Arráncame la vida, una novela de Ángeles Mastretta

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El día de hoy el lector podrá hacer un paneo por el feminismo en un tiempo que marcó la historia de México después de su proceso revolucionario, y qué mejor forma de hacerlo que a través de la extraordinaria obra literaria, titulada Arráncame la vida, de la también extraordinaria Ángeles Mastretta.

Arráncame la vida

Arráncame la vida (novela)

Arráncame la vida de Ángeles Mastretta, quien concibió la idea de centrar su temática envuelta en las brisas feministas, vislumbradas en México, su país natal, cuya corriente se ha mantenido vigente en la sociedad toda, todo ello pese a no estar explícita en el texto. Donde además de todos los datos sobre la obra, se proporcionará información de Arráncame la vida película.

Se inspiró en la Ciudad de México, publicándose en 1985, y cuya historia se mueve en torno a una joven denominada Catalina Guzmán, la cual narra su formación como mujer pro moderna, así como su impresión y vivencias de su cotidianidad luego de la Revolución mexicana, y la relación con su marido Andrés Ascencio, vinculado al mundo político.

Como bien se asomó, la referencia sobre el feminismo aunque no se plasma de forma explícita en Arráncame la vida libro, se percibe como el elemento central; ello debido a que su autora forma parte de una corriente sobre la vida igualitaria entre hombres y mujeres, inclusive, creó una organización pro féminas en contra del machismo en Ciudad de México.

Argumento

En este sentido, la trama se desarrolla en Puebla, en cuyo ciudad hace viva Catalina Guzmán, una chica que aun no alcanza los 15 años, la cual al igual que muchas jóvenes de la región, era de baja condición económica, ingenua e inocente de su entorno, esta chica conoce al General Andrés Ascencio presentados cunado estaban ante los simbólicos portales de Puebla.

Por su parte Andrés personifica a un hombre de unos 30 años, y a diferencia de Catalina, este cuenta con metas personales, en especial, políticas luego de iniciar la revolución. Tal como se  evidenciará en este resumen del libro Arráncame la vida.

Arráncame la vida

A pesar de su corta edad, quedó encantada y enamorada del mismo y acuerda contraer matrimonio con él, llena de ilusiones sobre poder experimentar y vivir muchas cosas a su lado, y ciertamente, la joven Catalina mientras discurre la historia muestra transformaciones visibles en su vida, producto principalmente de la dinámica política y social de su esposo, quien se da a la tarea de violentarla de diversas maneras.

No obstante, esta de forma consciente debido a su anterior vida, en todo momento está sumisa por su errónea concepción sobre el amor, la imperante machismo que la rodea, y donde la mujer se percibe como un elemento más de la decoración de la vida del hombre, sin autoridad y ni voluntad para nada, solo es parte de la vida leja de lujos de su marido.

Y así transcurre su vida, sometida a los dominios y designios de su marido, solo se ocupa de actividades inherentes a la vida doméstica y el hogar. En Arráncame la vida, Catalina debe enfrentar momentos determinantes en su formación y construcción como sujeto, asumiendo diversos papeles, como esposa, amante, madre, cómplice y al final, como viuda; pues la historia sucede desde la visión de esta como eterna observadora de las acciones del marido.

Contexto histórico

Arráncame la vida corresponde a la época de cercana a 1949; presentando el mundo político mexicano mientras se desarrolla la institucionalización del país, luego de la Revolución mexicana, mostrando unos protagonistas responsables de consolidar el Estado mexicano. En la obra se evidencia un círculo político cerrado, donde se imponen nuevos jerarcas reemplazando a los viejos.

En Arráncame la vida, las mujeres y el pueblo carecen de voz, decisiones o ideas en el ámbito político. En razón de lo cual, Catalina hubiera gustado optar por matrimonio habitual; a pesar de estar casada con una persona que tome decisiones acerca del destino de su país, y pues su opinión y pensamientos no se valoran ni se toman en cuenta.

Un país donde incluso, su texto fundamental de 1857 y las reformas de 1860, establecen taxativamente como inadmisible la participación de la mujer, manteniéndola al margen de la llamada zona sagrada, lo que se traduce, que esta pertenece a la habitación conyugal, la cocina, atención del hogar y el confesionario.

Tal percepción, más allá de la concepción de la mujer como pura, inocente y fiel a la vida del hogar, son intrínsecas al comportamiento y actividades ideales para una mujer. En Arráncame la vida, el hogar representa el núcleo emblemático de la estabilidad, solo si la mujer se dedica de lleno al mismo; de lo contrario, desencadena el desequilibrio, el enojo y escándalo social.

