Una Reseña de Once Minutos de Paulo Coelho y sinopsis

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La vida nunca tiene un curso fijo, algo que descubre María en el maravilloso libro de Paulo Coelho Once Minutos. Conoce la increíble historia de María y acompáñala en su viaje, sigue leyendo que en nuestro resumen te contaremos todo!!!

ONCE MINUTOS

Once Minutos

Once Minutos es un gran libro que nos muestra la vida de una joven inocente, que descubrió poco a poco la vida y aquellas cosas buenas como las malas.

Nos encontramos a una inocente niña, la cual con el tiempo y por azares del destino terminó laborando como una prostituta en tierras muy lejanas a su hogar. Una historia con un tono algo amargo, escrita por uno de los grandes de la literatura «Paulo Coelho».

Un argumento crudo y sincero, de mano de una protagonista fuerte, inteligente y sin miedo a los prejuicios, todo en un mundo donde la belleza, el sexo y los vicios son los amos de los hombres. Sin duda una joya literaria, la cual fue traducida a más de 20 idiomas, demostrando el valor de su historia.

Considerada una de las mejores historias escritas por Paulo Coelho, la fama llegó a tal extremo que el libro de Once Minutos esta siendo adaptado a la gran pantalla, intentando hacer una película que abarque todos los sucesos del libro.

Con esto en mente, solo queda esperar a que salga, pues por los momentos pareciera que podrían salir más proyectos basados en el libro de Paulo.

Libro

El libro Once Minutos es un gran éxito literario así que es normal desear obtener esta joya para nuestra colección de libros y tenerlo guardado como un texto de culto. Capaz de expresar temas tabú como la sexualidad, el amor, la prostitución y la explotación laboral, el libro escrito por Paulo Coelho demostró ir más allá y superar las expectativas puestas por los lectores.

Si deseas leerlo, lo más común es conseguir una copia en físico en alguna librería. A pesar de esto, es lógico que muchas personas prefieran verlo en digital o simplemente no cuenten con los recursos económicos para comprarlo. La respuesta para esto es Once Minutos PDF.

Una forma sencilla para obtener el libro es buscar por Internet la versión de Once Minutos Paulo Coelho PDF  y verlo online o descargarlo.

Película

Desde hace ya varios años (aproximadamente 2008) se vienen hablando sobre una premisa acerca de la llegada de una película basada en el libro Once Minutos. Teniendo en cuenta el éxito que tuvo esta gran obra literaria escrita por el famoso y reconocido escritor Paulo Coelho, no es de extrañar que se tratara de hacer una adaptación a la gran pantalla.

A pesar de ello, la película lleva haciendo publicidad desde la década pasada y la fecha actual todavía no hay grandes indicios de que vaya aparecer muy pronto. Debería haberse estrenado hace tiempo, pero no hay indicios además de su trailer oficial.

Lo más probable que es estén sucediendo 2 posibles situaciones; nro1 que la película se haya cancelado y debido a eso no hay más información respecto a ella hace años, o nro2 que todavía se este produciendo y que se trate de crear una adaptación perfecta capaz de enmarcar el éxito del libro para un publico tan exigente.

once minutos

Resumen de Once Minutos

Ahora ya, para entrar en contexto realizaremos un resumen de Once Minutos libro completo, comentado la historia de cada uno de los capítulos y tratando de transmitir los sentimientos encontrados en el mismo.

Cabe destacar que entramos en terreno de spoilers, así que si aún no has leído el libro o deseas hacerlo recientemente, te advertimos que se dirán datos importantes de la trama. Sin más que decir, acompáñenos a conocer una Once Minutos.

Erase una vez… I

Todo comienza en una pequeño pueblo de brasil, ni muy pobre ni muy rico, un lugar tan diminuto que la mayoría de habitantes se conocían entre si, la vida era sencilla y modesta. Aquí nació María, en una familia de clase media-baja, siendo una bebe bastante linda y el amor de sus padres.

Por un lado, su madre era costurera y poseía trabajo fijo. A pesar de no ganar mucho, esto le permitía tener una vida digna y ayudar a mantener a su única hija. Era una mujer bastante agraciada, de hecho muy joven de edad pues tuvo a María cuando tenía solo 16 años. Estricta cuando debía, pero normalmente cariñosa, una madre que deseaba un futuro mejor para su hija.

A diferencia, su padre era un hombre que trabajaba como vendedor ambulante, sin empleo fijo pero obteniendo buenos ingresos en ciertos días «buenos». Hombre recto en la mayoría de ocasiones, teniendo debilidad por salir a jugar los días miércoles a las cartas con sus amigos. Sin duda un padre que protegería a su hija a cualquier costo.

María creció poco a poco, una niña mimada en una humilde casa, pero jamás sintió celos por aquellas cosas que veía en las películas, pues lo material no parecía importarle. Lo único que no entendía y deseaba conocer esta pequeña niña era el amor, aquel tan fuerte para salvar o destruir a alguien.

