Biografía del autor Rafael Pombo, libros y poesía

(2.5 / 5) - (4 votos)

Prepárate a descubrir un poco más acerca de la brillante trayectoria de uno de los escritores y poetas más destacados de todos los tiempos, estamos haciendo referencia al colombiano Rafael Pombo. Conoce cuáles fueron sus obras más emblemáticas.

Rafael Pombo

Rafael Pombo

En este presente artículo conoceremos más sobre la vida y obra de Rafael Pombo, destacado escritor, poeta, fabulista, traductor, intelectual y diplomático colombiano que dejó un gran legado entre las nuevas generaciones. Pombo está considerado como el máximo representante del romanticismo en Colombia, además de ser una de las principales figuras de la lírica romántica en lengua española.

Rafael Pombo logró establecer a lo largo de su trayectoria un estilo único y particular en cuanto a la literatura colombiana y de todo el continente, parcialmente oscurecida por el éxito de sus fábulas y cuentos dirigidos especialmente al público infantil, que han conservado intactas su frescura y popularidad hasta la actualidad.

Biografía

En esta parte de nuestro artículo hablaremos sobre la vida de Rafael Pombo, conociendo algunos detalles importantes de su familia y sus primeros años de vida. Lo primero que podemos decir es que Rafael Pombo fue hijo de don Lino de Pombo, un destacado militar, hombre de Estado, matemático y diplomático. En el año 1844, Rafael Pombo ingresó al seminario, donde realizó estudios de latín. Conoce un resumen de la biografía de Rafael Pombo a continuación.

Origen y circunstancias de su nacimiento

El escritor y poeta Rafael Pombo nació en el hogar que estaba integrado en su momento por don Lino de Pombo y Ana María Rebolledo Tejada, ambos formaban parte de las familias de la aristocracia de Popayán. Una vez que el General Francisco de Paula Santander nombró a Lino de Pombo como secretario del interior y de Relaciones Exteriores, se trasladó con su familia a Bogotá y fue en esa ciudad a la cual Ana María llegó con siete meses de embarazo.

Meses después dio a la luz a su hijo Rafael en la capital de la República de Colombia. Fue en su hogar donde Pombo aprendió las primeras letras de labios de su madre. Cuando cumplió sus primeros once años de edad logró ingresar en el seminario de la capital, donde el estudio del latín hizo de él un diestro traductor de los clásicos.

Algunos destacados escritores de la talla de Marcelino Menéndez Pelayo expresó acerca de sus traducciones lo siguiente: “No las hay más valientes y atrevidas en nuestra lengua”. De los poetas grecolatinos tradujo el episodio de Laoconte de Virgilio y a Horacio. También vertió al castellano “El poeta moribundo”, de Alphonse de Lamartine, y el soliloquio del Hamlet de Shakespeare.

Se podría decir que la pasión y el amor por la poesía nacieron en Rafael Pombo cuando éste era apenas un adolescente, incluso antes de eso. Ya cuando tenía diez años había copiado versos y traducciones en un cuaderno que llamó “Panteón Literario”. Para la década de 1846 pudo ingresar en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde cursó humanidades y en 1848 recibió el grado en matemáticas e ingeniería en el Colegio Militar fundado por el General Tomás Cipriano.

Vida en Estados Unidos

Algunos años después de haber recibido el grado en matemáticas e ingeniería, el escritor Rafael Pombo toma la decisión de viajar a los Estados Unidos; un viaje que emprende específicamente en la década de 1855. Su viaje fue con el objetivo de ocupar un cargo diplomático. De manera paralela a su trabajo, fue contratado por la D. Appleton & Company con sede en la ciudad de Nueva York para traducir al castellano varias canciones infantiles de la tradición anglosajona.

Realizó un extraordinario trabajo en esa área y el resultado final, más que una traducción, fue una adaptación transformativa que salió publicada en dos volúmenes con los títulos “Cuentos pintados para niños” y “Cuentos morales para niños formales”. En ambas obras sale a reducir el impresionante talento de Rafael Pombo para la narración y el fluido manejo de la prosa dirigida a diversos públicos.

En los Estados Unidos, Rafael Pombo estuvo residenciado por espacio de diecisiete años aproximadamente. Después de este tiempo decide regresar a la ciudad de Bogotá donde trabaja como traductor y periodista y funda diferentes periódicos, entre los que se pueden nombrar: El Cartucho y El Cetro. Además Pombo trabajó como libretista de la ópera Ester.

Poeta, fabulista y traductor

Una vez que Rafael Pombo toma a determinación de regresar a Bogotá, luego de su exitoso paso por los Estados Unidos, se dedicó especialmente a ejercer labores como periodista. Fue coronado como poeta nacional el 20 de agosto de 1905, en el Teatro Colón, fecha en la cual quedó registrado el fallecimiento de Diego Fallón, considerado su gran compañero de generación.

Años más tarde, específicamente el 6 de febrero de 1912, Rafael Pombo fue seleccionado como miembro de la prestigiosa Academia Colombiana de la Lengua, reemplazando en su momento a don Manuel María Mallarino, ex presidente de la República de Colombia elegido el 6 de enero del mismo año, y a quién la muerte no le permitió asistir ni a la primera reunión.

