¿Conoces la Gaita Colombiana? Aprende todo sobre ella aquí

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Seguro que cuando escuchas la palabra «Gaita» piensas en el instrumento musical Escocés, o en el ritmo característico de la temporada decembrina en la región Zuliana del país Venezuela, ¿pero habías escuchado de la Gaita Colombiana? acá descubriremos todo sobre ella, qué es y su historia.

gaita colombiana

¿Qué es la Gaita Colombiana?

Es un instrumento musical clasificado en los de viento, y es de origen indígena en las costas colombianas, es un tipo de flauta que algunos denominan como flautas aztecas, se encuentra principalmente en Colombia en la región de los nativos, donde formaban grupos de Gaiteros que se encargaban de amenizar las fiestas populares.

También llamado Kuisi, es un instrumento de viento construido con tubos de tallos de cactus, como el Cardo o la Pitahaya, en uno de sus extremos se inserta una boquilla cilíndrica donde irá la boca del músico, y tienen de tres a seis agujeros dependiendo del tipo de gaita colombiana que se esté tocando, y es acompañante musical de ritmos como la cumbia, el merengue, la puya y otros.

Este instrumento es parte fundamental de la música tradicional de Colombia, específicamente de la cumbia, y otros ritmos folclóricos de la región, nombrada gaita colombiana por los colonizadores españoles que le colocaron este nombre por el gran parecido sonoro que tenía con la gaita europea, y el nombre kuisi se debe a su origen indígena de la comunidad Koguis.

Este instrumento de viento se fabrica en pares, el gaita colombiana hembra y el macho, y se tocan ambos juntos, tradicionalmente es un instrumento doble que debe ser tocado por dos músicos al mismo tiempo, y es de gran importancia para la riqueza cultural del país latinoamericano, convirtiéndose en parte de la identidad esencial y cultural del Colombia.

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Origen de la Gaita Colombiana

Este instrumento que es clasificado como de la familia de los aerófonos, de las flautas, proviene de la época de los indígenas del nuevo mundo como lo llamaban los Españoles que llegaron a este continente para colonizar con sus cultura y creencias esta parte del mundo, pero a su vez fue una fusión ya que los aborígenes tenían sus propias creencias y también ritmos culturales como el de la gaita colombiana.

La historia de este instrumento de viento, Gaita Colombiana, nos remonta a los antiguos pobladores, que hoy en día siguen existiendo estas antiguas comunidades indígenas y en sus ritos y celebraciones paganas o en adoración, festejos y ceremonias ancestrales usaban estos instrumentos para amenizar las reuniones familiares o públicas.

En estos diferentes escenarios de mezclas de razas, como lo fue la Española con la Indígena, encontramos creación de estos grupos o conjuntos de gaiteros, con fuertes raíces nativas acompañadas de percusiones y también de ritmos de origen africano provenientes de los esclavos que trajeron a esta parte del continente

Esto lo evidenciamos en pueblos y comunidades como la de San Jacinto, la del Carmen de Bolívar, la de San Juan Nepomuceno y una de las más conocidas la comunidad de Ovejas, donde se concentraron muchos asentamientos de esclavos traídos por los colonizadores, donde estos estos afroamericanos con sus instrumentos de percusión acompañaban la Gaita Colombiana.

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Egberto Bermudez, Periodista e investigador de la historia musical de su país, expone sobre el surgimiento de los conjuntos gaiteros en las épocas de la colonización y en el transcurso de los años siguientes, y en su folleto dedicados a los gaiteros, nos habla que la reorganización de la población indígena de aquella región contribuyó a este nacimiento musical.

Y se cree que esto tuvo lugar a mediados del siglo XVIII, y que dependió mucho de las autoridades civiles y eclesiásticas de la región en esos momentos, donde la fusión de culturas tanto de los pobladores indígenas como los de los esclavos africanos hizo renacer ritmos folclóricos que se convertirían en parte de las celebraciones de cada poblado creciendo la cultura musical por generaciones.

