Descubre en el siguiente artículo todo lo referente a uno de los libros más interesantes de la historia como lo es Resumen de la Ética para Amador donde se reflejan principios básicos de la ética y cómo enfrentar la vida en cada una de sus etapas.
Indice De Contenido
- 1 Resumen de la Ética para Amador
- 2 Capítulo I: De qué va la ética
- 3 Capítulo II: Órdenes, costumbres y caprichos
- 4 Capítulo III: Haz lo que quieras
- 5 Capítulo IV: Date la buena vida
- 6 Capítulo V: Despierta, Baby
- 7 Capítulo VI: Aparece Pepito Grillo
- 8 Capítulo VII: Ponte en su lugar
- 9 Capítulo VIII: Tanto gusto
- 10 Capítulo IX: Elecciones generales
- 11 Frases del libro
Resumen de la Ética para Amador
En esta ocasión queremos analizar de manera detallada todo lo que envuelve este fascinante libro de la autoría de Fernando Savater en el cual promete hablar no solo de su vida sino también de la nuestra. Es importante destacar que el autor Fernando Savater escribió este libro con la finalidad de ofrecer a su hijo algunos de los principios básicos de la ética, su forma de pensar sobre varios temas.
El resumen de la ética para Amador, libro que cuenta con un gran respaldo y considerado como uno de los más exitosos de todos los tiempos, fue un ensayo escrito en la década de 1996 y trata de un escrito de este personaje para dar detalle por su parte sobre los principios de la ética, aplicándola a la vida cotidiana de las personas.
Para comprender un poco más sobre este ensayo, vamos a dividir el resumen por capítulos, de esa manera podremos tener una mejor comprensión de la lectura e ir analizando detalle a detalle esta interesante obra emblemática de Fernando Savater. El libro comienzo explicándonos toda la información que conlleve a la ética, haciéndonos entender que todo lo podemos aprender si nos lo proponemos hacerlo.
Argumento sobre Ética para Amador
Quienes han tenido la oportunidad de leer alguna vez “Ética para Amador” pueden dar testimonio de la magnífico que resulta este trabajo realizado por Fernando Savater. Desde principio a fin destaca por despertar en los lectores una gran curiosidad a medida que se van adentrando cada vez más en el libro. El autor logra de una manera increíble jugar con cada palabra allí escrita.
Es un libro que se puede adaptar fácilmente a la vida diaria de cada persona, en sus pensamientos y las acciones que hacemos desde el punto de vista humano. El libro tiene como fundamento hacia el lector en el aplique de la lógica del pensamiento y así darse cuenta la reacción de cada persona en los diferentes momentos que los hacen variar por como se vive.
En un comienzo del libro se da a entender que los primeros instantes de lectura no ayudan a la persona a comprender muy bien la base fundamental de Ética para Amador, es todo lo contrario. Pero una vez que vamos avanzando en la lectura del mismo y adentrando en cada palabra, el libro nos ayuda a entender claramente lo que es la ética en el ser humano y cómo ésta influye prácticamente en todos los aspectos de la vida diaria de cada persona.
De manera global podríamos decir que el libro “Ética para Amador” se trata de una extraordinaria obra que se encarga de simboliza una serie de elementos indispensables para la buena lectura y la capacitación del entendimiento sobre todo lo relacionado con la ética. De hecho su autor Savater se inspiró en este sentido y fue gracias a su hijo que sacó a la luz este apreciado libro, siendo él mismo la base fundamental del complemento.
Capítulo I: De qué va la ética
En el capítulo número uno del libro “Ética para Amador” de Fernando Savater el autor busca de alguna manera enseñarnos un elemento clave y es que ciertas cosas uno puede aprenderlas o no, a voluntad de cada quien. A su juicio, nadie tiene la capacidad de saberlo todo en la vida, es decir que no existe otra alternativa que elegir y aceptar la humildad lo mucho que ignoramos.
Savater explica en este primer capítulo que hay algunas cosas que nos convienen en la vida y otras que sencillamente no. El autor se refiere específicamente a ciertas cosas que no nos conviene si queremos seguir viviendo. Él llama a las cosas que nos convienen como “buenas” dado que nos hacen bien, mientras que aquellas que no nos conviene las llama “malo”.