El primer amor

Como sucedía con los niños de su edad, María asistió a la escuela del pueblo, siendo una niña normal que amaba los cuentos de princesas y soñaba con el amor verdadero. A pesar del amor que recibía en casa y que era muy aventurera, en el colegio María era una chica bastante tímida, especialmente con los niños.

Si bien le encantaban las historia de amor a primera vista y vivir para siempre con su príncipe azul, María no sabía cómo acercarse a nadie y solo esperaba que algún día su príncipe la buscará y juntos pudieran conquistar el mundo.

Cierto día uno de los niños de su clase se le acercó para pedirle un lápiz, como ya era usual en María esta se puso muy nerviosa. Este nerviosismo llegó mucho más allá, pues cuando ella lo vio salió corriendo sin dirigirle una sola palabra, dejando al chico muy extraño y confuso por lo que acababa de suceder.

Aquel momento que nunca llegó

Debido al miedo María huyó hasta su casa, pero además de eso estaba muy feliz. Ella sabía que el chico se había fijado en ella, pues el chico tenía un lapicero en su bolsillo el cual logro ver, así que se acercó para conseguir una conversación. María que era solo una niña estaba muy contenta, pero ahora se sentía mal por haber huido, así que comenzó a pensar que decir la próxima vez que él le preguntará.

Otro día distinto, María se despertó manchada de sangre, ella tenía mucho miedo y pensó que moriría, pues para ella dicha sangre significaba la muerte. Debido a esto piensa en escribir una carta, una carta para confesarle a su amado, una carta para sus, una carta de despedida.

A pesar de sus intenciones, no le dio tiempo de terminar su carta, ya que su madre entró en la habitación y bien la escena. Esta le dijo que desde ahora «María era una mujercita» y que esa sangre no significaba la muerte, si no que tendría que utilizar una almohada de princesa entre sus piernas. María estaba feliz por no morir, así que ahora solo debía esperar a aquel niño le hablara de nuevo.

Lamentablemente los días pasaron y este no le dirigía la palabras, siendo así hasta que culminó el curso. María ya cansada de esperar, tomó valor y dijo que al volver a clases ella tomaría la iniciativa. En el momento de volver, se llevó la mala sorpresa de que aquel chico se había mudado, causando un gran dolor y nostalgia, haciendo que juró no volver a ser tan tímida nunca más.

El amor no es nada divertido II

Los días transcurrieron y María fue creciendo, una chica hermosa, inteligente y segura de sí misma, una mujercita que no pensaba esperar por un hombre y decidió buscar su felicidad ella misma. Destacaba entre la clase, ya sea por su inteligencia o belleza, además de tener bastantes amigas.

Durante varios años María siguió esperando que se cumpliera su cuento de hadas, deseaba ir a donde vivían los famosos, comprar ropas y joyas, poseer la vida de aquellos más privilegiados, un esposo bueno, apuesto e inteligente, prácticamente deseaba un realidad que para ella estaba se veía distante.

Un día un chico comenzó a llamar su atención, era bastante apuesto y popular en la clase. María lo pensó detenidamente, no quería que le sucediera lo de su niñez por lo cual fue la primera en acercarse. Primero consiguieron una gran amistad, tenían una buena relación siendo muy cercanos el uno del otro, pero como era de esperarse, la cercanía comenzó a volverse cada vez mayor.

En cierto fin de semana, María y aquel muchacho fueron a una plaza, estaba comenzando el atardecer y se escuchaba música de fondo. Tenía rato charlando, pero sin previó aviso el chico la tomo del brazo y le dio un beso. Con una reacción natural, María se alejo pues era su primer beso, pero el momento era perfecto, ella amaba a ese chico y ahora se demostró que el sentía lo mismo.

No confíes en nadie

Dejándose llevar por el momento María le devuelve el beso, el cual se volvía cada vez más apasionado. María nunca había besado antes, así que trato de imitar aquello que veía en las películas, moviendo su cabeza ligeramente a la izquierda y tomando la cara del otro con su mano izquierda. Por otro lado, el chico parecía tener demasiada experiencia, incluso tratando de pasar su lengua a la boca de María, la cual sentía como la frotaba contra sus dientes.

Finalmente se separaron y siguieron caminando hasta que cada uno fue para su casa, volviendo el día muy especial para María. Siendo una joven, no resistió a contarle a sus amigas, diciéndoles como había dado su primer beso y que lo más extraño fue cuando él froto su lengua contra sus dientes. En ese momento las demás chicas cayeron a carcajadas, burlándose de ella por no saber dar un beso «correctamente».

Por culpa de esta situación tan vergonzosa, María dijo que desde ahora aprendería a dar los besos de manera adecuada, pues ella «tenía novio», a lo que sus amigas se volvieron a reír y la vieron con una sonrisa y mirada compasiva. Ella no le dio gran importancia, pues pronto vendría una fiesta, a la cual asistirá aquel chico que había tomado su primer beso.