El surgimiento de nuevos estilos y formas musicales dentro de la gaita colombiana se fueron consolidando después del siglo XIX, haciendo una estrecha relación entre la melodía original solo de estos instrumentos con los nuevos estilos de la época, creando agrupaciones que se dedicaban no sólo a la Gaita sino también al nacimiento de lo que hoy conocemos como merengue.

Los bailes que en un principio solo se hacían para fiestas de la iglesia, con una intención religiosa, ahora eran más recurrentes en las plazas de estas poblaciones y se celebraban cada fin de semana, según las crónicas históricas de estos poblados a mediado del siglo XIX, y estos ritmos ya los estaban asociando a el consumo de alcohol, y reuniones de jornaleros donde también se veían riñas entre ellos.

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Egberto Álvarez, en este folleto sobre los gaiteros nos muestra un caso ubicado en una de estas comunidades, la del Peñón en el consejo de San Onofre ubicada en el departamento de Sucre, donde estaba el Tamborilero Pedro Alcázar llamado el chiquillo, quien mantuvo la tradición de la música gaitera junto con su tambor del cual se sentía muy orgulloso de su música y difusión.

El chiquillo contaba que su aprendizaje y especialización en estos instrumentos fue gracias a Encarnación Tovar, apodado en el poblado como El Diablo, y también el Tamborilero Manuel Zuñiga que era un afroamericano de la Isla de Barú, a quien llamaban Tukunda, de los cuales se preparó muy bien para difundir la gaita colombiana a otras regiones y generaciones.

Una vez fallecido el Chiquillo, dejó un legado como el último Tamborilero silvestre de la gaita colombiana, siendo de la raza negra, fue uno de los líderes más fuertes de la gaita campesina, con su alegría hizo de este ritmo algo contundente y magistral junto con sus grandes acompañantes también de su misma raza como fueron Medardo Padilla, Pablo Berrio y Juan del Toro Castro.

Gracias a este legado, comunidades afrodescendientes supieron acoplarse y ajustarse al nuevo medio musical que llevaba como bandera la gaita colombiana, para llevar a cabo también su música, apropiándose de elementos rítmicos de sus ancestros y fusionando con los nuevos como la gaita colombiana para dar origen a nuevos y más gustosos ritmos fiesteros.

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Y así entran en contacto estos ritmos, la gaitas colombianas con los tambores africanos, para así conformar en su totalidad estos conjuntos de gaitas, gracias a los originarios portadores del instrumento de viento y los originarios africanos portadores de los instrumentos de percusión, y con la evolución cultural generando nuevos ritmos dentro de esta cultura de la gaita colombiana.

Pero sin olvidar que los orígenes de este instrumento del típico folclor de Colombia tiene sus primeros registros en las etnias indígenas como la Koguis, de donde viene su nombre de Kuisis, y también se les atribuye su origen a las comunidades de los arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde en sus celebraciones sonaba la música de gaita colombiana.

Con el pasar de los años, se fueron creando más fiestas y también festivales donde el principal protagonista musical eran la gaita colombiana donde se destacaban estos conjuntos o grupos gaiteros, muy propios de las fiestas tradicionales de cada región y ya pasaron de ser ritmos en conmemoración de algo a ser usados para celebraciones como matrimonios y reuniones de familias de la población.

Entre estas fiestas, está el Festival de gaitas de Ovejas, en el departamento de Sucre, estas fiestas tienen antecedentes de la época precolombina, en estas poblaciones donde se encuentra actualmente Ovejas, estaban las tribu de los Zenu, quienes elaboraban y también ejecutaban la gaita colombiana o como ellos lo llamaban en esa época, la chuana.

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Luego de la colonización y conquista por parte de los españoles, este instrumento aborigen se mezcla con los tambores que traían los negros esclavos, y posteriormente se une el canto español, juntando estas tres culturas, dándole por nombre a esta fusión de culturas como la trietnia, y lo usaban para rendir agradecimiento a su patrón religioso, San Francisco de Asís y al Niño Dios de la salud.