Un punto clave en todo esto es saber lo que nos conviene, es decir aprender a diferenciar entre lo bueno y lo malo, conocimiento que todos intentamos adquirir. El autor también nos explica en el comienzo del libro que hay algunas cosas que pareciéndose buenas pueden resultar bastante perjudiciales para nuestra vida, de allí la importancia de tener discernimiento antes de hacer las cosas.
A lo largo de todo el libro “Ética para Amador”, el autor ejemplifica sus definiciones o sus opiniones, por ejemplo en este primer capítulo él habla sobre las hormigas blancas, que levantan su hormiguero varios metros largos y duros como la piedra. Este hormiguero sirve de protector contra ciertas hormigas mejor que ellas. Cuando un hormiguero se derrumba, las termitas-obrero se colocan a hacer de nuevo el hormiguero, mientras que las termitas-soldado defienden a la tribu, en pocas palabras dan su vida por la tribu.
Partiendo de ese ejemplo y llevándolo a nuestra vida, el autor aclara que los seres humanos tenemos distintas formas de pensar y por lo tanto el criterio de lo bueno y lo malo no puede nunca llegar a ser el mismo para todo el mundo. Para eso nos presenta diferentes ejemplos de la libertad de los hombres, como por ejemplo en la Iliada.
En este libro de la Ilíada, su autor Homero Simpson narra la historia de Héctor, considerado como el mejor guerrero de Troya que espera firme a Aquiles, éste más fuerte que Héctor y posiblemente va a matarle. Héctor se debe enfrentar a Aquiles aún sabiendo que éste es más fuerte, pero lo hace solo para defender a su familia.
El hombre, si lo comparamos con los animales, se podría decir que una de sus diferencias es que es un ser racional al que se le da la opción de elegir y por lo tanto eso implica la posibilidad de equivocarnos constantemente. Un animal tiene una vida programada por la naturaleza, y no tiene otra opción que cumplir ese cronograma.
En cambio los hombres nacemos con la particularidad de ser libres, cada uno tiene una vida por delante que debemos construir nosotros mismos. Un punto que aclara el autor de la “Ética para Amador” durante el primer capítulo del libro es que el ser humano no es libre para elegir lo que pasa, sino libres de responder a lo que nos pasa de tal o a cual modo.
Esto quiere decir que ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. Debemos diferenciar entre la libertad y la omnipotencia. Mientras más capacidad de acción tenga una persona, mejores resultados va a poder obtener de su libertad. Otro elemento a tener en consideración es el medio en el cual nos desarrollados, algo que tiene mucha influencia en la vida de cada persona y en lo que consideramos bueno y malo.
Capítulo II: Órdenes, costumbres y caprichos
El capítulo número dos del libro “Ética para Amador” toca elementos sumamente importante relacionados con las circunstancias que nos toca corresponde enfrentar como personas. En ocasiones, las circunstancias nos imponen elegir entre dos opciones que no hemos elegido. Existen momentos en los cuales elegimos aunque preferimos no tener que elegir.
Uno de los primeros autores en hablar acerca de este tema fue el mismo Aristóteles. La mayoría de las veces invertimos mucho tiempo en dando vueltas a lo que nos conviene o no nos conviene hacer en esta vida, sin embargo la verdad es que una buena parte de lo que hacemos en nuestras vidas lo hacemos prácticamente de manera automática, sin darle demasiadas vueltas al mundo.
En este libro, tal como mencionamos en un principio, el autor utiliza muchos ejemplos de la vida cotidiana: Imagina que despiertas y apagas la alarma, te quedas otro ratito más, te levantas por que el autobús no espera, te duchas. Has ido dando patadas a una lata vacía. No creo que cada uno de esos actos los haya realizado tras angustiosas meditaciones: ¿Me levanto? O ¿No me levanto?
