Un resumen de La Dama de las Camelias y análisis

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Disfruta de un interesante resumen de la exitosa novela firmada por Alexandre Dumas en la década de 1848 titulada “La Dama de las Camelias”, perteneciente al realismo y una de las primeras obras en formar parte de la transición del romanticismo.

La dama de las camelias

La dama de las camelias

En esta oportunidad queremos revivir una de las obras más importantes de todos los tiempos y se trata de La Dama de las Camelias la cual se publicó por primera vez en la década de 1848 y está considerada como una novela firmada por Alexandre Dumas (hijo).

Se trata de una historia que está inspirada en hechos de la vida real, específicamente la historia de vida de Alexandre relativo a un romance que tuvo lugar en 1847 con Marie Duplessis.

Duplessis, según lo relata el propio autor de la obra, era una joven cortesana de la ciudad de París quien además mantuvo diferentes relaciones sentimentales con destacados personajes de la vida social.

La novela pertenece al movimiento literario que se conocería más tarde como realismo, siendo ésta una de las primeras obras que formarían parte de la transición del romanticismo.

De acuerdo a la historia, muchas producciones han servido de inspiración a partir de la Dama de Las Camelias, por ejemplo la ópera La Traviata (La extraviada) del compositor italiano Giuseppe Verdi, que se basó precisamente en esta novela cuyo personaje principal, la cortesana, lleva el nombre de la protagonista. En otras adaptaciones, esta historia también es conocida con el título de Camille.

Espacio y tiempo

Si analizamos un poco el espacio y tiempo en el que se desarrolla la novela La Dama de las Camelias podríamos decir que la misma está ambientada en la ciudad de París y algunos lugares campestres cercanos, como por ejemplo Bougival. También vale la pena destacar que estos espacios se remontan a la década de 1840, durante la monarquía de Luis Felipe de Orleans.

La dama de las camelias

Un dato que vale la pena tener en cuenta es que la trama de la novela La Dama de las Camelias tiene una duración de aproximadamente tres años, aunque solo durante un año existe acción. La obra comienza con los funerales de Margarita Gautier, quién es la protagonista de la historia.

Tema

A lo largo de todo el desarrollo de la novela La Dama de las Camelias, su escritor va tocado una infinidad de temas actuales que logran captar la atención de todos los seguidores. En la novela los principales temas son la prostitución, uno de los oficios que se ve reflejado en la vida de la protagonista de la trama, Margarita Gautier, sus costumbres y amistades.

Pero la prostitución no es el único tema que se toca dentro de la novela sino que además encontramos la abnegación en diversos actos de la protagonista, sobre todo con respecto a su infinito amor por Armando Duval. Dentro de la obra también se critican los prejuicios sociales, que radican en el rechazo social de aceptar a Margarita por su oficio de prostitución.

En este punto es importante mencionar principalmente al padre de Armando Duval quien le exige sacrificios a Margarita y es visto como uno de los promotores de los prejuicios sociales.

Finalmente, encontramos en menor medida, temas como los celos y la venganza en el personaje de Armando Duval. Coexisten dos narradores en la novela, por un lado un narrador editor quien conoce al narrador protagonista.

Esta novela de nombre La Dama de las Camelias se encuentra escrita en un lenguaje sencillo que puede ser comprendida por todo tipo de lectoras, además su estructura está determinada por un aproximado de veintisiete capítulos sin títulos por lo que se podría decir que es una novela relativamente corta en comparación con otras del mismo estilo.

Personajes

En esta parte de nuestro artículo nos vamos a enfocar directamente en conocer cada uno de los personajes, tanto principales como secundarios, que hacen parte del exitoso libro La Dama de las Camelias, una de las obras más populares de todos los tiempos y donde se tocan temas tan actuales como la prostitución, la envidia y los prejuicios sociales como analizamos en la parte anterior.

Protagonistas:

Comencemos por conocer a los protagonistas de la novela La Dama de las Camelias. Esta obra cuenta con dos protagonistas principales que son Margarita Gautier, considerada como la dama de las camelias y Armando Duval, joven que se enamora apasionada de Margarita. Hablemos más acerca de estos dos personajes:

Margarita Gautier: También llamada como “La Dama de las Camelias), es la protagonista principal de toda la historia. Se le podría describir como una mujer profundamente enamorada de Armando Duval, sin familia, es una chica cortesana relacionada con muchos caballeros, entre los que destacan el duque y el conde. Ella nació en el campo, sin embargo a muy temprana edad se separó de su familia para irse a vivir a la ciudad de París.