De tal modo, que los cambios sociales, a pesar de ser pocos, sirvieron para mover a las mujeres de su hogar, donde a pesar que resultará muy conveniente a la familia, habitualmente perturban el papel socialmente preestablecido y marcado. Así, se evidencia en Arráncame la vida, donde se remarca el antagonismo existente entre el mundo femenino y el masculino. Estos de pie, degustan whisky y conversan sobre política mientras fuman.

Pero en la mujer, se muestra que estas deben estar sentadas, lejos de los hombres, conversando sobre los hijos, los embarazos, chismes, moda o sirvientas. De este modo, relación hombre/mujer, en Arráncame la vida, se asemeja a la relación habido entre el hombre y su ganado, es decir, en tanto más cabezas posea, será más respetado; donde la mujer que queda preñada, es señal de una inseminación exitosa.

Asimismo, se muestra la emoción del padre al y por tener un hijo varón, es similar a la emoción del ganadero cuando nace un ternero macho; pues los hombres son como toros sementales, mientras que la mujer, no se entera ni le interesa nada, por lo que no le enseñan ni le explican nada.

En este mismo sentido, sería a mediados del siglo XX, que se desencadenan algunos eventos que propiciaron el primer oleaje de los movimientos feministas. Durante este tiempo, las féminas comenzaron a reclamar y a  ganar sus derechos civiles y las libertades personales. Estos esfuerzos y luchas, no serían hasta 1947 cuando las mujeres mexicanas alcanzaron su derecho al voto; además de optar por la oportunidad a expresar públicamente su voz, sus ideas y sus pensamientos abiertamente.

Es así que debido a la acción de Arráncame la vida, devela las difíciles condiciones de vida de la mujer en el mundo caciquil del México posrevolucionario. Se dirige la atención en diferentes épocas históricas, como fue la Revolución mexicana en 1910 al 17; la lucha entre hombres para optar al poder político luego de la Revolución, en los años 20 y 30; donde dicha Revolución impone ideologías de los personajes de la novela.

Es justo en este tiempo histórico, que tiene inicio la historia de Arráncame la vida, cuando la casi niña Catalina, tiene el encuentro con Andrés Ascencio en 1929. Y desde entonces se hacen presente sus marcadas diferencias de ideas, que se remarcan a través de esta maravillosa trama, y que obedecen al desarrollo del contexto que les ha tocado vivir.

Pues Catalina que es de 1915 y Andrés de 1896, por lo que cuando esta solo jugaba, Ascencio por su parte, andaba inmerso en la Revolución mexicana, por los años 20, con lo cual sin duda, logró construir sus idearios políticos, e influyó luego en los de Catalina, pues este la consideraba ignorante de todos sus haceres fuera del hogar.

De igual forma, por 1930, en el escenario mundial, llamada la época de la Gran Depresión, y la parálisis económica afectó profundamente al país. Pues, en México, el mandatario Pascual Ortiz, apenas estaría 2 en el gobierno, debido a la disputa con Plutarco Elías, quien no había cedido el poder total luego de la presidencia, y aun ostentaba el apoyo militar.

Y también, ostentaba la jefatura del Partido Nacional Republicano, ya que fue este quien organizó este partido luego de la muerte de Obregón. Mientras que en Puebla y sus periferias, predominaba el anticlericalismo callista, que la burguesía, los viejos hacendados y buena parte del pueblo, observaban como una afrenta más a su clase.

Tales hechos históricos lo trae a colación la autora en la protagonista de Arráncame la Vida, en vista que esta no pudo alcanzar un nivel académico algo más que la primaria, y que gracias a una beca otorgada por unas religiosas salesianas que dirigían un colegio clandestino,​ tal como lo refiere Catalina, logró culminar la escuela con una mediana caligrafía, varios manteles de punto de cruz, algún dominio de gramática, aritmética y nada de historia.​

De tal modo, que el interés de Mastretta en graficar la historia no oficial de México así como lo político visto desde el contexto doméstico. Pese a ello, donde las dos coinciden, es mostrar una escritura que vaya más allá de los géneros, en alejarse de los cánones convencionales impuestos por la óptica masculina del mundo, y explorar otras posibilidades de contar, de contarse, de encontrar belleza y verdad en el lenguaje escrito.