En ese ejemplo la persona ha actuado prácticamente de manera intuitiva, sin plantearse muchos problemas. La verdad del caso es que en ocasiones darle muchas vueltas a lo que debemos hacer sencillamente nos paraliza. Después de ese ejemplo, el autor Fernando Savater explica la siguiente interrogante:
¿Por qué he hecho lo que hice? Explica que nuestras acciones debemos decidir nosotros. Lo que hacemos cada día, en cambio, pueden llegar a convertirse e costumbres que ya hacemos sin pensar, un ejemplo que coloca él es lavarnos o peinarnos, acciones que hacemos durante el día de manera automática y no programadas.
Motivo es la razón que tienes o al menos crees tener para hacer determinada cosa. Uno de los tipos de motivación que reconocer es el de que yo te mando a que hagas tal o cual cosa, a estos motivos de les conoce como “órdenes”. Sin embargo, al motivo que solemos hacer siempre y de manera repetitiva casi sin pensar se le llama “costumbres”.
También existe otro tipo de motivo que parece ser la ausencia del motivo. A éste se le conoce como “caprichos”. Los “funcionales” introducen aquellos gestos que haces como puro y directo instrumento para conseguir algo. Cada unos de los motivas inclina tu conducta en una dirección u otra, explica más o menos tu preferencia por hacer lo que haces frente a las otras muchas cosas que podrías hacer.
Una pregunta que recomienda el autor hacernos en estos casos es ¿De qué modo y con cuanta fuerza te obliga actuar cada uno de los motivos? Porque no todos tienen el mismo peso en casa ocasión. Al momento de hacer las cosas, las hacemos por diferentes motivos:
- Por órdenes: Esperando o un castigo o una recompensa
- Por costumbres: Porque es algo que estás habituado a hacer y ya hacer sin pensarlo.
- Por capricho: Porque es algo que nos provoca hacer simplemente.
Evidentemente y de acuerdo a la evaluación de los expertos en el tema, una gran parte de las cosas que hacemos en la vida las hacemos simplemente por capricho, no obstante se debe tener bien claro que no todo se guía por lo que nosotros queremos o no queremos hacer, sino que también existen otras personas que quiere hacer cosas muy diferentes a las nuestras, que hasta las pueden ver mal y por esa razón existen las órdenes.
Es cierto que el autor de “Ética para Amador” nos enseña a que no podemos hacer lo que queramos, pero sí lo podemos hacer pero el acto realizado puede traer consecuencias no muy favorables, pero también es verdad que de cierta forma tenemos una libertad un poco limitada, por qué decimos esto
Simplemente porque a lo largo de nuestra vida nos ocurren cosas que no son el resultado del actuar de otra persona, que no nos benefician, sino que nos perjudican en algo, o sencillamente son cosas en las que no podemos tomar parte alguna. La voluntad juega un rol esencial en todo esto ya que nos va a llevar a hacer una actividad de bien o mal y llevándonos por el buen camino.
Capítulo III: Haz lo que quieras
En el capítulo tres del libro “Ética para Amador”, su autor nos exhorta a hacer lo que creamos conveniente para nosotros y dejar a un lado las órdenes o costumbres que nos llevan a limitar nuestra libertad. Para nadie es un secreto que una buena parte de las actividades que hacemos a diario en nuestra vida las hacemos porque nos las mandan: Para ser aceptado en un grupo, para quedar bien delante de los demás o simplemente por capricho de hacerlas así.
Hay cuestionamientos a la hora de hacer lo que queremos, por ejemplo, cuando uno tiene que salir a exponer el pellejo junto a las murallas de Troya desafiando el ataque de Aquiles como lo hizo Héctor o cuando hay que decidir entre tirar al mar la carga para salvar a la tripulación o tirar unos cuantos de la tripulación para salvar la carga, otro ejemplo que expone Savater en su libro.
Una palabra crucial en todo esto es “libertad” siendo éste el asunto que ocupa propiamente la ética. ¿Qué es la libertad? En pocas palabras podríamos decir que es el poder de elegir entre sí o no. Digan lo que digan esto es lo que me conviene y por eso es lo que quiero, aquello que no me conviene no lo quiero. La libertad entonces está relacionada con la capacidad de decidir.