Al llegar María ve algo que la dejo atónita, pues la misma amiga que le critico no saber dar un beso se encontraba muy cariñosa y agarrada de la mano de su «novio». Siendo una chica fuerte, fingió no darle importancia durante la fiesta, ignorando su presencia a pesar que se sentía terrible. Una vez llego a casa, termino llorando sola, pues sintió que acababa de perder una amiga y el chico en el cual confiaba.

Puedes hacerlo tu misma

María dejo de buscar el amor por un tiempo, ya no creía tanto en la películas de romance, incluso pensó en unirse a la iglesia para buscar una clase de amor distinto. A pesar de ello, descubrió algo que cambiaría su forma de ver las cosas.

Un día cuando estaba sola, María estaba aburrida y comenzó a revisar su cuerpo, con la intención de encontrar algún vello para arrancarlo con una pinza. Durante este proceso reviso por su sexo, sintiendo una sensación bastante placentera, algo que hasta ahora ella no había experimentado. No tenía conocimiento de esto, ya que nadie en su familia le había comentado sobre la masturbación, por lo cual prosiguió sin saber porque se sentía tan bien.

Su padre había salido a jugar como todos los miércoles, pero regresó temprano ya que se le había olvidado la billetera, encontrando a su hija en la sala. Como era de esperarse María fue reprendida y regañada, por hacer algo que ella ni siquiera sabía porque estaba mal. Aprendió que estaba mal hacerlo en público, además investigar más sobre el tema.

Encontró rumores donde la iglesia veía el sexo y la masturbación como un pecado, así que entendió que la vida en la iglesia no sería lo mismo sin dicho sentimiento. Ahora que había investigado sobre el sexo, pensaba que los hombres no eran necesarios, ya que ella misma era capaz de ser feliz sin ellos.

Sigue adelante

María se concentró en sus estudios, aprendiendo de historia, geografía, matemáticas y otras materias. Conseguía unas calificaciones bastante buenas en su clase, no eran las mejores pero sin duda estaba mejorando.

A pesar de ello, se sentía vacía pues no había encontrado el amor y aún tenía la esperanza de casarse con el hombre de sus sueños. Con el pasar del tiempo siguió saliendo con otros chicos, aunque nunca volvió a ver otro momento mágico como el de su primer beso. Llegó a enamorarse y a despedirse en varias ocasiones, sin entender porque el amor era tan importante.

Cuando tenía 17 años y estuvo cerca de graduarse perdió la virginidad. Estaba cansada de que sus amigas le comentarán que ella era la única que jamás lo había hecho, así que una vez estuvo solas con uno de sus novio, no se negó como había hecho y mantuvo relaciones con él.

María afirmaba que la masturbación daba mejores resultados y con menos trabajo, sin embargo sus amigas, las películas y las personas en general se empeñaba en hacerle entender que un hombre era necesario. Buscando la respuesta, siguió manteniendo relaciones con su novio, hasta el punto de amenazar con contarle a su padre si él se negaba.

Un buen futuro III

Los años pasaron, María se graduó de la secundaria y comenzó a trabajar en una bonita tienda de su pueblo. Era increíblemente hermosa y ella lo sabia, usando su belleza para obtener un rápido aumento de sueldo, pues su jefe parecía enamorada de ella.

María era extrañamente habilidosa con los hombres para su edad, ya una mujer derecha con la capacidad de controlarlos sin ser tocada en ningún momento. Su jefe la deseaba y María sabía mantener la seducción en el punto exacto para conseguir beneficios sin la necesidad de acostarse con él. En este punto su sueldo era bastante bueno así que decidió ahorrar para darles un mes de su sueldo a sus padres, un sueño que tenía desde niña.

Luego de algún tiempo, María se coloca una meta fija, ahorrar lo suficiente para irse de vacaciones a la gran ciudad de su país, aquella donde vivían los artistas y esperaba encontrar al amor de su vida, Río de Janeiro. Debido a esto trabajó arduamente durante 2 años, incluso pasando horas extras para conseguir aún más dinero.

Finalmente consiguió el dinero que tanto deseaba, el esfuerzo por fin valdría la pena, viajaría a ese lugar mágico a si fuera por una semana. Su jefe trató de detenerla, pero María solo le sonrió y le dijo que volvería luego para seguir trabajando.

Descubre nuevos lugares

María viajó por fin, tomando un autobús y recorriendo la carretera durante 48 horas, haciendo su primera visita turística en «Punta Cana». Ella jamás había visto el mar, así que este lugar no podía pasarlo por alto, se quedó en un hotel y no perdió prisa en visitar el mar.

Sorprendida y a la vez muy feliz, María se encontraba teniendo su primer contacto con el océano, algo que le parecía vasto e interminable. Se acercaron 3 extraños en ese momento, una mucha vendiendo pastelitos, un chico de color que la invitaba a beber agua de coco y un hombre mayor que parecía no hablar portugués pero tenía intenciones de hablar con ella. Un poco recelosa, decide evitar a los 2 hombres, comprando el pastelito para almorzar y quedarse en la playa hasta el atardecer.