Sistema de personajes

Sobre sus personajes se puede agregar, que Arráncame la vida supone una novela expansionista que cuenta con una figura central, llamada Catalina Guzmán, quien se encuentra imbuida en eventos concatenados entre si y que la llevan u obligan a despertar de una forma subjetiva, lo que se hace evidente en algunos de los enunciados que la protagonista hace a lo largo de la historia.

En torno a Catalina, también se mueven algunos otros personajes centrales y que influyen de forma importante en su transformación y construcción como mujer, dentro del conjunto de personajes que figuran en Arráncame la vida, se tienen:

Catalina Guzmán: personaje principal, representa a una chica ingenua al inicio de la trama, pero es una muchacha curiosa, y es esta dualidad es la conduce a un despertar, tomando otro conjunto de cualidades personales como la audacia, sensatez, perspicacia, astucia, entre otros.

Todo lo cual, sin duda le ayudarán a descubrir al esposo y develar su realidad, para dar fin a la falsa idea sobre el amor, al tiempo de buscar la forma ser feliz, inmersa en su entorno machista. Seguidamente se dejan algunos extractos que muestran su personalidad:

Ciertamente me capturó un sapo; con solo 15 años y deseos de que me ocurrieran cosas. Así que acepté la propuesta de Andrés, sobre ir con él unos días a Tecolutla. Fue así que me propuse aprender; pero pronto solo estaba flojita, inclusive, a veces parecía lela. Andrés hablaba sin parar, mientras caminábamos por la playa; yo solo balanceaba los brazos, abría la boca como con la mandíbula caída, metía y sacaba la barriga, apretaba y aflojaba las nalgas.

Marcos Guzmán: personifica al papá de Catalina, y quién influye en gran medida en la forma como ella concibe el mundo, y su relación con los hombres. Este personaje, complace y consciente a su hija, lo que era común para la época,ni con la educación que debía tener una señorita, que era solo, ser ama de casa. Poseen un fuerte lazo de amistad, por lo que Don Marcos se convierte en el confidente y alcahuete de su hija.

Me sentaba a escucharlos sobre sus opiniones contundentes que propiciaban la cercanía de mi padre y mi total ignorancia; entonces mi papá hacía bromas sobre mis ojeras y yo lo besaba.  eso me gustaba besar, y sentir que tenía 8 años, un hoyo en el calcetín, zapatos rojos y un moño en cada trenza los domingos.

General Andrés Ascencio: corresponde al personajes del militar, político, esposo y más grande agresor de Catalina, el ideal del amor y de hombre que ella conoció cuando era niña; pero al mismo tiempo, es responsable de su despertar.

En Arráncame la vida, se describe como un hombre no muy apuesto, pero si varonil de cabello negro y mirada profunda, cuyo físico es tan determinante que Catalina afirma su temor e intimidación cuando lo conoce, pese a ello, siente curiosidad por lo que despierta en su ser.

Cabe resaltar, que el maltrato de Andrés  hacia su esposa nunca es físico, aunque sí es psicológico, debido a la costumbre de su crianza; representa el prototipo convencional de macho mexicano, criado solo por su madre, quien le resalta numerosas cualidades y forma el carácter del típico hombre machista, con la idea de que las mujeres no sirven para nada. Catalina no describe así:

Refirió su nombre y se sentó a hablar entre nosotros, y me gustó; de manos grandes y labios apretados que intimidaron y, se reía con confianza. Su cabello luego de un rato se le alborota y caía a su frente, y este lo empujaba hacia atrás, lo que era un hábito de toda la vida. No era lo que se dice guapo, de ojos pequeñísimos y nariz demasiado grande, pero yo jamás había visto unos ojos tan vivaces, y no conocía a nadie con su expresión de certidumbre.

Todas las historias referidas Andrés, resultaba contaba triunfante, nunca resultó ninguna batalla que él no ganará, ni muerto que no matara por haber traicionado a la Revolución o al Jefe Máximo o a quien se ofreciera. Pero comenzaron a llegar rumores sobre que Ascencio tenía muchas mujeres, en Zacatlán, otra en Cholula, en La Luz y otras en México; pues este engañaba a las jovencitas, era un criminal, estaba loco, nos arrepentiremos.