Pero también debemos tener en cuenta que estamos decidiendo. Sería lo más opuesto de dejarse llevar. Para no dejarnos llevar no existe otra opción que intentar pensar al menos dos veces lo que estamos próximos a hacer o la decisión que estamos a punto de tomar, aunque esto a veces implique tiempo y hasta dolor de cabeza. Siempre es bueno pensarlo dos veces antes de elegir.
¿Por qué hago tal cosa? Lo estoy haciendo porque me mandan, porque es costumbre o simplemente porque me da la gana de hacerlo. Aquí podemos notar que existe una gran confusión entre lo bueno o lo malo referente a lo que preferimos hacer. Recordemos que según este autor, “bueno” es lo que consideramos que nos hace bien y “malo” lo que consideramos que nos puede perjudicar.
“Lo hago porque me lo mandan” ¿Lo está haciendo por miedo a un castigo? O ¿Por qué estás esperando un premio? Algo bastante similar ocurre con las llamadas “costumbres” ¿Por qué tengo que hacer lo que suele hacerse? Ni que fuera esclavo de quienes me rodean. Cuando me interrogó sobre mis “caprichos”, el resultado es el mismo. Muchas veces tengo ganas de hacer cosas que enseguida se vuelven contra mí, de las que me arrepiento luego.
En pocas palabras: Pueden existir órdenes, costumbres y caprichos que nos motiven a actuar, sin embargo no en todos los casos sucede de esa manera. Hay una cosa que tienen en común tanto las órdenes como las costumbres y es que parece que vienen de afuera, es decir se te imponen sin pedirte permiso, todo lo contrario de los caprichos.
Los caprichos parecen venir de nuestro interior, brotan sin que nadie te los mande ni a nadie e principio creas imitarlos. Si en este momento te preguntarán ¿Cuándo te sientes más libre? Si al cumplir órdenes, al seguir costumbres o al hacer tu capricho, la respuesta más segura será que te sientes más libres cuando hacer tu capricho, porque representa algo más nuestro y que no depende de nadie más que de ti.
Una palabra que debemos definir es la “moral”. Etimológicamente tiene que ver con las costumbres, dado que esto es lo que significa la voz latina mores, y también tiene que ver con las órdenes, pues la mayoría de los preceptos morales suenan así “debes hacer tal cosa” “ni se te ocurra hacer tal otra cosa”.
¿Qué es la moral? En pocas palabras podemos decir que es un conjunto de comportamientos y normas que solemos aceptar como válidos. La “ética” vendría siendo la reflexión sobre por qué lo consideramos válidos, mientras que la comparación con otras morales que tienen personas diferentes.
¿Cuándo un hombre es bueno? Es quizá una de las interrogantes más difíciles de encontrarle una respuesta debido a que según los expertos, nadie sabe ni lo sabrá jamás cuándo un hombre es bueno. Para cada persona el hombre bueno es el que realiza unas acciones que a él le benefician o que piensa de su misma manera, es decir para poder determinar que un hombre es realmente bueno, deberíamos estar dentro de él cada vez que realiza una acción. Simplemente, haz lo que quieras.
Capítulo IV: Date la buena vida
El autor del libro “Ética para Amador, su autor Savater hace un planteamiento esencial para la ética y es “haz lo quieras”, afirmando que como seres humanos debemos tratar de ir abandonando las órdenes y costumbres, los premios y castigos. Él recomienda no preguntarle a nadie sobre lo que debe hacer con su vida, en cambio esa pregunta debería ser para nosotros mismos.
Pero la verdad es que en situaciones importantes o cuando nos tomamos lo que vamos a hacer verdaderamente en serio, todas estas motivaciones corrientes resultan insatisfactorias: vamos, que saben a poco, como suele decirse. Él plantea que la buena vida humana es buena vida entre humanos, o de lo contrario puede que sea vida, pero no será ni buena ni humana.
Bien es cierto que las cosas a nuestro alrededor nos pueden resultar atractivas e interesantes, incluso los animales son simpáticos para nosotros, sin embargo los hombres lo que realmente anhelamos es ser humanos, no herramientas ni bichos. Ser humanos también amerita que seamos tratados como tal, porque eso de la humanidad depende en buena medida de lo que los unos hacemos con otros.