Cuando ya comenzaba a oscurecer, el hombre que no hablaba portugués se le acercó y le ofreció agua de coco. María no podía comunicarse, pero estuvieron un rato dándose sonrisas, para María encontrar el hombre de su vida era importante, pero prefería que fuera un poco más joven y que al menos hablase su idioma.

El hombre no se dio por vencido, sacando un pequeño diccionario y diciendo «bonita, cenar, suiza». María se sorprendió, pero había aprendido a desconfiar de los extraños, así que se negó a salir a cenar con este desconocido. Seguidamente el hombre dijo palabras que llamaría la atención de cualquier persona, «dólar, empleo, talento».

Una oportunidad difusa IV

Nuevamente María se negó a su propuesta, pero el hombre no parecía entender lo que ella decía, así que se fue caminando rápido. En pocos minutos volvió con un joven que parecía un guía turístico, el cual comenzó a traducir lo que el señor decía. Poco a poco María entendió que aquel hombre era un empresario, y que se no refería a ir a cenar a un restaurante llamado Suiza, el se refería al país.

Como algo extra, el traductor añadió: «Señorita, debería aprovechar la oportunidad, este hombre es un distinguido empresario de Europa que viajó en búsqueda de talento, muchos de sus trabajadores se han vuelto ricos, así que esta podría ser una gran oportunidad para usted». Literalmente la invitaban a trabajar como actriz, por lo cual María aceptó siempre y cuando el intérprete los acompañara a dicho viaje.

María se vistió, arreglado y partió al hotel del extranjero de Europa, pero para su mala sorpresa el intérprete se negó a acompañarlos en la cita. A pesar de su molestia, María aceptó seguir con la cita. Se fueron en un taxi, el Suizo seguía diciendo palabras simples «trabajar, dólar, Suiza», por lo cual María solo sonreía y cenó con el Suizo.

Una vez terminó la cena, María se las arregló para terminar la cita e irse a casa, a lo cual él Suizo también parecía satisfecho. Al día siguiente María reflexiono y terminó aceptando la propuesta del empresario, solo con el requisito que se expidiera un contrato legal para que el trabajo fuera certificado. Sorprendida, María recibió un adelanto de su pago, ganando 500$, el cual sería el sueldo que ganaría por semana.

Tómalo o déjalo

María ya estaba un poco preocupada, pues jamás había salido de su país. A pesar de ello, estaba claro que las oportunidades se aparecían una sola vez, y de todas formas, en la mente de María ella podía irse en cualquier momento y esto solo era una pequeña aventura.

Europa parecía muy grande, aún en la playa María miro un mapa y pensó hasta el lugar donde viajaría. Nuevamente salió otra noche a cenar con el Suizo, esta vez intentando comenzar una conversación con un tono sensual para atraer a aquel empresario. A pesar de sus intenciones, aquel hombre se mostró distante y dijo otra vez: «Estrella, Samba, Brasil». María en aquel momento sintió miedo y tranquilidad, pues se notaba que las intenciones de aquel hombre eran de trabajo y no la buscaba por su cuerpo.

El suizo le dijo para irse la próxima semana, a lo cual María le dijo que debía consultarlo con su padres. Esto no fue bien recibido por el hombre, el cual con un tono algo molesto decía: «Contrato, legal, Viaje». María sintió que algo iba mal, pero ya no había vuelta atrás.

Por extraño que pareciera, el empresario cedió, permitiéndole a María volver a casa a explicarle a su familia, siempre y cuando pudiera hacerlo en 48 horas y el la acompañara en todo momento.

La despedida V

María llego a su hogar por lo alto, viajando en avión y apareciendo con un extranjero bien vestido, dinero y sin duda elegancia que no había sido vista anteriormente. Primero fue a la casa de sus padres, donde su madre preocupada pero al mismo tiempo contenta le dio consejos y le dijo que deseaba verla feliz, mientras que el padre de María no sentía confianza en el suizo, pero acepto también con la intención de que su hija alcanzará sus sueños.

Busco a sus amigas, las cuales no podían creer lo que estaba pasando. Estas situaciones solo las presenciaron en novelas, pero María consiguió volverla realidad. Ellas le preguntaron si todas las chicas que iban a «Río de Janeiro» obtenían estas oportunidades, a lo que ella sonrió y dijo que todavía no lo sabía.

Finalmente paso por su antiguo trabajo, dejando su carta de renuncia y despidiéndose de su pasado jefe. Este se encontraba nostálgico, pues deseaba confesarse a María pero ya era muy tarde. A pesar de saber eso, le dijo lo que sentía, le dio un collar de la Virgen María y le pidió que cuando pasara por una capilla pidiera por protección. María vio algo distinto en él, amor que parecía puro, pero dentro de su mente esas cosas no duraban así que esta oportunidad de trabajo eran más importante.

Una vez terminaron sus despedida, María fue otra vez a «Río de Janeiro» con el Suizo, descubriendo que su nombre era «Rogelio». Obtuvo un pasaporte y se preparo para su viaje, un viaje tan distante como aquel océano que admiraba hace menos de una semana.