Fue precisamente en la ciudad de París donde Margarita Gautier destacaría por su vida licenciosa y grandes gastos, además de por estar siempre bajo la compañía de un ramo de camelias: blancas, si estaba disponible sexualmente o rojas, si no lo estaba. Físicamente se le podría considerar como una mujer altamente atractiva y hermosa, aunque bastante enfermiza.

Aunque en un momento parece adolecer de superficialidad, con el transcurso de la novela Margarita se presenta como una mujer enamorada, sencilla y sobre todo abnegada.

El gran amor dentro de toda la trama es Armando Duval, de quien se enamora primero condicionando que la dejara vivir como le pareciera y portándose obediente ante sus mandatos, pero termina por abandonar todas sus costumbres licenciosas para ponerse a vivir formalmente y de una manera estable con Armando.

No obstante, el padre de éste le rogaría que deje a su hijo, lo que constituirá su último sacrificio. De allí toma la decisión de retornar a su antigua vida de vicios, simplemente para acelerar su penosa y solitaria muerte, provocada por la tisis, enfermedad que venía acarreando desde hace algunos años atrás. De esa manera concluye su historia dentro de la obra.

Armando Duval: Hablemos en esta oportunidad sobre el segundo protagonista más importante dentro de la novela La Dama de las Camelias. Es un joven que se enamora perdidamente de Margarita. Desde el primer encuentro la amó a escondidas, y fue el primero en preocuparse por la salud de la joven, gracias a lo que obtuvo su amor.

La obra nos enseña que Armando nunca pudo aceptar por completo la condición que le colocó Margarita, aunque durante cierto tiempo toleró vivir con el dinero que ella obtenía por acostarse con otros amantes, tomando en cuenta que él era un abogado de escasas rentas.

Finalmente lograría que ella abandone su vida licenciosa, pero posteriormente al verse abandonado y sentirse traicionado, cortejaba a Olimpia.

Olimpia dentro de la obra se muestra como un personaje bastante similar a Margarita. Armando comenzó a enamorar a esta mujer con una sola finalidad y era la de provocar daño en su verdadero amor que era Margarita. Luego, se enteraría de que el “engaño” de Margarita era solo otra prueba de su amor, lo que lo dejaría desolado.

Secundarios

En esta ocasión vamos a describir algunos de los nombres y sus características de los personajes secundarios más relevantes que aparecen durante el desarrollo de toda la novela La Dama de las Camelias. En esta obra destacan muchos personajes, que aún no siendo los principales, tienen una gran importancia para toda la trama. Conozcamos algunos de ellos:

Narrador: Este personaje secundario tiene la particularidad de no ser nombrado durante la novela. Comienza su actuación al acudir al remate de los bienes de la protagonista Margarita Gautier, adquirió por una suma elevada de dinero un libro intitulado Manon Lescaut de l’Abbé Prévost. Luego de eso, el protagonista Armando Duval intentaría comprarle el libro, y el narrador se lo regaló, lo que dio comienzo a una profunda amistad entre estos dos personajes de la novela.

Prudencia Duvernoy: Este personaje, dentro de la novela, está descrito como una de las mejores amigas y vecinas de la protagonista Margarita. Durante su juventud fue una cortesana, al igual que Margarita, pero luego de su paso por ese oficio, la mujer comenzó a dedicarse a vender sombreros y ropa. Mantenía su amistad con Margarita pero solo por interés, puesto que cuando Margarita enfermó y debió mantener cama la abandonó.

Julia Duprat: El personaje de nombre Julián Duprat también es una de las mejores amigas de Margarita dentro de la obra. A diferencia de Prudencia, ésta no abandonó en ningún momento a la protagonista, llegando incluso a escribirle cartas a Armando cuando su amiga se encontraba moribunda y después de su triste muerte.