En Colombia se declaró como Patrimonio Inmaterial de La Nación a este Festival de Gaitas, y en este poblado están buscando que no solo el festival sea Patrimonio Nacional, sino también los instrumentos musicales como la gaita colombiana y las vestimenta típica de estos gaiteros que es muy característicos por el sombrero colorido y su sobretodo parecido al poncho usado en la región de Mérida Venezuela.

En esta historia de la gaita colombiana también se suma el festival de gaitas de san jacinto, en el departamento de Bolívar, es la mayor expresión auténtica del caribe Colombiano, este festival es un encuentro anual donde se celebra y conmemora el legado de los gaiteros pioneros y ancestrales, esta celebración se lleva a cabo en el mes de agosto cada año.

Este reconocido festival se convierte en el encuentro de escuelas, de profesionales y de aficionados a la gaita colombiana, y en cada año demuestran lo preparado por bastante meses, y comparten sus nuevas creaciones y canciones, pero también hacen momentos especiales donde rinden homenaje a los grandes y épicos maestros de la gaita colombiana.

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Clases de la Gaita Colombiana

Existen tres modelos o clases de las gaitas y son las siguientes:

-La Gaita Colombiana Hembra, o la Kuisi Bunsi en el dialecto Kogui, es de cinco orificios y es la encargada de llevar las notas o las melodías y se toca en conjunto con la otra clase de gaita.

-La Gaita Colombiana Macho, o la Kuisi Sigi en el dialecto Kogui, esta es la acompañante directa la Gaita Hembra, y tiene solo dos orificios, el músico encargado de la gaita macho por lo general la toca con una mano para con la otra tocar y hacer sonar la maraca.

-La Gaita Colombiana Corta, esta tiene más orificios que las otras dos, ya que esta está formada para llevar seis orificios, y a diferencia de las otras dos que se tocan acompañadas, está por sus registro melódico puede ser solista sin ningún compañía de otros instrumento de viento.

Construcción de la Gaita Colombiana

Este instrumento de viento es de cuerpo largo, de unos setenta a ochenta centímetros de largo, longitud a la medida del antebrazo del artesano del fabricante, como dato curioso esta Gaita Colombiana solo es permitida realizar por un artesano de género masculino, y no es permitido ser realizado por mujeres, por creencias antiguas que pensaban que la mujer por su menstruación no era pura.

La Gaita Colombiana puede ser elaborada por el mismo Gaitero, y debe medir tres veces la expansión de su longitud desde su dedo pulgar al dedo meñique, y los orificios van a ir cada uno a distancia de dos dedos pulgares juntos, la mayoría de estos instrumentos son de cinco orificios, una fabricación sencilla y muy artesanal que solo realizan hombres de la comunidad.

Para el materia estos artesanos,cortan primero el cactus, para luego liberarlo con mucho cuidado y poco a poco de las espinas y así no disminuir el grosor del diámetro, y para sacar el relleno dentro primero humedecen el cactus para luego introducir una vara de hierro que quitara todo lo que está dentro del tallo, y esta perforación es cilíndrica por eso la vara siempre sera del grosor redondo deseado.

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La cabeza de la Gaita Colombiana es muy característica y es de lo que más llama la atención en el instrumento ya que es bastante grande y vistosa, esta es hecha de cera de abeja mezclado con polvo de carbón, para así evitar que sea derretido cuando haya altas temperaturas, y esta mezcla es moldeada hasta lograr la forma deseada de el Fotuto, como es llamada la cabeza de la gaita.

Por tradición estas flautas aborígenes, son realizadas de cinco orificios, pero en su extensa historia musical solo son usados cuatro de esos cinco orificios que posee, ya que el quinto que es el último de acuerdo a su longitud, realiza el sonido más bajo, el cual no es necesario por los gaiteros a la hora de amenizar con sus melodías, este es tapado con cera de abeja para que no escape ningún ruido.