RAFAEL POMBO

Tiempo después, Rafael Pombo es escogido como secretario perpetuo, en reconocimiento a su enorme sabiduría de la lengua española. Como traductor se podría decir que tuvo una brillante carrera, obteniendo el reconocimiento de destacadas personalidades como Marcelino Menéndez y Pelayo. Hoy día algunas de sus traducciones como “El poeta moribundo” de Lamartine continúan siendo célebres.

Rafael Pombo destacó también por ser el fundador de importantes periódicos como El Cartucho y El Centro; además dirigió El Tomista; y fue colaborador de La Siesta, El Día, El Filotémico, El Heraldo, El Obrero, La Escuela Normal, La América, La Nueva Era y Las Crónicas. Fue precisamente en algunos de estos grandes periódicos colombianos donde quedó parte de la obra de Rafael Pombo, recopilada tiempo después por diversos autores.

Para nadie es un secreto que los cuentos de Rafael Pombo marcaron un antes y un después en la literatura colombiana. Él fue uno de los más grandes y respetados poetas colombianos, y el mejor exponente del romanticismo en el país. A través de su voluntad y una personalidad única, Pombo supo inyectarle a sus poesías el ritmo y musicalidad que harían perenne su obra. Cultivó todos los géneros líricos, desde la alta oda hasta el diminuto epigrama.

Pombo también destacó por rimar para los niños fábulas festivas y cuentos, y también sentidas elegías. Entonó himnos altísimos a Dios y a la Patria, quemó incienso ante Eros. Cultivó todos los metros usados hasta entonces. Usó en su inspiración los amplios ropajes de la silva o los breves renglones de una décima. Cinceló cuartetos y admirables sonetos.

Cuando cumplió sus 23 años de edad, Rafael Pombo logró escribir una de sus más sentidas obras titulada “Hora de tinieblas”, donde demuestra un profundo despecho que brotó de una crisis de exasperación provocada por una dolencia física que sufrió por largos años. Sin duda alguna, Pombo es el poeta más completo que ha tenido Colombia.

A una imaginación poderosa, juntó una rica sensibilidad y un alto y hondo pensar. Dios, la naturaleza, la mujer, todo ello unido en el vértice de su inspiración, fueron los temas centrales de su lírica. Sus temas están englobados en el cultivo de la elegía amorosa, la contemplación descriptiva y la meditación filosófica.

Pombo pudo demostrar su nivel de obra descriptiva en diversos poemas como “Preludio de primavera”, “Luna llena”, “En el Niágara” y “El Valle”; donde la naturaleza encuentra su mejor cantor y el paisaje aparece repleto de colores y de vida, al impulso de su admirable inspiración; elegíaco en “Melancolía”, “A la muerte de don Antonio Ospina”, “Elvira Tracy” y “Decíamos ayer”.

Rafael Pombo también demostró su parte de filósofo en poemas como “Hora de tinieblas”, “Pecado original” y “De noche”, canto a la vejez, vate del amor en “Barcarola”, “Edda”; “Extasis”; “Siempre”, y “Noche de diciembre”, poeta de la patria en “La tumba de Ricaurte” y “Lo que vieron los viejos”, místico en “María”, “La casa del cura” y “La cruz de mayo”, bardo del deseo y de la pasión en “Abisag” y “Mi amor”.

En cada uno de los poemas descritos anteriormente, Rafael Pombo logra demostrar un impresionante léxico que además refleja una honda penetración en el lenguaje, derivada del profundo conocimiento que tiene de él. Su riqueza idiomática aparece conjugada en “El Alfabeto” y “Doña Pánfaga”, graciosa poesía llena de esdrújulas.

Es importante destacar que Rafael Pombo también mostró preocupación en su poesía por el tema religioso. El folleto “El 8 de diciembre” fue publicado con el visto bueno de la arquidiócesis de la capital del país, y en la nota de autorización se comentaba que todas las estrofas, menos la última, tenían sentido religioso y su lectura concedía indulgencias.

Cada vez que se evalúa la producción poética de Rafael Pombo, siempre se hace referencia a su obra más elaborada, pero se deja por fuera la poesía circunstancia, donde se puede evidenciar con algo de sorpresa la habilidad y la gran capacidad del genio. Dentro de este estilo fueron famosas sus controversias políticas en verso con los personajes de la época.

En una gran parte de estos casos, el escritor Rafael Pombo acudió al acróstico. En la década de 1851 redactó “Más vale un pícaro con talento que un imbécil honrado” donde atacaba a un liberal. Otra de sus obras políticas más conocidas fue la que le realizó a Miguel Antonio Caro y que tituló “Un apellido anagramático – Acróstico” en el cual lo trata de Carito.