Paraíso Suizo VI

María tuvo miedo al principio, era su primera vez que salía de su país y hasta hace poco fue que viajo fuera de su pueblo natal. Por otro lado, Rogelio parecía más distante a medida que pasaban las horas, ya no parecía tan interesado como antes y se limito a dejarla en un hotel a penas llegaron.

Aquí le fue presenta «Vivian» una mujer joven que se veía bastante triste, la cual decía tener descendencia brasilera. Esta examino a María de arriba a bajo y le dijo: «No te hagas ilusiones, pues Rog suele viajar a Brasil cada cierto tiempo a buscar bailarinas».

El choque con la realidad fue inminente, Vivian le decía que debió leer el contrato, pues si bien jamás le mintieron, ellos se benefician del silencio al dejar letras pequeñas. Los 500$ que parecían una fortuna en Brasil aquí era un miseria y además que si deseaba volver tendría que trabajar al menos 1 año según las palabras de Vivian. La única escapatoria sería casarse, pero tenían prohibido hablar con los clientes, así que esto era casi imposible. El teléfono era otro problema, pues si lo utilizaba gastaría lo poco que ni siquiera tenía.

María comenzó a trabajar pero no fue nada de lo que esperaba, primero fue instruida en danza por un hombre que ni siquiera era de Brasil y trataba de enseñarles un tipo de Samba que parecía demasiado obsceno para su gusto. En el trabajo solo debía bailar junto a otras 6 chicas, las cuales tampoco parecían felices. En el lugar había muchos hombres, los cuales se dedicaban a lanzar besos y hacer señas grotescas, pero sin ir más allá.

Solo una décima parte

A pesar de la horrible primera semana, María estaba contenta ya que al menos recibiría aquello tan esperados 500$ que le prometieron, así que aunque infeliz, sería rica. Lamentablemente esta idea se disipo rápidamente cuando recibió solo 50$, pues según el contrato el otro 90% sería utilizado para pagar el boleto de avión que había usado, el hospedaje en Suiza y demás gastos.

Vivian le confeso que dicha comisión tardaría al menos 1 año en terminar, por lo cual debería vivir con 50$ en un país donde un solo par de zapatos podía costar eso o incluso más. A pesar de eso, María decide que si había tomado esta decisión tenía que hacerse responsable, por lo cual no volvería como una fracasa, volvería algún día a su tierra como una mujer rica y victoriosa.

Comenzó a trabajar con esmero, dejo de lado la nostalgia y decidió obtener aquel conocimiento para sobresalir en un mundo que le cerraba las muertas. Bailar 7 días a la semana le dejaba pocas fuerza y casi nada de energía, pero con ese tiempo necesita aprender al menos el idioma, pues no podía destacar si no era capaz de hablar si quiera con los demás.

Luego de algunas semanas, utilizo su pequeño sueldo para inscribirse a un curso del idioma natal. Ente lugar tenía personas muy distintas, hombres llenos de joyas de oros, mujeres con traje y niños que eran capaces de aprender 10 veces más rápido que todos los adultos del curso juntos.

¿Soy una esclava? VII

En el curso donde se encontraba conoció a un Árabe que trataba de aprender francés, ella y él comenzaron a salir. La relación era un poco extraña, pues en ciertos momentos se trataban como novios y en otros no parecían si quiera amigos. María mejoraba su suizo poco a poco, y deicidio comentarle de su trabajo al árabe para saber su opinión.

Este se sintió muy mal y le dijo que los estándares de trabajo en Europa eran bastante fuertes, pero que ese empleo parecía casi esclavitud, pues aquel empresario se quedaba casi todo el sueldo y no creía que eso fuera posible legalmente. María pensó repetidamente esto, pero se encontraba cansada, el clima tan frió no ayudaba y poco a poco enfermo de fiebre.

Cierto día, María fue llamada a la oficina de Rogelio, el cual le gritaba en un idioma que ella todavía no dominada. A pesar de esto si logro entender una palabra, «despedida» una palabra que hizo que el mundo se derrumbará. Ella tenía varios días sin trabajar debido a la fiebre, pero eso no le importaba a Rogelio, quien se encontraba molesto por tener que viajar a Brasil nuevamente para encontrar otra bailarina.

María no podía dejar que esto terminará así, pensó que debía actuar pues su trabajo no podía valer tan poco. No tardo mucho, María volvió a la oficina de Rogelio hablando un Suizo decente, un vocabulario que tenía la palabra «abogado». Para su sorpresa salió de la oficina con varios insultos y 5000$ de indemnización, una cantidad que ni sabía como había obtenido.

Ahora tenía todo aquello que deseaba, dinero suficiente para volver, podría comprar una cámara, tomarse fotos comiendo chocolates y caminando por la nieve que sus amigos y familiares no conocían. Estaba muy agradecida, pues el árabe fue su primer amigo en Suiza.

