana pero, a juicio de la crítica, le permitió a Spota perfilar su estilo para abordar los temas sociales, los cuestionamientos morales y la profunda observación del comportamiento del hombre.

Murieron a mitad del río

Publicada en 1948, en esta novela Spota, ya con 23 años, cambia la línea en cuanto al tema central de sus obras: en esta oportunidad se relata la historia de un grupo de inmigrantes mexicanos, rumbo a Estado Unidos, quienes fallecieron en el intento. Es en este punto cuando el escritor una la literatura como un arma en contra del gobierno de Miguel Alemán, con quien mantenía buenas relaciones, pero estas no fueron frenos para enfilar sus críticas hacia el nuevo presidente.

Vagabunda

En 1950, Luis Spota se da a la tarea de describir la situación que atravesaban los mexicanos en ese entonces en la búsqueda de su propia identidad como país, que los llevó a buscar desarrollo lejos de las fronteras mexicanas. Esta novela fue adaptada al formato película bajo el título Flor de sangre, en 1951.

Más cornadas da el hambre

También de 1950, profundiza los problemas que enfrentaba el mexicano promedio en la búsqueda de un empleo y de la búsqueda del éxito dentro de los negocios. Queda demostrado que a los empresarios sólo les importa el beneficio propio que pueden obtener, por encima del talento o preparación de la mano de obra. Para ello utilizó como referencia la realidad de la industria de las plazas de toros. Esta obra le valió el Premio Ciudad de México.

La Estrella vacía

Otra publicación de 1950, que dejó a la vista de todos algunos elementos oscuros que pululaban alrededor de uno de los negocios más exitosos de ese momento en el que estaba vinculado el cine mexicano. Señaló sin censura cómo los empresarios estaban dispuestos a deformar sus valores, todo por una transformación vacía e inmoral. También condenaba el ambiente creado por los empresarios para obligar a los aspirantes a permitir actos de dudosa moral y que los actores aceptan dichas condiciones que los degradan.

Las grandes aguas

Con esta novela, publicada en 1954, Luis Spota obtuvo el Premio Ciudad de México. Con esta obra continuó la crítica al gobierno mexicano, aunque hubiese ocurrido cambio de gobierno. Criticó la reforma agraria del gobierno de Alemán y los proyectos en general del nuevo gobierno.

Casi el paraíso

Luis Spota publicó, en 1956, esta novela con la cual quedó totalmente consolidado su estilo narrativo. Esta fue su novela más emblemática. Cuenta la historia de Ugo Conti, un napolitano hijo de una meretriz que se hace pasar por príncipe. Este es un cazafortunas, que además disfruta de conquistar a las mujeres más bellas de la alta sociedad mexicana.

En casi el paraíso, Luis Spota narra cómo Conti conquista a la hija de un adinerado empresario pero, cuando está a punto de casarse con la joven, Amadeo, nombre real el protagonista, debe enfrentar situaciones trascendentales que cambiarán su vida para siempre. Esta novela es la reseña de un falso aristócrata que se convierte en espejo y retrato de la burguesía mexicana en los años 1950.

Otras obras escritas por Luis Spota son: Las horas violentas; La sangre enemiga, El tiempo de la ira, La pequeña edad, La carcajada del gato, Los sueños del insomnio, Lo de antes, La plaza, El viaje, Las cajas, Retrato hablado, Palabras mayores, Sobre la marcha, El primer día, El rostro del sueño, La víspera del trueno, Mitad oscura, Paraíso 25 y Los días contados, publicadas entre 1958 y 1985.

En el año 1986 fue publicada la novela Días de poder, obra póstuma. La obra Historia de familia quedó inconclusa tras el fallecimiento del reconocido y prolífico escritor, en 1985. También se puede reseñar su aporte para el teatro mexicano con las piezas Ellos pueden esperar, estrenada en 1947 y El aria de los sometidos que fue puesta en escena en el año 1998 como homenaje a Spota.

Luis Spota y el cine

Hipócrita fue su primera película, en 1949, cuya dirección estuvo a cargo de Miguel Morayta. El productor del filme le pidió escribiera la estructura argumentativa partiendo de la canción del mismo nombre, esto con el objetivo de dar a conocer a la joven actriz Leticia Palma.

Además, debió concebir el papel de galán maduro, con un toque de maldad, para el actor Antonio Badú y se le permitió crear un papel secundario para la entonces protegida de Spota, la actriz en ciernes Elda Peralta, quien luego se convertiría en compañera de vida el escritor.

En el año 1951, Spota fue galardonado con el premio Ariel al mejor argumento, por la cinta En la palma de tu mano.  Además, dirigió las películas Nadie muere dos veces, en 1952; La muerte es mi pareja (Quiero vivir), que vio la luz en 1953; Amor en cuatro tiempos, en 1954, y la serie de cuatro películas titulada Con el dedo en el gatillo, en 1958, que reunió los films Con el dedo en el gatillo, El anónimo, El Vengador, el dinamitero; y La tumba.

Desde 1949 hasta mucho después de su muerte, la obra de Luis Spota ha servido de argumento para la producción de diversas películas por lo que, en su filmografía se cuentan más de cuarenta títulos. A continuación vamos a reseñar parte de su trabajo para el cine.