Rafael Pombo también se podría decir que fue uno de los personajes más relevantes dentro de la literatura infantil en la República de Colombia. Para éste público realizó hermosas creaciones tales como “Michín”, “Juan Chunguero”; “Pastorcita”, “Rin Rin Renacuajo”; “La Pobre Viejecita”; “Simón el Bobito”, “El Gato Bandido” y “El Renacuajo paseador”:

En cada una de esas obras anteriormente descritas destacan las imágenes llenas de color que desfilan cargadas de gracia y belleza por nuestra memoria. Hay quienes lo consideran como el mejor fabulista de Colombia. De él se conocen al menos 222 fábulas, entre ellas podemos destacar las siguientes: El gato guardián, El sermón del caimán, La nariz y los ojos, El niño y la Mariposa, El coche, El potro sin freno, El niño y el buey, entre otras.

En la década de 1912 se remitió la ley 87 del 16 de noviembre, a través de la cual la República de Colombia honra la memoria de Rafael Pombo, considerándolo una de las más grandes glorias de las letras en ese país. En esta ley se dispuso la publicación de sus obras por cuenta del Estado. La tarea le fue encomendada a don Antonio Gómez Restrepo, quién por el corto presupuesto, tuvo que dejar por fuera toda la poesía circunstancia del poeta.

Sin embargo, algún tiempo después. Héctor Orjuela logró destacar ésta publicación y sacó una nueva colección que consta de cuatro volúmenes. En el I y II resaltan 334 poemas: al final aparecen dos sonetos en inglés y la ópera en español Florinda, la cual consta de cinco actos en verso. Por su parte en el tomo II se recopila las traducciones realizadas por Pombo; son en total ochenta poesías de diferentes autores universales.

Rafael Pombo también tuvo la oportunidad de escribir las óperas Ester y Florinda o la Eva del Reino Godo Español, las cuales realizó en colaboración del músico José María Ponce de León. De su prolongada obra se han publicado los libros: Fábulas y verdades (1916), Cuentos Pitados, Cuentos morales para niños formales, Amor y Matrimonio, Versos, entre otros.

Ciertamente, a pesar de su larga y variada obra literaria, es importante destacar que Rafael Pombo es recordado principalmente por su extraordinaria contribución a la literatura infantil, siendo considerado uno de los más grandes escritores de éste género. Entre sus fábulas infantiles más populares están: Michín, Juan Chunguero, Pastorcita, La pobre viejecita, Simón el bobito y El renacuajo paseador.

Quizás pocos lo sepan pero Rafael Pombo no publicó sus poesías, salvo algunas ediciones por petición de sus amigos más cercanos. En sus últimos años de vida, compiló y ordenó su producción literaria dispersa en diferentes medios impresos de la época y en manuscritos que guardaba entre sus pertenencias. Luego de su muerte, su habitación fue sellada y solo casi cuatro años más tarde, se realizó la compilación de su obra poética.

Otro elemento que destacó en la vida profesional de este escritor fueron las fábulas de Rafael Pombo que aún siguen siendo recordadas y respetadas por las nuevas generaciones.

La obra de Rafael Pombo: Selección de obras

De sus más emblemáticas obras infantiles podemos destacar: El renacuajo paseador, también conocida como Rinrin Renacuajo, Mirringa mirronga, La pobra viejecita, Simón el bobito, El Mosquito Feliz y El gato bandido. También son populares: Pastorcita, Juan matachín, Cutufato y su gato, El niño y la mariposa, las siete vidas de gato.

Se podría decir que junto a José Asunción Silva, Rafael Pombo está considerado como uno de los más destacados poetas colombianos del siglo XIX. Favorecido por su bienestar económico, fue el primero que asumió la labor poética como principal actividad a lo largo de todo su periplo vital, en una época en que otros optaron por acatar las órdenes de la musa solo de manera periférica.

Hay quienes consideran que junto a las poesías de Rafael Pombo nació en Colombia una poesía nueva en todo el continente. La lírica de este autor funde subjetividad y meditación filosófica, reflexivo sentimiento del amor y de la naturaleza, pálpito religioso y aprovechamiento de la experiencia. En su obra los principales protagonistas son Dios, la naturaleza y la mujer, al igual que la rebeldía, el vigor y la ironía.

La obra de Rafael Pombo se puede dividir en tres ciclos que corresponden a tres momentos de la vida del poeta: Primera residencia en Bogotá, residencia en Estados Unidos (1855-1872) y segunda estadía en Bogotá. Pombo entiende desde muy corta edad que su mayor pasión era la de escribir, llegando a decir en una oportunidad: “De que soy poeta apenas tengo estos datos: Que no sirvo para nada, sino para hacer versos”.

Algunos de los primeros poemas de Rafael Pombo fueron publicados bajo el título Exabruptos poéticos. En la década de 1855, Pombo escribió “La hora de las tinieblas”, un ambicioso poema de largo aliento compuesto por sesenta y una décimas, que abre y refleja de manera fidedigna la segunda etapa de su producción.

Ésta es descrita como una de las obras más brillantes y representativas de Pombo donde manifiesta un sentimiento de escepticismo y desesperanza propio del más genuino espíritu romántico. Entre sus poemas mejores logrados y escritos en Estados Unidos está “Al Niágara y Elvira Tracy”.