El autor de este interesante artículo señala que la buena vida humana es “la vida entre seres humanos”. Los hombres somos humanos y por ese motivo esperamos ser tratamos como tal por eso “darse la buena vida” no debe significar algo diferente a “dar la buena vida”. En sistema en el cual vivimos los humanos es un mundo lingüístico, una realidad de símbolos y leyes sin la cual no sólo seríamos incapaces de comunicarnos sino de captar el significado de todo lo que nos rodea.
En este capítulo del libro “Ética para Amador”, su autor plantea el aspecto económico el cual considera se encuentra presente en cada aspecto de la vida y un problema de la sociedad que creo que es la que nos está comiendo a partir de la gran variedad de problemas que se presentan a partir del dinero. Tener dinero y riquezas no es sinónimo de presentar una buena vida.
Ejemplo claro de ello es la historia del comerciante Jane, quien a pesar de tener demasiado dinero y poder, no era feliz debido a que para conseguir todo lo que tenía en su vida, había tenido que crearse una gran cantidad de enemigos, quienes lógicamente no le podían dar el cariño que él necesitaba para ser completamente feliz. Es importante decir que ese cariño no puede ser proporcionado por ningún otro ser vivo a excepción del humano.
Capítulo V: Despierta, Baby
La historia de Esaú al igual que la de Kane nos enseña que ambos estaban convenidos por completo de hacer lo que querían con sus vidas, sin embargo la verdad fue que ninguno de ellos al parecer logró darse la buena vida. Muchas personas en la actualidad tratan como dé lugar darse la buena vida sin estar conscientes de lo que significa eso de la “buena vida”:
Anhelar la buena vida no representa un querer sencillo y cualquiera. El hacer lo que verdaderamente nos hace bien, no es que queramos lo que nos apetece en ese preciso momento sino que debemos querer lo que sabemos que con el pasar del tiempo nos hará bien y será de beneficio. Para nadie es un secreto que en el mundo lo que sobran son dificultades y una persona que busca solo las simplicidades nunca llega a ser nada por sí mismo.
A veces nos enfocamos con muchas fuerzas en conseguir y alcanzar solo cosas materiales y es allí cuando perdemos el verdadero propósito de la vida y no nos damos cuenta que lo que de verdad e esta vida nos hace falta es lo que las personas que está a nuestro alrededor nos pueden dar. El gran problema de esta era es que nos acostumbramos a tratar a los demás como cosas, a la misma manera que lo hacía Kane.
Cuando tratamos a quienes nos rodean como cosas, lo que vamos a recibir de ellos es un trato igual. Pero de este modo nunca nos darán esos dones más sutiles que solo las personas pueden dar, es decir nunca vamos a poder conseguir de ellos una verdadera amistad, ni respeto y mucho menos amor. A Kane se le pasó por alto este pequeño detalle y de pronto se dio cuenta de que tenía de todo menos lo que realmente necesitaba de recibir de otras personas: aprecio sincero o cariño.
Lo cierto es que todas las cosas que tenemos en la vida nos tienen ellas también a nosotros, en pocas palabras lo que poseemos nos posee, lo que tenemos muy aferrado nos aferra también a su modo, en estos casos resulta más oportuno tener cuidado con no pasarse de dominio con las cosas que nos rodean. Una de las más grandes complejidades de la vida es precisamente ésa, que las personas no son cosas.
En un comienzo no halló dificultades: las cosas se compran y se venden. Las cosas se usan mientras sirven y luego de botan a la basura o simplemente se regala. Se podría decir que la ética intenta averiguar en qué consiste en el fondo, más allá de lo que vemos en los anuncios de la tele, esa dichosa buena vida que nos gustaría a veces pagar.
Debemos aprender que las cosas hay que tratarlas como eso, como cosas y a las personas se les debe dar un trato como personas, de esa manera las cosas nos ayudarán en muchos aspectos y las personas en uno fundamental: Que ninguna cosa pueda suplir el de ser humanos. Ciertamente ser humanos no resulta cosa importante porque queramos o no ya no lo somos sin remedio.