Cadenas rotas

María estaba lista, pero extrañamente su amigo el árabe ya no se encontraba en el curso de idiomas, parecía que este ese había ido a Arabia, un lugar distante que también era desconocido para ella. A pesar de esto, no tenía que sentirse mal, pues ya que el árabe no se encontraba tampoco tenía que enamorarse perdidamente de él.

Las cosas eran claras en su mente, tenía 2 opciones en ese momento. Podía pagar el pasaje a Brasil y casarse con aquel dueño de una tienda, igual le sobraría dinero así que no sería un fracaso. A diferencia, la segunda idea le fue más tentadora, intentar ganar más dinero en Suiza ahora que era libre era perfecto, poseía un habla mucho más fluido, tenía los recursos para mantenerse y sobre todo, una gran habilidad para obtener beneficios de su belleza.

Su idea fue puesta a funcionar, alquilo un pequeño cuarto pues era indispensable ahorrar hasta que fuera millonaria. María estaba acostumbrada a una vida sencilla, así que tener que vivir en un espacio pequeños y sin lujos no fue complicado. Por otro lado, su mayor inversión sería en su carrera, pues el modelaje que era su sueño era mucho más costoso de lo que esperaba.

Comenzó a visitar agencias y contrato a un fotógrafo profesional que era excelente, una gran cantidad de sus ahorros se fue con esto, pero sin duda la calidad de las fotos, los vestuarios prestados y las ganancias a futuro valdría la pena. El fotógrafo hablaba poco y era muy exigente al momento de conseguir la foto ideal, pero en la mente de María eso debía ser positivo, un equipo conformado por una chica hermosa y un hombre capaz de captar la belleza.

Ganar o ganar

El modelaje fue más complicado de lo que esperaba, dejo muchas fotos y currículos en diferentes agencias, pero la llamada del trabajo jamás llego. En cambio, ella escribió una carta a sus amigos, afirmando que era feliz y que tenía todo aquellos que deseaba. Aunque esto no fuera cierto, María tenía que obtendría todo eso y más, solo debía ser paciente y esperar.

Las llamadas no llegaban y poco a poco la fe de María fue cayendo, incluso comenzando a dudar de su belleza, pues a diferencia de cuando estaba en Brasil, aquí los hombres no la buscaban y parecía que nadie se interesaba en ella. Comía en restaurantes chinos de los más económicos y se aseguraba de gastar lo menos posible, el dinero comenzaba a escasear y sin trabajo fijo, solo le quedaba esperar el momento indicado.

Decide estudiar su suizo y pasar el tiempo, la ansiedad comenzaba a dominarle, cada vez ese sentimiento que le decía que obtendría la victoria era más distante, María ya estaba exhausta de esperar la llamada, pero estaba lista para ganar o morir en el intento, una aventura no termina hasta que consigas todo o quedes sin nada.

Fue a una biblioteca, quería aprender más pero no sabía que. La bibliotecaria la ayudo en el momento, aconsejándola y animándola a no dejar de leer. María aunque estaba algo triste, decide leer «El Principito».

Dinero fácil y tardío VIII

Luego de 2 meses viviendo de su indemnización, María estaba a punto de quedarse sin dinero suficiente para volver a Brasil, por lo cual su miedo creció enormemente. Pero como si la vida esperase los peores momentos para comenzar a brillar, una noche el teléfono por fin sonó, escuchándose la voz de una mujer joven que preguntaba por la señorita María.

Ella no tardo en responder, pero lo hizo en un tonó suave y despreocupado, no quería que sus su carrera fuera marcada por un comienzo en necesidad, así que mostró confianza y respondió de forma inteligente. La chica en el teléfono le comentaba que un árabe que vio sus fotos se encontraba interesado en ella para un festival, así que deseaba verla para entrar en detalles.

María no podía creerlo, así que acordó un día y se preparo para su primer trabajo desde hace meses. Al llegar se encontró con un chico bastante apuesto, ni muy joven ni muy viejo, el cual estaba muy bien vestido y tenía cierto aíre de grandeza. Este saco conversación de manera perspicaz, hablando sobre un autor muy conocido, a lo cual María respondió de forma agradable.

Finalmente la situación llego a un punto de quiebre, pues María no deseaba perder más el tiempo y se harto de esa charla agradable que parecía no ir a ningún lado.

Fue franca y le dijo que ella había venido a hablar sobre un festival de moda que el organizaría. Esto impresiono al árabe, que no esperaba que fue tan directa, lo cual le respondió que terminará de comer y hablarían de negocios.

Solo una copa

El hombre le pidió que lo acompañara a su hotel y que bebieran una copa, ya que si hacía esto obtendría 1000 francos. En este punto María ya se estaba esperando las razones del árabe, pero ya no tenía nada que perder. Sabía que su hogar estaba lejos, sabía que la familia que conocía ya no estaba cerca, ella sabía que estaba sola.

Sin previó aviso, María comenzó a llorar en el hotel, un acto que asusto un poco al hombre y este trato de consolarla, incluso tratando de pedir la cuenta.

María le pidió que no hiciera eso, que la dejase llorar y que mejor le sirviera más vino. Recordaba todas las oportunidades, todas las decisiones que la llevaron hasta aquí.