En el primer poema hay una constante oposición entre la civilización moderna y la vida bucólica. Por su parte el poema “Elvira Tracy” es una elegía dedicada a la joven del título, fallecida a los quince años; se trata de un canto al amor verdadero, a la pureza femenina y a la inocencia. También vale la pena destacar la inclinación de Pombo por la literatura infantil.

En ella, Pombo da rienda suelta a su fascinación por lo fabuloso y lo mágico. En su etapa norteamericana dio a conocer dos recopilaciones de relatos breves en verso: Cuentos pintados para niños en 1867 y Cuentos morales para niños formales en 1869. Al primero pertenecen algunos emblemáticos poemas como El renacuajo paseador y el gato bandido.

La obra completa de Rafael Pombo fue publicada por primera vez en la década de 1916, en cuatro volúmenes diferentes. El primero y el segundo contienen su obra poética; el tercer tomo lo constituyen sus traducciones, mientras que el último encierra sus Fábulas y verdades, Cuentos pintados y Cuentos morales para niños formales. Destacan también algunas poesías de Rafael Pombo para niños.

A lo largo de su extensa y exitosa trayectoria, Rafael Pombo también dejó diversos artículos de crítica literaria. En colaboración con el músico José María Ponce de León, escribió incluso el libreto de la ópera Florinda o la Eva del reino godo español. Los poemas cortos de Rafael Pombo continúan siendo de admiración en la actualidad. Te has preguntado ¿Cuáles son los cuentos de Rafael Pombo? Te invitamos a seguir leyendo nuestro artículo donde estaremos haciendo un repaso por sus obras más emblemáticas.

Cronología

1833: El día 7 de noviembre nace en la ciudad de Bogotá, Colombia el escritor y poeta José Rafael de Pombo y Rebolledo. El abuelo de él, don Manuel de Pombo, abogado payanés, era contador de la Real Casa de la Moneda de Santa Fe y en el año 1810 participó como uno de los firmantes del Acta de la Independencia.

Su padre, Lino de Pombo, había defendido a Cartagena del asedio de Morillo, donde fue tomado prisionero y enviado a España donde participó en el levantamiento de Riego. Después de eso fue secretario de la Legación en Londres y volvió a Popayán donde contrajo matrimonio con Ana María Rebolledo en el año 1827.

Ese mismo año, el presidente Santander nombra a don Lino de Pombo como secretario del interior y de Relaciones Exteriores, y la familia se debe mudar a Bogotá, a donde Ana María llegaría con cinco meses de gestación de quién más tarde sería Rafael Pombo. Éste poeta tuvo un total de cinco hermanos: Beatriz – que vivió con él toda su vida – Felisa, Juanita, Fidel (fundador del Museo Nacional) y Manuel.

  • 1844: En este año Rafael Pombo ingresa a estudiar en el Seminario de la ciudad de Bogotá, Colombia.
  • 1846: Comenzó a estudiar humanidades en una institución educativa llamada Colegio del Rosario.
  • 1847: Sus estudios de ingeniería los inicia en el Colegio Militar de la ciudad de Bogotá, Colombia.
  • 1851: Pombo recibe diploma de ingeniero y comienza a formar parte de la Sociedad Filotémica, integrada por jóvenes conservadores que conspiraron contra el gobierno de José Hilario López.
  • 1853: Éste año Pombo emprende viaje al Valle del Cauca y Popayán.
  • 1854: Retorna a la ciudad de Bogotá para unirse al ejercito legitimista que lucha contra el general Melo y alcanza el grado de oficial.
  • 1855: Pombo es nombrado secretario de la Legación de Colombia 1879 en los Estados Unidos por lo que debe viajar a la ciudad de Nueva York. Estando allí ayuda a Tomás C. de Mosquera a corregir sus memorias del Libertador. Escribe “La hora de tinieblas”.
  • 1856: Rafael Pombo debe viajar a Costa Rica junto al embajador Pedro Alcántara Herrán con el objetivo de definir el litigio de fronteras con ese país. En el mes de diciembre retornó a su país, Colombia.
  • 1857: En el mes de mayo de este año regresa a los Estados Unidos y estando en ese país logra conocer al poeta García Tassara, ministro de España en Estados Unidos.
  • 1862: El presidente Mosquera destituye al embajador Herrán y a su secretario. Tiempo después Pombo volverá a ocupar la secretaría pero en carácter interino.