Padre de Armando: Si analizamos su personalidad podríamos decir que el padre del protagonista de la novela era bastante conservador, vive en el campo.

Una vez que se entera de las andanzas amorosas de su hijo, trata cómo de lugar convencer a Armando para que abandonara esas pasiones, y al ver sus intentos fallidos, decide intentarlo con Margarita, quien sí aceptaría renunciar a su amor.

Olimpia: Comparece al final de la obra. Es al parecer amiga de Margarita, sin embargo, Armando la utilizaría para darle celos a la misma.

Terciarios

La novela La Dama de las Camelias no solo presenta a dos protagonistas y varios personajes secundarios, sino que además dentro de la trama tenemos la oportunidad de disfrutar de muchos personajes terciarios que de igual manera representan un papel fundamental para el desarrollo de toda la novela. Conoce a continuación algunos de los personajes terciarios más importantes:

El conde: Este personaje se describe como un joven que desde siempre se caracterizó por enamorar y mantener económicamente a la protagonista Margarita, no obstante a esta le aburría mucho su manera de ser y por esa razón nunca tuvieron una relación más allá del interés. Margarita lo despedía con rapidez de su casa.

El Duque: El Duque es un viejo de impresionantes riquezas que siempre solía comunicarse con Margarita, tomando en cuenta que éste tenía una hija que se parecía mucho a la protagonista que había muerto. Era el principal benefactor de la joven en sus oficios como prostituta.

Gastón: Dentro de la obra La Dama de las Camelias, Gastón es amigo de Armando Duval, solo aparece en el principio de la obra.

Nanine: Sirvienta de la protagonista Margarita.

José: Éste personaje es criado de Armando dentro de la obra, se encargaba de mandar las cartas a Margarita de parte de Armando.

Blanca: Hermana de Armando

Argumento

En esta parte de nuestro artículo nos resulta importante describir el argumento de la novela La Dama de las Camelias y para ello lo vamos a hacer por capítulo. En el capítulo número uno, el narrador recibe la noticia por casualidad de la muerte de una cortesana y que sus bienes serán sacados a subasta para poder cubrir con todas las deudas. La difunta era conocida suya, únicamente de vista y se trataba de Margarita Gautier.

En el capítulo número dos de esta interesante novela, su escritor narrar parte de las cualidades de Margarita, quien describe como una mujer de singular hermosura, asistía a todos los estrenos de la ópera y del teatro, su fama como cortesana era ampliamente conocida en la ciudad. Ella siempre solía ir a todas las funciones con tres cosas: sus gemelos, una bolsa de bombones y un ramo de camelias, de allí su apodo de “La Dama de las Camelias”.

Margarita vivía de una pensión indeterminada que le aportaba el duque, el cual la trataba pródigamente y con mucho respeto. El argumento en el capítulo tres se basa en que el narrador asiste a la subasta, que contó con una asistencia masiva de personas interesadas en comprar los bienes de la cortesana. El narrador puja por el libro Manon Lescaut de Abbé Prévost, el cual tenía una dedicatoria particular, se lo adjudican por su valor diez veces superior al real.

La dedicatoria que salía reflejada en este libro decía: “Manon a Margarita, humildad”, firmado por Armando Duval. Luego entramos en el capítulo número cuatro donde se continúan aportando detalles relacionados con la subasta masiva realizada. De la venta de los bienes de la cortesana se obtuvieron un aproximado de 150 mil libras, de los cuales dos terceras partes fueron a parar a las manos de sus acreedores y el resto a su querida hermana, a la que llevaba años sin ver.

En ese momento, Armando Duval se traslada a ver al narrador en un estado deplorable y depresivo, y le ruega que le venda el libro mencionado enseñándole una carta suscrita por Margarita en la cual le pide que acuda a la subasta a comprar algo para recordarla.

El narrador le regala allí el libro que había comprado en la subasta lo que da paso al surgimiento de una profunda amistad entre el joven, que se marchó llorando de la felicidad, y el narrador.

El argumento en el capítulo número cinco de la novela “La Dama de las Camelias” habla acerca del largo tiempo que transcurrió y donde el narrador no recibía información de parte de la vida de Armando Duval. Preocupado decidió ir a preguntar por él en el cementerio, donde vislumbra la tumba de la joven adornada con grandes camelias.