Una gran oportunidad o una catástrofe que esta demasiado cerca para evitarla, pero fuera lo que fuera esos 1000 francos que eran el equivalente a 600$ eran muy tentadores. María comento la propuesta nuevamente, a lo que el hombre respondió que estaba en lo correcto, que le daría ese dinero por una noche.

La realidad era difusa, María yo no se veía interesa en verse como una gran mujer o conseguir fama, solo deseaba ganar esos 1000 francos, pues a quien le importa que haga ella con su vida. Era todo lo contrario a la niña tímida que no pudo responder al pedido de un lápiz, la antigua María parecía muerta y ahora solo quedaba un cascaron vació que pensaba que beber «solo una copa» era equivalente a conseguir dinero.

Una nueva profesión IX

Como habían dicho María fue junto al árabe a su hotel, bebió una copa de champa y luego tomo otra, y otra, y otra, llegando al punto en el cual quedo tan ebria como para reconocer en donde estaba. El momento esperado llego, y como era de esperarse termino acostándose con el árabe.

María parecía no tener importancia, ella casi nunca lograba obtener un orgasmo cuando estaba con un hombre aunque solía fingirlo, pero esta vez fue distinto ya que no hizo nada. Ella se limito a que él estuviera satisfecho, se lavo en el baño del hotel y se dio el lujo de pagar un taxi hasta su propia habitación con el dinero que había conseguido gracias a este «trabajo».

Anteriormente, pensaba que aquellas chicas que se acostaban con hombres por dinero no habían tenido otra opción, pero ella pudo haber elegido cualquier cosa, pudo decir que no, salir de aquel restaurante con la cartera vacía pero conservando su dignidad intacta. Esto la hizo reflexionar mucho, pues no tenía idea de que pasaba, no sabía si «Nosotros decidimos nuestro propia vida, o será el destino quien toma todas las decisiones por nosotros».

Aprendió que todo podía ser obtenido en 11 Minutos. Una mujer extraña apareció a su lado afirmando que la vida no era tan simple. María no entendía quien era esta mujer, a pesar de su calidez María no deseaba que nadie interfiriera en su plan.

Ella pensaba que ganar 1000 francos por solo 11 minutos era una gran idea, pero la mujer nuevamente estaba preocupada y le dijo que aquello no era tan simple. María pensó en reclamarle, pero antes de darse cuenta la mujer había desaparecido

Sin salida X

Ahora ya estaba claro que deseaba y aquella amiga que no podía ver ya no estaba para aconsejarle, se mantenía callada y no decía ni una palabra. Deseaba obtener aquel dinero, pues no quería volver con un fracaso, era una obligación que ella misma se había impuesto conseguir dinero y tener la tan ansiada victoria.

A pesar de eso, no tenía idea de donde comenzar. Jamás pensó a dedicarse a esto, nunca estuvo en sus planeas venderse al tomar una copa y ganar 1000 francos en el proceso.

¿Que debo hacer?, ¿Donde debería estar?, ¿Esto es lo correcto?, miles de pregunta resonaron en su cabeza, pero entonces recordó un charla con una chica del trabajo de Rogelio. Existía un lugar donde se podía realizar el trabajo, una calle donde era posible obtener esta clase de clientes.

María se acerco a un hombre de edad avanzada y le pregunto por este lugar sin nombre, a lo cual este la miro de arriba abajo y le dijo si de verdad deseaba ir allá o por lo menos tenía idea de lo que se hacía. Ella afirmo y el hombre inmediatamente se retiro alejándose de ella sin decir una palabra.

Debido a esto comenzó a buscar ella sola hasta encontrar el lugar, después de todo era bastante pequeña la ciudad y ya conocía una buena parte de ella. Sin previó aviso volvió a aparecer su amiga invisible, la cual ya no trataba de aconsejarla sobre moral, le decía que estaba por entrar a un mundo sin retorno ni salida, así que si llegaba a caer en el era imposible que saliera.

Copa Cabana

Paso a la calle y se encontró con varias personas, a lo que llegó a un lugar llamado «Copa Cabana». Donde fue recibida por un hombre que parecía ser el dueño de la discoteca con un ambiente exageradamente erótico. El hombre sin una muestra de interés le pregunta si esta buscando trabajo, lo que ella divaga y le dice mentiras, las cuales son detectadas inmediatamente por el dueño.

Este le dice que traerá unas chicas para que le expliquen que tiene que hacer, alejándose y hablando con otras muchachas, las cuales parecen negadas a explicarles. Finalmente una mujer mayor que parecía brasilera también se le acerca y el pregunta que hacía aquí, a lo cual María no encuentra palabras.

Sin tener idea de que se encuentra haciendo, aprende sobre el local, como funciona su trabajo de acostarse con los clientes, cuando debe dar al dueño para poder salir del lugar y que clase de trato existe entre las chicas, pues la competencia no es buena para ellas..