  • 1867: Un año muy importante para Rafael Pombo debido a que en esa fecha la casa Appleton & Co de la ciudad de Nueva York realiza la primera edición de “Cuentos pintados para niños”.
  • 1869: Éste año, la misma editorial Appleton & Co realiza la publicación de la primera edición de “Cuentos morales para niños formales”. Gómez Restrepo atribuye a Rafael Pombo un texto de presentación de estos libros, donde dice que estos libros son “colecciones de cuentos que Pombo adaptó al español transformándolos a su manera”.
  • 1871: A instancias del poeta William Cullunt Bryant, la revista Post hace la publicación de un soneto de Rafael Pombo compuesto en inglés. Entra en contacto con Raph Waldo Emerso y co Longfellow, con quien sostuvo correspondencia. Se forma la Academia Colombiana de la Lengua donde funge como miembro.
  • 1872: En este año Rafael Pombo toma la decisión de retornar a su país natal, Colombia, llegando específicamente el día 23 de noviembre. Desde esa fecha nunca más volvió a salir de su tierra.
  • 1873: Pombo propone una ley, que luego sería aprobada, en la cual se crea un instituto general de bellas artes y comienza sus colaboraciones en la Escuela Normal, periódico de la Dirección de Instrucción Pública.
  • 1877: El día ocho de diciembre del año 1877 tuvo lugar la publicación de “colección de poesías religiosas” el cual está considerado como el único libro publicado durante la vida del poeta.
  • 1879: Fue afectado duramente por una úlcera que lo obligó a permanecer en cama. Aprovechó ese tiempo en convalecencia para comenzar la traducción de “Las Odas de Horacio”.
  • 1883: El médico Homeopatía Gabriel Ujueta logra sanarlo de su enfermedad, que lo atormentaba desde 1854. Comienza a formar parte de la Sociedad Homeopática, y más tarde, sería redactor del periódico La Homeopatía. Desde ese mismo año, uno de los temas más persistentes de sus versos sería para difundir esta ciencia. En el mes de junio de ese año muerte su madre, doña Ana María Rebolledo.
  • 1886: Un diplomático argentino, García Merou, pinta así a don Rafael Pombo: «Vivía encerrado en un humilde cuarto, entre un cúmulo de libros y de papeles viejos apiñados sobre las sillas, en los rincones, debajo de la mesa, por todas partes; y sus preocupaciones más absorbentes son las de las bellas artes. Las paredes de su habitación están cubiertas de viejos trozos de molduras, de telas antiguas, y algunas bastante mediocres, de litografías descoloridas, de bocetos y croquis de pintores que han pasado por Bogotá, y han tenido siempre en él un amigo sincero y un franco admirador».
  • 1888: En ese año ocurre la fundación del periódico El Centro por parte de Rafael Pombo, periódico del que aparecen 12 números. También ese año vende la casa paterna y se va a vivir a casa de su hermana Beatriz donde finalmente muerte. Ésta casa estaba situada en la calle 23 con carrera 13.
  • 1896: Tuvo lugar el suicidio de José Asunción Silva. Pombo le escribe Ángel y Rufino Cuervo. “Suicidio ayer o antenoche de José Asunción Silva, según unos por el juego de $ 4.000 de viáticos de cónsul para Guatemala; por atavismo en parte, mucho por lectura, de novelistas, poetas y filósofos de moda. Tenía a mano El triunfo de la muerte por D´Annunzio y otros malos libros ignominioso, dejando solas una madre y una linda hermana, Julia”.
  • 1902: Este año Rafael Pombo es designado como miembro honorario de la Academia de historia.

1905: El 20 de agosto es coronado en el Teatro Colón como el mejor poeta de Colombia. El presidente Rafael Reyes ofreció la corona que honró al poeta. Una crónica de El Nuevo Tiempo sobre este acontecimiento, termina así: «Y cuando los aplausos se apagaban salió del teatro, rodeado de jóvenes entusiastas de su gloria, con su corona de oro y el pecho lleno de medallas.

Y nuevamente empezó el desfile de coches para la casa del poeta, bajo balcones cubiertos de bellezas, entre doble hilera de multitud entusiasmada, que vitoreaba a un vencedor del olvido y de la muerte, no con espada de guerrero sino con la lira de cantos inmortales».

En una carta a una amiga, Pombo escribe: «Estoy purgando la gloria, literalmente, pues mi casa se llenó de coronas con liras y hojas doradas… aunque rogué que no entraran flores a mi casa, pues su aroma podía ser mortal para mi hermana y para mí… mi decadencia física es alarmante» .

  • 1906: Don Baldomero Sanín Cano recuerda: «Se fatigó de vivir mucho antes de separarse del mundo, y resolvió entrar en el lecho una vez por todas. Casi nunca estaba solo. El número de sus admiradores y amigos formaba una hueste, pero es de creer que no lo oprimía desaforadamente la soledad. Tenía gratos recuerdos que acariciar durante sus horas de aislamiento. Por su imaginación viva y cristalina, como lo fue siempre, pasarían en sus últimas horas de soledad las imágenes de mujeres amadas, de hombres ilustres con quienes tuvo comunicación y trato íntimo».
  • 1912: El día 15 de mayo del año 1912 se registra el lamentable fallecimiento del poeta y escritor Rafael Pombo.

Fábulas y verdades

Ésta colección que recibe el nombre de “Fábulas y verdades” está conformada por aproximadamente unas doscientas composiciones, además de estar organizada por edades, estados y condiciones de la vida, desde la candorosa trivialidad para el niño, hasta la filosofía de la religión, del matrimonio, las artes y letras, la política y la magistratura, asegurando el autor que todo sano principio debe inculcarse desde pequeño, cuando el corazón es dúctil, para que se imprima de una manera indeleble.