Conversando con uno de los jardineros del lugar, éste le comentó que un joven había ordenado que se mantuviera siempre en perfectas condiciones la tumba y repletas de innumerables camelias. También le reveló que el joven había partido para que la hermana de la difunta autorizase el traslado del cuerpo, debido a que en ese cementerio solo tenía licencia por cinco años y quería otorgarle una de por vida.

Luego de buscar mucha información, el narrador logra por fin conseguir la dirección de Armando Duval y decide ir a visitarlo. Parte hacia su casa, sin embargo, al día siguiente, recibe un mensaje suyo en el que lo invita. En el capítulo seis el autor describe que el narrador se traslada a la dirección de Armando y ve al joven en un estado convaleciente.

Al verlo en ese estado pudo comprender la necesidad que tenía Armando de trasladar el cuerpo de aquella cortesana diciendo:

Es lo único que puede curarme. Tengo que verla. Llevo sin dormir desde que me enteré de su muerte, y sobre todo desde que vi su tumba. No puedo hacerme a la idea de que esa mujer, a quien abandoné tan joven y tan bella, esté muerte. Tengo que cerciorarme por mí mismo. Tengo que ver lo que ha hecho Dios con aquel ser que tanto amé, y quizá el asco del espectáculo reemplace la desesperación del recuerdo…

Es así como ambos acuden al desentierro del cuerpo, el cual resulta muy doloroso para Armando, y chocante para el narrador.

Desarrollo

Continuamos con el desarrollo de esta grandiosa novela titulada “La Dama de las Camelias”. En el capítulo número seis, Armando, todavía estando en cama, le hace una petición al narrador y es que escribiera un libro sobre los hechos que le estaba narrando.

Entonces empieza a contarle toda la interesante historia: Armando le cuenta que desde que conoció por primera vez a Margarita, supo que estaba destinado a enamorarse de ella aunque deseara que fuera difícil la conquista, le dijo lo siguiente:

Y yo, que habría querido sufrir por aquella mujer, temía que me aceptara excesivamente de prisa y me concediera excesivamente pronto un amor que yo hubiera querido pagar con una larga espera o un gran sacrificio. Los hombres somos así; y es una suerte que la imaginación deje esta poesía a los sentidos y que los deseos del cuerpo hagan esta concesión a los sueños del alma.

Armando narró que la vez que los presentaron, fue en una de las tantas funciones de la ópera a la cual acostumbraba asistir la joven Margarita. Admite que ese día había hecho el ridículo, ella quería que “nunca había visto nada más chistoso que él”. A partir de ese momento, Armando la intentaría ver varias veces, pero ella de manera sorpresiva se enfermó de tuberculosis. Él acudió a su casa en varias oportunidades para preguntar por su estado de salud, sin dejar jamás recado, tarjeta de visita o subir a visitarla. No la vería en dos años.

En el siguiente capítulo, Armando narra que luego de esos dos años sin ver a su enamorada, se volvieron a presentar ambos, esta aunque al principio no pudo recordar, después lo haría, pidiéndole disculpas a Armando por lo sucedido la vez anterior. Armando aceptó que él era el hombre que iba a preguntar siempre por su estado de salud mientras ella se mantuvo convaleciente.

Margarita se mostró muy agradecida por el gesto de Armando. Esta mujer, según se cuenta en la novela, tratada de una mala manera al conde, a quien despidió de su casa para recibir a Armando, Prudencia y un amigo de Armando de nombre Gastón, durante la alegre reunión, en la cual la joven hizo gala de sus modales. En ese momento Margarita fue atacada por una fuerte tos por lo que tuvo que salir presurosa a su recámara y Armando la siguió, preocupado por su salud.

En el capitulo diez de la obra el personaje de Armando le recomendó a Margarita que dejara su oficio de prostituta a lo que ella contestó que a nadie le importaba su estado de salud, ante eso Armando le replicó diciendo que a él sí le importaba mucho su salud. Fue ese día cuando el joven le confiesa que sentía un profundo amor por ella y Margarita después de algunas cavilaciones lo aceptó pero condicionando que debería ser: confiado, sumiso y discreto.