Había mujeres de todo tipo, chicas que tenían rasgos parecidos a los de ella, mujeres asiáticas, chicas de color o caucásicas, bajas, altas, flacas, robustas, una mezcla de gustos para cada tipo. Todas y cada una de ellas, las cuales buscaban obtener dinero a través de su cuerpo.

11 Minutos

Aunque esto le parecía sencillo al momento que salió con el árabe y gano sus primeros 1000 francos, tener que acostarse con hombres que no conocía y ganar menos que aquella vez no era nada lo que esperaba cuando viajo a Suiza. María estaba decepcionada, pero no tenía más opciones, debía ganar dinero y esta la forma más rápida y sencilla que había conseguido.

Poco a poco descubrió más sobre su empleo, cada vez encontraba la manera de hacerlo más rápido, pues la velocidad significaba una mayor ganancia. Su trabajo que estaba basado en algo tan importante como el sexo paso a ser algo totalmente numérico, una relación sexual que no solía sobre pasar los 15 minutos y que en algunos casos ni llegaba a los 5.

Saco cálculos de cada tiempo y cuanto ganaba, aprendiendo que en 11 minutos era el tiempo promedio en el cual se encontraba manteniendo relaciones con un hombre para seguir con otro. Si sería una prostituta, deseaba al menos ser una profesional, así que deseaba dominar el sexo hasta el punto que todos los clientes la prefirieran a ella antes de las otras chica. Turbio, pero cierto, la María inocente había quedado atrapada en un mundo donde la prostitución era su única forma de conseguir dinero.

Una princesa XI

Los días pasaron y María continuó trabajando, su meta era reunir todo el dinero que pudiera durante un año y posteriormente volver a Brasil para darse la gran vida luego de vender su cuerpo y alma. Si ella no podía ser feliz, al menos deseaba vivir en tristeza siendo rica y al lado de sus padres y familia. ¿Quien sabe? tal vez el hombre de la tienda seguía esperándola incluso después de casi 2 años.

Un día mientras se dirigía a su trabajo para a comprar unas cosas, a lo que vio a un hombre pintando algo en la calle. María sintió curiosidad y se acerco a revisar, para darse cuenta que era una pintura eclesiástica, una pintura de la madre de dios. No tarde en preguntarle al pintor porque pintaba sobre la madre de dios, a lo cual este respondió «porque María es arte, de hecho todos lo somos».

María sintió gracia por aquella respuesta, decidiendo faltar ese día al trabajo para charlar con aquel extraño que acaba de conocer. Se entero que su nombre era Ralf, un pintor que tenía grandes aspiraciones pero era feliz con lujos pequeños, mientras el pintara estaría bien, no necesitaba ir más allá para ser feliz.

Con los días la relación de María y Ralf se fue haciendo más intimida, aunque era totalmente distinta a otra que hubiera tenido. Jamás habían tenido sexo, solo charlas agradables, momentos bonitos y una pequeña fracción de tiempo donde todo parecía estar bien. María comenzó a sentir miedo, miedo de que Ralf estuviera recuperando aquel corazón que ya parecía marchito.

Tu eres arte

De la amistad surgió el amor, un amor que ponía en duda todo el camino que había decido seguir María. Ralf no era tonto, seguramente pudo notar las marcas en el cuerpo de María, muñecas lastimadas por hombres que ella consideraba sucios y que solo usaban su cuerpo, pero a Ralf no parecía importarle eso, el solo quería su atención, no le importaba su belleza, el dinero que había conseguido o el sexo que pudiera ofrecerle.

Sin previó aviso se encontraba saliendo con Ralf, caminatas, besos, un abrazo capaz de calmar la ansiedad de todo y un trabajo que estaba a punto de terminar. A pesar de ello, María sabía que su aventura en Suiza estaba por terminar, acababa de comprar un boleto para volver a Brasil y no planeaba quedarse más tiempo del necesario, todavía quedaban 3 meses antes de irse, pero ahora que todo era calmado esto fue mucho más rápido de lo que pensó.

Renunció a su trabajo en el «Copa Cabana», ya no había razón para continuar en él, tenía el dinero suficiente y ya no deseaba seguir con nadie que no fuera Ralf. Este por su lado era cada vez más directo al momento de expresarse con ella, sin reprimendas, sumando cada una de sus virtudes y restando sus defecto. Ralf pensaba que María era arte, que era su arte y no deseaba que fuera de nadie más.

Finalmente llego el día, mañana temprano tendría que irse aunque nunca le dijo nada a Ralf. Esa noche por primera vez María hizo el amor, algo distinto a todo el sexo que había mantenido durante estos años, algo que verdaderamente era satisfactorio.

En la mañana la tristeza la invadió, decidió no decirle nada Ralf y partió a su viaje. Subió al avión esperando que su príncipe viniera a salvar pero este despego. Dentro del avión solo podía ver las nubes, pensaba en todo lo que vivió y todas las decisiones que había tomado hasta ahora. Mientras María sentía que faltaba algo, escucho desde el asiento de atrás: «Tu eres arte, Mi arte».

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