Esta fabricación antes descrita corresponde a la Gaita Colombiana Hembra, y como este instrumento de viento no es en serie, la única manera de afinarlo es con su familiar directo, la gaita colombiana macho, ya que los dos orificios que este posee se acoplan perfectamente a la longitud de los dos orificios de la hembra, el primero y el último, por eso la fabricación del uno implica la fabricación del otro en conjunto.

Estos dos instrumentos conforman un matrimonio desde su creación, incluso los aborígenes de la época tenían la certeza que esta gaita colombiana simbolizaba la unión que desde los inicios de la biblia, Dios había instituido con la creación de Adán y Eva, y estas flautas dejaban de ser usadas si alguna de las dos ya no funcionaba, como en respeto solemne a la fidelidad del matrimonio entre hombre y mujer.

Canciones de gaitas colombianas

A lo largo de los años y toda la historia musical de Colombia, los cantautores gaiteros han hecho su parte creando composiciones que son sonadas cada día en las regiones y más en las fiestas de celebración de cada departamento del país, esta música caribeña tiene muchísimas canciones populares pero acá mencionaremos seis de ellas, las más reconocidas por su fidelidad al instrumento de viento.

-Magdalena, de Marlon Peroza

Es una canción de amor, sobre la unión donde hace homenaje a la mujer fiel en el matrimonio, este tema no habla de infidelidad, sino es un reconocimiento al papel de la mujer colombiana que es el pilar fundamental en la familia para su crecimiento y unión por lo años, esta canción es la favorita y la más tocada por los gaiteros del pueblo de Santo y Boza de Barranquilla.

-Canto Alegre otra vez, de Nando Cova

Esta canción se enfoca en la alegría de las fiestas y esa unión de culturas como lo fue la de los aborígenes, los africanos y los españoles, donde en una sola celebración eran un solo pueblo alegre que bailaba y cantaba al son de este ritmo, y este tema de hermandad de los pueblos era el favorito del machero popular y muy reconocido en la nación como lo fue el señor Juan David Arroyo.

-La reserva del sumario, por Elber Alvarez

La pieza musical transforma el discurso de la gaita tradicional con líricas que hacen que sea captada por otros públicos y así conseguir a través de este tema la expansión, fortalecimiento y renovación de este ritmo folclórico que gracias a la cultura ha sobrevivido por años desde la colonización; Marlon Peroza gaitero de el grupo Gaiteros de Pueblo Santo relata que esta pieza no falta en su repertorio musical.

-Déjala de llorar, de los famosos gaiteros de San Jacinto

Es un merengue instrumental y tradicional, compuesto originalmente con acordeón, pero el maestro Juan Lara de los muy reconocidos Gaiteros de San Jacinto, como era un músico virtuoso lo terminó de componer en gaita colombiana, logrando un sonido muy propio de la agrupación y es el tema más significativo de la agrupación el cual nunca falta en sus toques por solicitud del público.

-El Guayabo de Juan, de el Gaitero Jose Luis Borre

Es una de las primeras canciones que montó la agrupación Gaitera Kombantu de Cartagena y narra la historia de un muchacho que persigue el amor de su damisela que ya estaba su mano comprometida con uno de los hacendados de la región, lamentablemente Juan no consigue enamorar a la Bella Colombiana y de ahí su despecho que ellos convirtieron en canción de desamor para este guayabo.

-Campo alegre, de los Gaiteros de San Jacinto

Entre las canciones más populares de la gaita colombiana no podía faltar otro tema de esta agrupación que es de las más reconocidas a nivel nacional y mundial, es un tema con letra que no es explícita, habla del día a día del campesino en sus faenas de trabajo y como hombre de la casa, junto con el amor de su mujer que es la fiel compañera que lo ayuda a seguir cada día por mejor porvenir para la familia.

Así como hay canciones famosas propias de este ritmo generado por este instrumento, también han editados libros dedicados a la Gaita Colombiana, como son el «Música de Gaitas para la paz en Colombia», «Las Cantadoras somos Eternas», «Una escuela que mantiene viva la música de la gaita» y «Gaitas en la capital» que finaliza narrando la historia de la gaita en Bogotá.

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