Armando le preguntó a Margarita que cuándo se iban a volver a ver y ante esa pregunta la joven contestó: Porque -dijo, liberándose de mis brazos y tomando de un gran ramo de camelias rojas comprado por la mañana una camelia que colocó en mi ojal- porque no siempre se pueden cumplir los tratados el mismo día en que se firman. Luego le dijo que se verían cuando la camelia que le entregó cambie de color, se besaron y ella justificó su actuar de esta forma:

Quizá le parezca raro que me haya mostrado tan dispuesta a aceptarlo así, en seguida. ¿Sabe a qué se debe? Se debe -continuó, tomándome una mano y colocándola contra su corazón, cuyas palpitaciones violentas y repetidas yo sentía-, se debe a que, ante la perspectiva de vivir menos que los demás, me he propuesto vivir más deprisa.

En el capítulo XI la obra narra sobre el estado de Armando quien se encontraba bastante feliz y a la vez sorprendido de lo sucedido y se negaba a creer que no se trataba de una mujer de la mala vida. Se trasladó a verla, como había prometido en la víspera y ella le contestó que no se acordaba del pacto, no obstante, el muchacho se iba acostumbrando poco a poco a la vida que llevaba Margarita. Luego Prudencia le dijo que Margarita opinaba que era encantador.

En el capítulo XII, Armando durmió en la casa de su amada Margarita, quien una vez que amaneció lo despachó de su habitación dado a que ese día llegaría muy temprano por la mañana el duque y le prometió mandarle instrucciones para su próxima cita, entregándole una llave de sus aposentos. Un día después, Armando le haría una gran escena de celos a Margarita porque la había visto en compañía del conde en el teatro, pero recordó que él mismo aceptó las condiciones de su relación y la joven lo perdonó.

El capítulo XIII nos narra la escena de Prudencia, amiga de Margarita, recomendándole a Armando no ser tan celoso con la joven, además le dijo que él no tenía cómo mantener los lujos de Margarita. Prudencia le recomendó que lo mejor era que se amaran, pero conscientes de la realidad. Margarita convidó a Armando a pasar algunos meses en el campo, pero el joven se ofendió, diciendo que no aceptaría tal situación con esos medios.

Armando rápidamente se percató de su error y recordó que su relación con Margarita estaba sujeta a condiciones, por lo que fue perdonado por segunda ocasión. A la mañana siguiente, Armando recibe un recado de parte de Margarita que decía: “Me siento mal, no vengo hoy”, no obstante, él fue y vio que el conde entraba en la casa, por lo cual sufrió mucho.

En el capítulo XIV, Armando escribe una carta intensa a Margarita. En ella demuestra su desesperado por haber actuado de esa manera, nuevamente se arrepiente y le ruega perdón a Margarita: «Alguien que se arrepiente de una carta que escribió ayer, que se irá mañana si usted no lo perdona, desearía saber a qué hora podrá ir a depositar su arrepentimiento a sus pies. ¿Cuándo podrá encontrarla sola? Ya sabe usted que las confesiones deben hacerse sin testigos.»

Entramos al capítulo XV de la novela “La Dama de las Camelias” y en esta parte de la obra, Armando le preguntó a Margarita la razón por la cual le engañó a lo que ella le respondió:

-Amigo mío, si yo fuera la señora duquesa de tal o de cual, si tuviera doscientas mil libras de renta, y siendo su amante, tuviese otro amante distinto de usted, tendría usted derecho a preguntarme por qué lo engañaba; pero, como soy la señorita Marguerite Gautier, tengo cuarenta mil francos de deudas, ni un céntimo de fortuna y gastó cien mil francos al año, su pregunta es ociosa y mi respuesta inútil.

Margarita, ante los reclamos de Armando le confesó que aceptó ver al conde para poder hacer el viaje al campo, debido a que no quería deberle nada a Armando, luego dijo que siempre estaba muy vigilada.

Confesó la razón por la cual había aceptado a Armando como su amante: porque es el único que se ha compadecido de ella, pero:

-Entonces te encontré a ti, joven, ardiente, feliz, y he intentado hacer de ti el hombre a quien llamaba en medio de mi ruidosa soledad.