El autor de Fábulas y Verdades sostiene la idea de que cuando aún estamos niños debemos aprender muchas nociones que entonces no penetra completamente. Asegura que cuando le llegue el día de penetrarlas, ya tienen para él cierta autoridad que involuntariamente lo gobiernan, colocando el ejemplo de la madre y sus creencias religiosas.

A través de su libro, Rafael Pombo se encarga de dar una particular atención a la higiene y a la filosofía, totalmente olvidadas en libros análogos; su moral es la de la fe, la dignidad humana, la actividad y el trabajo, y ataca sin misericordia los malos hábitos de nuestra raza, o atributos a nuestros climas, que se oponen allí al desarrollo armónico del hombre y a su longevidad.

Se podría decir que una buena parte, específicamente más de la tercera parte de “Fábulas y verdades” son originales, y de una variedad inusitada en metros y tratamiento. En su parte de política no toca temas relacionados directamente con los partidos, sino más bien que reconoce la necesidad de dos, por lo menos, en toda república, y les predica el deber de comprenderse y respetarse de manera mutua, y de sacar de sus disonancias la armonía nacional.

La intención de esta obra podríamos decir que es dar un breve curso de educación y conducta a través de imágenes, vistiendo éstas del adhesivo e imperecedero encanto del verso. El escritor de Fábulas y verdades nos autoriza que anunciar que éste libro formará un volumen mayor que las de Iriarte y Samaniego.

Presentación de Enroque Piñeiro (en la Revista Mundo, Nueva York)

“Nuestro amigo Rafael Pombo, el escondidizo autor de Edda, y cuyo nombre será suficiente carta de recomendación tenia escrita de años atrás una colección, de fábulas morales, hecha con estudio de los defectos y necesidades de nuestros pueblos, y calculada para servir de libro, de lectura en la escuela y en el hogar doméstico, para todas edades y condiciones.

Pero con su habitual repugnancia a darse a luz, y con el despego y distracción con que trata, o mejor dicho olvida, todo lo suyo, este libro dormía no sabemos dónde, hasta que recientemente algunos amigos interesados en la causa de la educación popular y sabedores, de la grande aceptación, con que corren en Cuba y en la América del Sur, entre padres y niños, unas dos colecciones de cuentos en verso que él adaptó al español transformándolos a su manera y sin darles su nombre

Le aconsejaron que escribiese lo que casualmente ya tenía escrito, una colección completa de fábulas y moralidades, la cual, una vez arrancada a su profundo sueño, no ha recibido más que aplausos y pedidos de cuantos la han visto en manuscritos. Hoy tenemos la doble satisfacción de anunciar que va a imprimirse inmediatamente, y de dar adelantadas a los lectores de El Mundo Nuevo algunas muestras de ella”.

Fábulas y verdades: Composiciones

En esta parte de nuestro artículo vamos a nombrar algunas de las más de doscientas composiciones que integran la colección “Fábulas y verdades” del escritor y poeta colombiano Rafael Pombo:

  • Abecedario retahíla
  • Al recién nacido
  • Arrullo
  • A una maestra
  • Balance del año
  • Bambucos Patrióticos
  • Belleza y amor
  • Buscad
  • Cántiga
  • Capa y hamaca
  • Cartilla ilustrada I Dios no ve
  • Cartilla ilustrada II La religión
  • Cartilla ilustrada III El calvario
  • Cartilla ilustrada IV A la Santa Virgen
  • Cartilla ilustrada V La cruz
  • Cartilla ilustrada VI Nuestra tumba
  • Cartilla ilustrada VII La lámpara
  • Cartilla ilustrada VIII La Patria
  • Carilla ilustrada IX La musas
  • Cartilla ilustrada X La escoba
  • Cartilla ilustrada XI El piano
  • Cartilla ilustrada XII La casa
  • Cartilla ilustrada XIII Arpa y corona
  • Cartilla ilustrada XIV Las modas
  • Cartilla ilustrada XV La escultura
  • Cartilla ilustrada XVI La geografía
  • Cartilla ilustrada XVII El martillo
  • Cartilla ilustrada XVIII Las tijeras
  • Cartilla ilustrada XIX ……
  • Cartilla ilustrada XX Orden de vida
  • Cartilla ilustrada XXI El Titán
  • Cartilla objetiva o alafabeto imaginario
  • Chanchito
  • Contestación a un amigo
  • Cutufato y su gato
  • ¡Dejémoslo para mañana!
  • Dientes y confites
  • Dios
  • Dios y el alma
  • Doña Pánfaga o el Sanalatodo