La gitana: esta figura aparece en 2 ocasiones, pero papel en vital en el despertar de Catalina, ya que le muestra uno de los placeres que, para Catalina, es de los más grandes e indispensables en la trama de la novela; y es que le enseña la forma de operar de su cuerpo, y lo que puede lograr y sentir por medio de él. Esta señala al respecto:

Me dirigí una tarde donde la gitana, en el barrio de La Luz, quien fama de experta en amores, y esta dijo que las mujeres tienen una cosita, colocando la mano entre las piernas; y señaló que con ella se sentía. De tal modo que le aconsejó que cuando estuviera con alguien, pensara que en ese lugar estaba el centro de tu cuerpo, pues de allí provenían todas las cosas buenas, que eso se piensa, se oye y se ve; hay que olvidarse que se tiene cabeza y brazos, hay que visualizarse por entero ahí, y comprobar si no siente.

Pablo: personifica al primer amante de Catalina, y con quien además aprende a despegarse del marido, a ser infiel y con quien demuestra la necesidad que sentía por el placer sexual.

Carlos Vives: representa el amor verdadero de Catalina, un personaje por completo opuesto a su marido, es un artista, dirige la sinfónica, se dedica a una de las pasiones que más disfruta Catalina, la música, está a favor de los revolucionarios, por tanto, contra el partido conservador de Ascencio.

Aparte de ello, es la figura que siempre dice la verdad en la cara a Catalina y la juzga como cómplice de su marido, a pesar de que a ella le molesta, le genera atracción. De él esta refiere lo siguiente:

De todo lo que tuve y quise, solo hubiera querido a Carlos quien a media tarde, aunque me convertí en infiel mucho antes de tocarlo a él. No hallaba sitio para nada que no fuera él; jamas quise así a Andrés, tampoco pasé horas tratando de rememorar el tamaño exacto de sus manos, ni desearlo con todo el cuerpo. Me avergonzaba estar así por un hombre, ser tan infeliz y volverme dichosa sin que dependiera para nada de mí.

Críticas a la obra

Sobre la crítica de la que ha sido objeto Arráncame la vida, resaltan numerosas referencias periodísticas, resaltando de ellas solo 3 de las críticas, a saber:

La primera de ellas señala: Arráncame la vida, de la autora Ángeles Mastretta, supone un amplio espectro lleno de intimidad, ubicado en la época histórica del recién modernismo, debido a las referencias históricas y a tema feminista que refiere la autora, y que hoy día es frecuente encontrar en las narrativas literarias.

Además se argumenta, que a partir de la trama de la novela y de otras publicaciones de la autora, resulta obvio que la mayoría de sus narradoras cuestionan y denuncian las ideologías patriarcales. De tal modo, que a partir de dicha referencia en sus obras, se da paso al análisis de Arráncame la vida, donde se manifiesta la emancipación del patriarcado desde la curiosidad de su protagonista por cada aspecto y circunstancia que atraviesa.

No obstante ello, se cataloga el feminismo de Catalina como posmoderno, puesto que, a pesar de que ella busca su libertad, siempre está inmersa en una diatriba entre la autoridad y la inocencia, donde tales contradicciones logran que se construya su subjetividad y que emancipe sus emociones.

Asimismo, está la posición de Kristen Miura Woiwode, que señala sobre Arráncame la vida, que en la obra se desmitifica el modelo femenino en la narrativa mexicana. Además, maneja la categorización de las novelas de Mastretta como historias de aprendizaje, rompiendo con el paradigma feminista.

Para dicho rompimiento, su autora logra en un primer momento presentar la novela en términos generales, exponer los argumentos que le hacen considerar la obra como una novela de aprendizaje. Se da inicio a una novela sobre una mujer, donde su principal protagonista es mujer, donde generalmente los escritores eran hombres, y eran las mujeres quienes se acomodan a su modo de escritura.

Pero su autora es mujer, y su personaje protagónico es una mujer, lo que conlleva a una descripción más detallada desde el interior de una mujer fuera de la ficción. Al respecto, se puede afirmar que la autora en su trabajo se distingue del mundo masculino por medio de nueve tópicos a saber:

  • La autorrealización.
  • Roles sexuales.
  • Educación refiriendo la importancia en leer.
  • Conflictos anímicos.
  • Crisis religiosas.
  • La carrera.
  • Actitud hacia el matrimonio.
  • Dilemas de existencia.
  • Elementos autobiográficos.

Por tanto, la autora en esta magnífica obra logra romper con el estereotipo de la virgen de Guadalupe y de la Malinche, otorgando otros rasgos a sus protagonistas.

En la obra se evidencian 2 conclusiones significativas en la obra, donde la primera alude al uso del Bildungsroman para romper con la imagen preestablecida sobre la típica mujer mexicana, y la segunda, sobre Catalina, como una forma de metáfora sobre el país y del colectivo, al mostrar la sumisión de los mexicanos frente a los idearios políticos.