Lo que yo amaba en ti no era el hombre que eras, sino el que ibas a ser. Tú no aceptas ese papel, lo rechazas como indigno de ti; eres un amante vulgar; haz como los demás: págame y no hablemos más. El joven Armando le vuelve a pedir perdón a su amada Margarita y desde allí decide no irse de la ciudad de París.

En el siguiente capítulo, específicamente en el XVI, Armando después de varios intentos decide aceptar por completo cada una de las condiciones que le había colocado Margarita, pronto le entregaría el Manon Lescaut del Abate Prevost. Armando, cambió su vida y sus hábitos, tuvo que adquirir algunas deudas y jugar para poder obsequiar a su enamorada. Intentaba curar a Margarita, y funcionaba de cierta forma.

Capítulo XVII: En este capítulo de la novela, la protagonista Margarita quiso pasar una temporada en una divertida casa campirana en Bougival, por lo que se la pidió al duque, el cual al poco tiempo se enteraría que habitaba con Armando en aquella casa, lo que hizo que le diera un ultimátum a la joven: “Yo (y la ayuda económica) o Armando Duval.

Margarita se encontraba entre dos decisiones difíciles de tomar, por un lado pensaba en su bienestar económico, pero por el otro recordaba el gran amor que sentía por el joven Armando. El amor pudo más que el dinero. Fue a partir de ese momento que Margarita terminó con todas sus tradiciones anteriores, incluso con sus amistades. El duque volvió a rogar que lo aceptara, pero la joven rechazaba leer sus cartas.

Capítulo XVIII: Los jóvenes hacían proyectos para su provenir, Margarita prefería no volver a París. El joven Armando comenzó a notar que poco a poco las propiedades y las riquezas de Margarita iban desapareciendo, por lo que acudió a la ciudad de París y se enteró de que la joven tenía muchas deudas y estaba vendiendo, Prudencia le dijo:

-¡Ah! – continuó con esa insistencia típica de la mujer que puede decir: «¡Qué razón tenía yo!» – ¿Cree que basta con amarse e irse al campo a vivir una vida pastoril y vaporosa? No, amigo mío, no. Al lado de la vida ideal existe la vida material, y las resoluciones más castas están sujetas a la tierra por hilos ridículos, pero de hierro, y que no se rompen tan fácilmente.

Capítulo XIX: En este capítulo, el joven Armando asume el compromiso de pagar todo, sin embargo Margarita rechaza de lleno esa propuesta, y por su parte le propone que vivan de manera humilde con lo poco que les queda, pero Armando le reconviene diciendo que Margarita necesitaba de sus lujos. Ella ante eso responde:

-En una relación como la nuestra, si la mujer tiene aún un poco de dignidad, debe imponerse todos los sacrificios posibles antes que pedir dinero a su amante y ofrecer un aspecto venal a su amor. Tú me quieres, estoy segura, pero no sabes lo frágil que es el hilo que sujeta al corazón el amor que se siente por chicas como yo. ¿Quién sabe?

¡Quizá un día de mal humor o de aburrimiento lo imaginaras ver en nuestra relación un cálculo hábilmente combinado! Prudencia es una charlatana. ¡Para qué quería yo los caballos! Vendiéndolos, economizo; puedo pasarme sin ellos perfectamente y así no me gastan nada. Todo lo que te pido es que me quieras, y tú me querrás lo mismo sin caballos, sin cachemiras y sin diamantes.

-Tú, que no quieres permitirme que comprenda tu posición, y tienes la vanidad de velar por la mía; tú, que, al conservarme el lujo en medio del que he vivido, quieres conservar la distancia moral que nos separa; tú, en fin, que no crees que mi cariño sea lo suficientemente desinteresado para compartir conmigo tu fortuna, con la que podríamos vivir felices juntos, y prefieres arruinarte, esclavo como eres de un prejuicio ridículo.

¿Crees que yo comparo un coche y unas joyas con tu amor? ¿Crees que para mí la felicidad consiste en las vanidades con que una se contenta cuando no ama nada, pero que se convierten en algo muy mezquino cuando ama? Tú pagarás tus deudas, malbarates tu fortuna ¡y me mantendrás al fin! ¿Cuánto tiempo durará todo eso?