  • El adiós del niño
  • El agua y el jabón
  • El ajedrez
  • El alma
  • El alma y el niño
  • El año nuevo y el ocioso
  • El arroyo
  • El asno de Federico
  • El búho y el palomo
  • El caballo y el gorrión
  • El caimán y las moscas
  • El cajón
  • El cazador ambicioso
  • El cenador
  • El ciego
  • El ciego en la corte
  • El ciego y el tullido
  • El cigarrillo
  • El coche
  • El corneta
  • El contrabando de la charla
  • El corsé
  • El cuclillo
  • El cuerpo y el alma
  • El daguerrotipo
  • El descalzo y el mutilado
  • El discurso del espejo
  • El escuelante y la oruga
  • El ferrocarril y las bestias
  • El freno y las espuelas
  • El gas y la vela
  • El gato guardián
  • El gato bandido Rafael Pombo
  • El gato guardián
  • El gato mentiroso
  • El globo y la gallina
  • El grano y la perla
  • El halcón y la gallina
  • El hastío del placer

  • El hombre
  • El hombre y la marmota
  • El hombre y la pulga
  • El humo y la llama
  • El jabalí y el gamo
  • El jorobado
  • El lector y la chinche
  • El libertador
  • El lobo héroe
  • El lobo pintor
  • El lobo y el pastor
  • El localismo
  • El marco de oro
  • El mejor aderezo
  • El metro ateniense
  • El modelo alfabético
  • El mono aplaudido
  • El mono avaro
  • El monte y la ardilla
  • El moribundo
  • El mosquito llorón
  • El niño embarcado
  • El niño grande
  • El niño pobre
  • El niño veraz
  • El niño veraz
  • El niño y el buey
  • El niño y el corderito
  • El niño y la mariposa
  • El pajarito de oro
  • El palomo de fiesta
  • El pardillo
  • El paseo
  • El perro
  • El perro de Enrique
  • El perro y el conejo
  • El pinzón y la urraca
  • El pleito
  • El potro sin freno
  • El pudor y el abanico
  • El puntero y el reloj
  • El quitrin
  • El ratón envinado
  • El remedio universal
  • El rey chumbipe
  • El robanidos
  • El sermón y el caimán
  • El sol y el polvo
  • El soldadito
  • El sueño del malvado
  • El tambor monstruo
  • El tiempo y el inconstante
  • El tren de vapor
  • El velocípedo
  • El viento y la ciudad maldita

  • El violín federativo
  • El violín roto
  • El zorro y el leopardo
  • Fábulas y verdades artículo del Mundo Nuevo
  • Fuño y furano
  • Habla una calavera
  • Haz lo que está en ti
  • Himno a la mañana
  • Himno de la tarde
  • Historia patria
  • Inestabilidad de la vida
  • Inscripción
  • Juaco el ballenero
  • Juan Chunguero
  • Juan Matachín
  • Jugar con fuego
  • La abeja sensata
  • La abeja y el hombre
  • La araña crítica
  • La atracción universal
  • La cangreja consejera
  • La caridad
  • La cura abreviada
  • La educación es la fuerza de la mujer
  • La elección del buque
  • La enmienda del asno
  • La escuela
  • La estatua y el pedestal
  • La estatua y el pueblo
  • La felicidad
  • La filosofía de la cocina
  • La flecha
  • La fragua
  • La gallina y el cerdo
  • La gallina y el diamante
  • La gota de agua
  • La gota y el torrente
  • La guerra

  • La historia
  • La horizontal y la vertical
  • La hormiga y la mosca
  • La infalibilidad del papa
  • La invasión de las calvas
  • La lectura
  • La limosna
  • La lógica de la pasión
  • La lotería
  • La luz y el estornudo
  • La marrana peripuesta
  • La miel y el vinagre
  • La modestia
  • La multiplicación nacional
  • La muñeca de Emma
  • La nariz y los ojos
  • La niña curiosa
  • La nota mala
  • La obra de la mujer
  • La oferta engañosa
  • La oruga y la dama
  • La ovejita de Ada
  • La paloma
  • La paloma y el niño
  • La paloma y la abeja
  • La pobre rica
  • La pobre viejecita
  • La presunción
  • La pulga sibarita
  • La razón y la fe
  • La revista
  • La rosa y el tulipán
  • La serpiente caritativa
  • La venganza de la abeja
  • La yegua y la faldera
  • La zorra y el mono
  • Las ranas y la antorcha
  • Las siete vidas del gato
  • Los llorones y el topo
  • Los tres bueyes
  • Mirringa mirronga
  • Pastorcita
  • Perico zaquituerto
  • Simón el bobito
  • Tía Pasitrote

Rafael Pombo por Darío Jaramillo

La cifra de obra lograda por Rafael Pombo a lo largo de los años alcanza más de mil cuatrocientos poemas. Los seis gruesos tomos de poesías editadas con el resultado de una decisión juvenil, cual fue la de entregar por completo su vida a la poesía, una de sus más grandes pasiones. Jaramillo relatada de Pombo algunas cosas relacionadas con su niñez: “Poco después de graduarse en el Colegio Militar, el vate decidió abandonar las disciplinas científicas y dedicarse de lleno a la literatura”:

De esa manera nos expone un diálogo que tuvo con su padre en el que éste, con cierta reserva, aceptó la voluntad de Rafael:

“Vamos, Rafael, veo que eres ingeniero sin obras y sin vocación para el oficio. Te gustan todas Las artes: la pintura, la música y la poesía. Semejante dispersión de actividades del ingenio me parece sencillamente detestable. Tú no serás nada en ningún campo, ni ideal ni práctico. Decídete por ser algo en cosa de provecho. Contestó Rafael: -Si he de ser franco debo confesarte que la cosa por la que siento más definida inclinación es la poesía. -Pues poeta serás aunque después te pese_ terminó don Lino»

Narra que todo ese escenario sucedió en la década de 1850, año bastante significativo para la historia de la República de Colombia, donde el país vivió un momento coyuntural, caracterizado por cambios que afectaron profundamente el rumbo de la historia nacional. Jaime Jaramillo enumera cada uno de esos cambios políticos, destacando principalmente el hecho de que la vida cultural tomó el auge en esos días:

«La sociedad que solicitaba y asimilaba estas influencia era también otra. Las operaciones mercantiles de exportación e importación que empezaron a realizarse con Inglaterra, Alemania, Francia y otros mercados europeos, habían fortificado el grupo comerciante que cada día pedía una mayor liberalización de la economía.

Esa sed de liberalización que compartían casi por igual las nuevas generaciones del naciente partido liberal y del igualmente naciente partido conservador creó el caldo de cultivo para el espíritu romántico, pues como lo afirmaba entonces Hugo, pontífice del movimiento, el liberalismo era en política lo que el romanticismo en literatura. En efecto, ambas fuerzas significaban liberación de las energías individuales frente a los controles y formas canónicas impuestas por el Estado en la política y por academias en literatura»

Explica que a pesar que para esa década la capital colombiana no sobrepasada los 30 mil habitantes y que más del 80 por ciento de la población estaba en analfabetismo, los principales periódicos de ciudades como Bogotá, Cartagena y Medellín, publicaban traducciones de los discursos de Lamartine y textos de Eugenio Sue y de Lord Byron. Dice que fue en medio de ese ambiente en el que Pombo toma la decisión de dedicarse completamente a la poesía.

Jaramillo se atreve a describir a Pombo como uno de los más grandes poetas románticos colombianos. Asegura que el romanticismo rescató para la literatura unos valores que todavía hoy se encuentran activos. Dice que Pombo aún continúa vivo y que permanece entre las nuevas generaciones gracias especialmente a su poesía infantil.

«Dios, la naturaleza y la mujer son las ideas capitales en la obra de Pombo, o Los grandes motivos sentimentales de su invención poética, pero no como conceptos aislados, Sino como fusión y mezcla de los tres, diferenciándose Pombo en esto de otros grandes poetas que han tomado de aquellas tres fuentes el caudal de sus versos.

Para mí, logró Pombo esta suprema síntesis por ser el poeta colombiano que puso en acción, simultáneamente, Las tres esenciales facultades del hombre, que son la inteligencia, la imaginación y la sensibilidad. Por este aspecto es el poeta más completo que hemos tenido»

Si bien es cierto que Rafael Pombo demostró un gran fervor por el catolicismo, es importante destacar que su más elevado momento poético lo alcanzó gracias a un poema de peroagustia religiosa – en todo caso la angustia de un creyente – que fue publicado en contra de su propia voluntad. Éste poema llevó por nombre “La hora de tinieblas”.

«La religión y la verdadera poesía son gemelas, y tan parecidas una a otra que tal vez son una misma cosa, dos ases de un mismo astro, dos revelaciones de una misma verdad: innatas ambas en el corazón del hombre, juntas aparecieron sobre Las colinas del salvaje, juntas nos dignifican con aspiraciones infinitas, consolaciones excelsas y promesas inmortales, y juntas van a satisfacerse con su plenitud el seno de Dios, en la parte sublime de nuestro ser»

Fue de esta manera en la que Rafael Pombo se convierte sin duda alguna en un oficiante, purificado por la misma poesía, tal y como lo deja claro en “A la poesía”. Aparte de su pasión vocacional a la poesía, Pombo fue una especie de animador cultural a quién le encantaba coleccionar cuadros, fue autor de guiones de óperas y compositor de música.

«Este niño grande tiene una manía originalísima: pretende ser un gran arquitecto, sueña con la arquitectura, dirige largas memorias a todos los ministros de fomento que entran en el gobierno, persigue al arquitecto del Capitolio, marcha con libros y planos debajo del brazo y lo más gracioso es que toda esta ciencia que se atribuye es simplemente ilusoria».

Parientes de Rafael Pombo

En ésta última parte de nuestro interesante artículo conoceremos algunos de los parientes más directos que tuvo el escritor y poeta colombiano Rafael Pombo, considerado como uno de los más grandes de la literatura, no solo de Colombia sino del continente:

  • Lino de Pombo (Padre)
  • Ana María Rebolledo (Madre)
  • Beatriz Pombo (Hermana)
  • Manuel Pombo (Hermano)
  • Fidel Pombo (Hermano)
  • Felisa Pombo (Hermana)
  • Juana Pombo (Hermana)

A continuación le dejamos algunos enlaces de su interés:

Deja un comentario