Por último, está la opinión de Saïd Sabia, sobre Arráncame la vida, sobre la cual refiere que la historia hace alusión a la originalidad en la visión y la expresión de la mujer mexicana, quien durante años se ha mantenido silente y sumisa para reaccionar en la trastienda, como lo hace la autora.

De tal forma, que esta magistral obra se ha posicionado muy bien en la crítica feminista por dos razones, primeramente porque Mastretta, supone una líder feminista de México, y en segundo término, porque la protagonista, personifica a la mujer cotidiana mexicana.

La obra logra su validez, en vista que su autora refleja una percepción sobre la realidad mexicana desde una perspectiva propiamente femenina, y además recopila datos históricos que muestran la verdadera situación de su país durante la Revolución mexicana.

Crítica a la crítica de Arráncame la vida

En este sentido, se tiene que la crítica de Arráncame la vida, también ha sido objeto paradójicamente de crítica, donde se puede afirmar que en la novela de Mastretta, se evidencia más allá de una postura machista o feminista particular, un tipo de tensión. Asimismo, inmerso en la obra es posible referirse al femichismo, que según Mireya Cruz y María Jesús Ortiz, que afirman:

Que el machismo es una situación de cultura, evidente en un sistema jerárquico discriminatorio en pro de un género en particular, sustentado por hombres como de mujeres, el cual recurre eventualmente a la agresión de género y familiar para mantener su supremacía.

En tanto que, ciertas corrientes feministas, en vez de promover un sistema más igualitario a través de la educación libre, parecen alegrarse, solo con cambiar el género dominante de esta precaria jerarquía social.

El término de femichismo obedece a que la personalidad de la protagonista de Arráncame la vida, interpreta a una mujer oportunista, que no es capaz de adoptar una postura concreta ante su vida. Pues constantemente se debate entre sus caprichos y su rol de esposa obediente.

Pues sencillamente está clara de que al lado de su esposo puede mantener una vida de lujos y comodidad a la que está acostumbrada y de que, si persigue su ideal de libertad, perderá todos los privilegios que ha conseguido. Esta aprende a mantenerse sumisa a su conveniencia y se las arregla para satisfacer sus necesidades básicas a escondidas de una sociedad dominada por machos.

Arráncame la vida, película

Arráncame la vida llegó a la gran pantalla, donde días previos a su estreno un periódico en línea hizo una reseña sobre números y datos sobre su producción, además de las opiniones de la propia Ángeles Mastretta, el director Roberto Sneider y algunos productores de la Century Fox. Donde se hacía un llamado a los lectores a manifestarse en un foro abierto a las opiniones acerca de la adaptación al cine de la novela.

En tal sentido, no se hicieron esperar las opiniones de quienes, todavía no habían la película de Arráncame la vida, (recordar que no se había estrenado), pero eran para temblar. Las cuales giraban en torno a:

  • Que si la cinta no ganaba un premio sería recursos echados al bote.
  • Que mejor deberían darse a conocer obras artísticas auténticas.
  • Que debió apoyarse a chicos talentosos y desconocidos.
  • Que hacen falta argumentos que nos enriquezcan la estética artísticamente.
  • Lamentación anticipada porque buena parte de la población iría a ver la película y creería que era buena. Porque eran ignorantes, se alimentaban de lo que estaba a la mano y no cuestionan lo que veían. Todas estas cosas, decía y lo hacían arder.
  • Entre otras.

En vista de todo ello, el estreno de Arráncame la vida fue, sin duda, de los más esperados del año, donde por un lado, su carácter de superproducción, se levantó con 65 millones de pesos, con lo cual era la más cara del cine mexicano hasta la fecha. A dicho números, se sumaba un millón de dólares que 20th Century Fox invertiría en publicidad, y un lanzamiento con quinientas copias el día de su estreno, cifra también récord en distribución nacional.

Supuso un estreno esperado, considerando que en este país la expectativa no siempre pone sus miras en la cristalización de los proyectos. Con más frecuencia que no, se quiere que algo excepcional no suceda o, ya de plano, que suceda mal. De preferencia, estrepitosamente mal.

Y así contra toda expectativa, en el 2008, la película Arráncame la vida reivindicó esa posibilidad, ya que esta cinta de la mano de Roberto Sneider cumple y rebasa las exigencias del melodrama de la época a la que hace referencia, haciendo creíbles los tiempos y espacios perdidos, sin dejar la lado que el centro de ese género es el forcejeo sentimental de los personajes.