Dos o tres meses, y entonces será demasiado tarde para emprender la vida que propongo, pues entonces lo aceptarías todo de mí, y eso es lo que un hombre de honor no puede hacer. Mientras que ahora tienes ocho o diez mil francos de renta, con los cuales podemos vivir. De lo que tengo, yo venderé lo superfluo, y sólo con esa venta me haré con dos mil libras al año.

Alquilaremos un lindo pisito en el que nos quedaremos los dos. En verano vendremos al campo, pero no a una casa como esta, sino a una casita suficiente para dos personas. Tú eres independiente, yo soy libre, somos jóvenes; en nombre del cielo, Armando, no vuelvas a arrojarme a la vida que me vi obligada a llevar en otro tiempo.

Capítulo XX: Sin pensarlo mucho, Armando procede a aceptar la opción que le estaba proponiendo su amada Margarita. Poco después llegaría su padre, el señor Duval quien no se muestra muy contento por la conducta que está tomando su hijo y le pide que abandone a Margarita, sin embargo, Armando no le hace caso a su padre y rechaza su petición.

Capítulo XXI: En este capítulo, Armando le cuenta a Margarita acerca de la propuesta que le hizo su padre. Ella le pide que haga a su padre reconsiderar para poder amarse con plena libertad. Armando no encontraría a su padre en algunos días pero cambiaría drásticamente el estado de ánimo de Margarita. Armando al fin encuentra a su padre, el cual dice que toleraría la relación de su hijo.

Nudo

En esta parte hablaremos acerca del nudo de la novela “La Dama de las Camelias”: Antes de eso es importante aclarar a qué nos referimos con el término “nudo”. Pues habla de lo que le ocurre al personaje principal de la obra, en este caso a Margarita. Se conoce el problema al cual se enfrenta y la forma de resolverlo. El nudo de esta novela arranca a partir del capítulo veintidós

En el capítulo XXII, Armando, con una alegría inmensa, regresaría con su amada sin contar con la sorpresa de que se llevaría una gran sorpresa al no encontrar a Margarita debido a que se había marchado a París. Como era muy tarde, el joven acudió a la ciudad de París caminando, pero solo se encontró con una carta en su casa la cual decía lo siguiente:

««Armando, cuando lea esta carta, ya seré la amante de otro hombre. Así que todo ha terminado entre nosotros. «Vuelva con su padre, amigo mío, vaya a ver a su hermana, joven casta, ignorante de todas nuestras miserias, y a su lado olvidará muy pronto todo lo que le haya hecho sufrir esa pérdida que llaman Marguerite Gautier, a quien quiso usted amar por un instante y que le debe a usted los únicos momentos felices de una vida que ella espera que ya no será larga.»»

Capítulo XXIII: En este tramo de la novela, Armando – un hombre caracterizado por su desánimo – siente la necesidad de regresar a ver a Margarita y vuelve a la ciudad de París. Cuando la vio, ella había recuperado sus cabellos y bienes, al igual que la vida libertina de antaño. Margarita sumergió a Armando en un mundo de ira, al punto de desear venganza. Visitó a Prudencia, a quien le contó sobre su relación con Margarita:

-Está perdonada, puede decírselo. Es una buena chica, pero es una golfa, y lo que me ha hecho debía esperarlo. Hasta le agradezco su resolución, pues hoy me pregunto adónde nos hubiera llevado mi idea de vivir siempre con ella. Era una locura…

El capítulo XXIV se enfoca en relata parte de la venganza de Armando en contra de Margarita. Armando intentó conquistar a Olimpia, una de las mejores amigas de Olimpia, con quien logra comenzar una relación amorosa. Dicha relación provocó desazones en Margarita, quien de una vez rompió su amistad con Olimpia. Armando por su parte se encontraba bastante feliz.

Poco después de eso, Margarita acudiría a pedirle clemencia, que había sufrido mucho y que las circunstancias le habían obligado a abandonarlo. Armando le dijo que olvidaría todo lo acaecido y pasaron la noche juntos:

-No, no -me dijo casi con espanto-, seríamos muy desgraciados; yo ya no puedo valer para hacerte feliz, pero mientras me quede un soplo de vida seré la esclava de tus caprichos. A cualquier hora del día o de la noche que me desees, ven y seré tuya; pero no asocies más tu futuro con el mío: serías muy desgraciado y me harías muy desgraciada. Aún seré por algún tiempo una chica bonita: aprovéchate, pero no me pidas más.