Corazón de fiera estuvo dirigida por Ernesto Cortázar en 1950. Ese mismo año fue filmada Flor de Sangre, cuyo director fue Zacarías Gómez Urquiza, la cual tiene como argumento la novela Vagabunda, escrita años antes por Spota. También en 1950, el autor se junta con Miguel Morayta para dar a luz el filme Camino del infierno. Del mismo año también son La Tienda de la esquina, En la palma de tu mano, dirigidas por José Díaz Morales y Roberto Gavaldón, respectivamente.

El año 1952 también fue muy prolífico para la obra cinematográfica de Luis Spota ya que fueron filmadas las películas Trotacalles, La noche avanza; Torerillo, Nadie muere dos veces y Las cartas, estas últimas contaron Spota como guionista y director.

En 1954 Miguel Delgado, Raphael J. Sevilla y Roberto Rodríguez, dirigieron los films La gitana blanca, Tu vida en mis manos y La culpa de los hombres, respectivamente, todas con argumento del escritor mexicano. Donde el círculo termina, dirigida en 1955 por Alfredo B. Crevenna, continuó la obra de Spota; que fue seguida por los documentales La Revolución mexicana en sus murales y El rescate de las islas Revillagigedo, entre los años 1956 y 1957.

El año 1957 también fue muy productivo para Luis Spota, pues fueron filmadas las películas La mujer marcada, nuevamente dirigida por Miguel Morayta; Qué noche aquella, bajo la dirección de Íñigo de Martino; y Los tres vivales, dirigida por Rafael Baledón. Ya para el año 1958 abundaron las películas: El derecho a la vida, dirigida por Emilio Muriel; Dos gallos en Palenque, por Rafael Baledón; y La estrella vacía, Con el dedo en el gatillo, El vengador, El dinamitero y La tumba, todas dirigidas por Spota.

El Norteño/El último Montecristo, fue una serie de 12 episodios grabada en 1960. A esta le siguieron los títulos El hombre de papel, basada en la historia “El billete” de Luis Spota; Cuernavaca en primavera: Nido de amor, El mago, El bombón; la sangre enemiga; Cadena perpetua, basada en Los de antes; Las grandes aguas/SOS Zona de desastre. Murieron a mitad del río y Vagabunda fueron grabadas en 1986 y 1993, respectivamente, años después de la muerte de Luis Spota.

Críticas sobre Luis Spota

Contrario a su reconocido éxito en librerías, que le valieron no pocos premios y la traducción de sus obras a más de 20 idiomas, la novelística de Luis Spota siempre se mantuvo alejada del renombre de los bestseller; pues nunca ganó del todo la venia de la crítica literaria que lo estigmatizó como un autor popular o de segundo orden.

Desde ese tiempo hasta hoy no han sido pocos los lectores y críticos que han tratado de darle un lugar mayor y más relevante a la obra de Spota dentro de la literatura mexicana. Ejemplo de ello es el análisis que hiciera el filósofo y poeta Jaime Labastida, director de la revista Plural, en su edición dedicada a Spota en mayo de 1985, luego de su muerte.

En su artículo, titulado “El lugar de Luis Spota en la literatura mexicana”, Labastida argumenta su trabajo en tres elementos: 1) Spota atesora gran cantidad de material narrativo; 2) “La novelística d Spota constituye un inmenso mural quizás sólo comparable al intento de un Diego Rivera por expresar el conjunto de nuestra problemática política, económica y social” y 3) El cuidado con el que Spota trata su trabajo.

Según palabras de su compañera de vida y amiga Elda Peralta, Luis Spota “se forjó un código de conducta personal que le permitió no traicionarse nunca, ser congruente consigo mismo”, lo que le permitió definir su narrativa y estilo directo en la construcción de sus obras, las cuales eran escritas a mano y luego transcritas por Peralta.

Tal como lo reseña la aliada más cercana del autor, para él la búsqueda de la verdad ha de ser el objetivo máximo del periodista. No desinformar era vital para él, al punto de que lo que no informaba como noticia, lo reseñaba en sus novelas; de tal manera que, “en cierto modo las novelas de Spota venían a llenar los huecos de la desinformación oficial”.

 

 

Tanto sus lectores como críticos coinciden en que las novelas de Luis Spota estaban entretejidas por un tema central: la práctica política y el despotismo en México. Permitía así la comprensión de la realidad del país latinoamericano de entonces; el descubrimiento del “calendario ritual del poder en México”, especie de augurios sobre las acciones y comportamientos de quienes ostentaban el poder; y esos mecanismos secretos que sustentaban estas prácticas.

En la obra de Spota el lector fácilmente podría tropezar con frases extraídas de textos universales: Maquiavelo alza su voz y se mezcla con Napoleón Bonaparte o quizás con Francesco Guicciardini; pero tal vez en citas más llanas y sencillas que relataban alguna anécdota de los hombres de poder de México durante la Revolución o después de ella.

Quienes lo leen, quedan imbuidos en el estilo narrativo de Luis Spota, caracterizada por ser una literatura realista, bien estructurada y escrita, rápida y presentada de tal manera que logra captar la atención desde el principio. Su obra contribuyó a derribar el mito de que en México no se lee, pues desde sus primeras obras logró vender miles de ejemplares, sólo en su país natal. Si quieres conocer de la biografía y aportes de otros autores, haz click en los siguientes link:

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