10 citas de Arráncame la vida, una historia que te deja sin aliento

De Arráncame la vida, vale agregar que además permite extraer de sus páginas y de la mano de sus personajes, algunas expresiones que dejan ver de lo que significaba ser una mujer de la México la época de los años 20 y 30, tiempo que ocupa la narrativa de esta magistral historia.

Por todo ello, seguidamente se colocarán extractos parafraseados de algunas las frases y diálogos de Arráncame la vida, que dieron de que hablar por algún tiempo, para lo cual se presentan 1o citas de esta magnífica obra:

Lo conocí en un café frente a los portales; pues que otro lugar iba a ser ya que en Puebla todo ocurría en los portales, como eran desde los amoríos, romances hasta los crímenes, como si no existiera otro espacio. Y es de esta manera, que la chica Catalina da inicio a su drama.

Quien contrae matrimonio con el General Andrés Ascencio; también más adelante conoce a un artista en la Ciudad de México, tiene hijos, y decide vivir intensamente, en una complicada época de los años 30 en ese país.

Realmente no fuimos una pareja común, cuando estábamos recién casados íbamos juntos a todas partes, aunque muchas veces las reuniones eran de solo de hombres, pero Andrés me llamaba y se metía entre ellos abrazándome. Casi siempre sus amistades llegaban a la casa de la 9 Norte, que era muy grande para nosotros dos. Además tenía una casa en el centro, aledaña al zócalo, estaba la casa de mis padres y las tiendas.

Inicialmente no conocía sobre él, realmente de nadie sabía nada. Mi esposo me guardada igual a un juguete, pero al que le hablaba de  tonterías; la tomaba sexualmente 3 veces por semana, era feliz rascándose la espalda e ir al zócalo los domingos.

Así como les encanta a las mujeres darse importancia con el tema de la maternidad, proliferaba. Pensé que tú ibas a ser diferente, ya que creciste con los animales, y cargarías y parirías sin tanta faramalla. Además de ser joven; solo deja de pensar en eso, y verás que se te olvidan las molestias.

Para ese año, la legislatura poblana permitió que las mujeres votaran, lo que solo celebraron Carmen Serdán y otras 4 docentes. No obstante, Andrés no dio un solo discurso donde hiciera mención sobre la importancia del protagonismo de femeninas en las contiendas políticas y revolucionarias, pues no le importaba.

Pero en algún momento sí lo hizo Cholula, quien comenzó diciendo que se le aproximaron varias mujeres para preguntarle sobre su apoyo a la Revolución, y que él les había respondido que ya el general Aguirre con su sabiduría popular había dicho una vez que las mujeres mexicanas tenían que unirse en defensa de los derechos de las obreras y campesinas, la igualdad dentro del matrimonio, entre otras cosas, con lo cual no volví a creer un solo discurso.

Mientras que decidí ignorar lo que hacía Andrés; solo me limité a ser la madre de sus hijos, la señora de su casa, su señora, su criada, su costumbre, su burla. ¿Alguien conocía quién era yo?, pero lo que fuera, debía seguir siéndolo, aunque a veces me quisiera ir a un  país donde él no existiera, donde mi nombre no se pegara al suyo, donde la gente me odiara o me buscara sin vincularse con su afecto o su desprecio.

Un sonido llegó hasta el estómago, y el arroz, la carne, las tortillas, el queso, las crepas de cajeta, todo se me regresó mientras el Checo me veía sin saber qué hacer, preguntando a intervalos ¿Ya mamá?, por fin salió, algo amarillo y amargo. Continuaba, ¿Jugamos carreras de regreso?, a lo que yo comencé a correr bajando el cerro como si me quisiera desbarrancar. Estás loca, mamá; mi papá tiene razón eres una cabra loca, gritaba el niño siguiéndome.

Al ir por mi abrigo y subirme al coche en breve tiempo, no se fuera a arrepentir de invitarme. La tarde está fría, como una de esas  extrañas tardes de febrero, donde uno puede ponerse abrigo de pieles sin sentir acoplarse a media calle. Esta era de zorro; uno de los más  lindos que he tenido. Pues las pieles pueden ser cursis, pero el de zorro con mis botas, me hacía sentir como artista de Hollywood.

Con los niños solo era dar y parecer feliz; íbamos a la feria, subíamos al cerro o a buscábamos mazorcas en los charcos cerca de Mayorazgo para quitarme de la cabeza lo que no fuera un juego o una demanda fácil de resolver.

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