Armando fue a visitar a Margarita al día siguiente, sin embargo no lo dejaron entrar a la casa debido a que la joven se encontraba con el conde, iracundo escribió un mensaje:

Volví a mi casa como un borracho, y ¿sabe lo que hice durante el minuto de delirio celoso que bastó para la acción vergonzosa que iba a cometer?

¿Sabe lo que hice? Me dije que aquella mujer estaba burlándose de mí, me la imaginaba en su tete-à-tête inviolable con el conde, repitiendo las mismas palabras que me había dicho por la noche, y, cogiendo un billete de quinientos francos, se lo envié con estas palabras. «Se ha ido usted tan deprisa esta mañana, que olvidé pagar. Ahí tiene el precio de su noche.»

Desenlace

En esta parte vamos a relatar el desenlace de esta exitosa novela titulada “La Dama de las Camelias”. En el capítulo XXV, el escritor narra cómo fueron los últimos días de su amada con la enfermedad. Allí también revela algunas de las cartas escritas por la joven durante su paso por la enfermedad que la acabaría, las cuales nunca fueron recibidas. La primera comenzaba:

No pude resistir el deseo de darle una explicación de mi conducta, y le escribí una carta; pero, escrita por una mujerzuela como yo, tal carta puede parecer una mentira, a no ser que la muerte la santifique con su autoridad y que en vez de ser una carta sea una confesión.

También en este capítulo, Armando revela que mientras él se encontraba buscando a su padre, este llegó a visitarla y le suplicó que dejara a su hijo para siempre, debido a que estaba dificultando sus relaciones familiares:

Bueno, pues mi hija va a casarse. Se casa con el hombre que ama y entra en una familia honorable que quiere que todo sea honorable en la mía. La familia del hombre que será mi yerno se ha enterado de la vida que Armando lleva en París y ha manifestado que retirará su palabra si Armando sigue viviendo así. En sus manos está el futuro de una niña que no le ha hecho nada y que tiene derecho a contar con el futuro.

¿Puede usted y se siente con fuerzas para destrozarlo? En nombre de su amor y de su arrepentimiento, Marguerite, concédame la felicidad de mi hija.

Capítulo XXVI: En este capítulo Margarita sigue rogando a Armando que la visite o que muera de una vez, sin embargo el único consuelo recibido fue una carta del padre de Armando, acompañada de dinero. Por la complicación de su enfermedad, las cartas ya no eran escritas por Margarita sino por Julián Duprat:

Me ha hecho prometer que le escriba cuando ella ya no pueda, y estoy escribiéndole delante de ella. Dirige sus ojos hacia mí, pero no me ve: su mirada está ya velada por la muerte cercana; sin embargo sonríe, y estoy segura de que todo su pensamiento y toda su alma están puestos en usted

Cada vez que alguien abre la puerta sus ojos se iluminan y siempre cree que va a entrar usted; luego, cuando ve que no es usted, su rostro recobra su dolorida expresión, queda bañado en un sudor frío, y sus pómulos se tiñen de púrpura.

Capítulo XXVII: En el último capítulo, la joven muere en extrema soledad y el relato termina con el narrador comentando que acompaña al joven de regreso a su casa y dice lo siguiente:

Volví a París, donde escribí esta historia tal como me la contaron. No tiene más que un mérito, que quizá le será discutido: el de ser verdadera.

No saco de este relato la conclusión de que todas las chicas como Marguerite son capaces de hacer lo que ella hizo, ni mucho menos; pero tuve conocimiento de que una de ellas había experimentado en su vida un amor serio, por el que sufrió y por el que murió, y he contado al lector lo que sabía. Era un deber.

No soy apóstol del vicio, pero me haré eco de la desgracia noble dondequiera que la oiga implorar. La historia de Marguerite es una excepción, lo repito; pero, si hubiera sido algo habitual, no habría merecido la pena escribirla. A continuación le dejamos algunos enlaces de su interés:

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