Pero también es una realidad que se puede ser humano-cosa o humano-humano, humano simplemente preocupado en ganarse las cosas de la vida, todas las cosas, cuanto más cosas, mejor y humano dedicado a disfrutar de la humanidad vivida entre personas. Savater nos invita a no relajarnos y dejar las rebajas sólo para los grandes almacenes.
Consideramos que una de las primeras condiciones de la palabra ética es la de estar decididos a vivir de cualquier modo, tener la convicción de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morir.
Cuando se trata el término “moral” la mayoría automáticamente suele referirse a esas órdenes y costumbres que suelen respetarse por lo menos aparentemente y a veces sin saber muy bien por qué.
Pero creemos que la clave en todo esto o está en someternos a un código o en llevar la contraria a lo establecido sino más bien en intentar comprender el por qué suceden algunos comportamientos que nos convienen y otros no. Debemos entender de qué va la vida y qué es lo que puede hacerla “buena” para nosotros los humanos.
Un elemento que se debe tener en consideración es no contentarnos con ser tenido por bueno, con quedar bien ante los demás, con que nos den aprobado siempre. El esfuerzo de tomar la decisión tiene que hacerlo cada cual en solitario: nadie puede ser libre por ti. El factor esencial para darse “la buena vida” es simplemente sentirnos bien con nosotros mismos que es de la única manera de que los demás nos vean bien.
Capítulo VI: Aparece Pepito Grillo
Te has preguntado alguna vez ¿Cuál es la única obligación que tenemos en esta vida? Sencillamente no ser imbéciles. Para quienes no lo sepan, el significado del término “imbécil” resulta más sustancioso de lo que a simple vista se ve, no te vayas a creer. Viene del latín báculos que significa “bastón”. El imbécil entonces es aquel que necesita bastón para poder andar. También existen varios tipos de imbéciles que vamos a conocer a continuación.
1: El que cree que no quiere nada, el que asegura que todo en la vida le resulta igual, el que vive en un permanente bostezo o en siesta constante, aunque tenga los ojos abiertos y no ronque ¿Te identificas con este tipo de personas? Comienza a evaluar tu vida desde ahora.
2: También están aquellas personas que creen que lo quieren todo en la vida, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar sublimes, todo a la vez.
3: Otro tipo de imbéciles que podemos encontrar es aquel que no sabe lo que quiere pero tampoco se preocupa por averiguarlo. Este tipo de personas se caracteriza simplemente por imitar los quereres de sus más allegados o también de llevarle la contraria en todo porque sí. Cada cosa que hace está bajo la dirección u opinión de quienes le rodean. Es conformista sin reflexión o rebelde sin causa.
4: También tenemos el tipo de personas que tiene muy claro lo que quiere, además sabe muy bien por qué lo quiere, sin embargo lo quiere lograr de manera rápida y sin mayor esfuerzo incluso con miedo. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que realmente quiere para el otro día, a ver si entonces se encuentra más animado.
5: Otro tipo de personas “imbéciles” que podemos encontrar en la vida son aquellas que quieren con fuerza y ferocidad, en plan bárbaro, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.
Es importante aclarar que existe algo contrario a ser imbécil y no es más que tener conciencia. Pero la conciencia no es algo que le toque a uno en una ruleta de la suerte ni mucho menos que nos caiga desde el cielo. Es necesario reconocer que hay ciertas personas que tienen desde pequeñas mejor “oído” ético que otras y un “buen gusto” moral espontáneo.
No obstante, este “oído” y ese “buen gusto” pueden afirmarse y desarrollarse a través de la práctica según lo explica Savater en su libro. Podríamos decir entonces que lo opuesto a ser imbécil es tener conciencia, que no es algo que tengan solo unos pocos en esta vida, sino que se desarrolla si en nosotros está el interés de hacerlo. La conciencia consiste fundamentalmente en lo siguiente:
1: Estar claro que no todo da igual
2: Darnos cuenta de que lo que hacemos verdaderamente en la vida nos conviene para nuestro desarrollo.
3: Saber que como un acto reflejo debemos rechazar lo que sabemos que no nos hace bien para nuestra vida.
4: Que no ocultemos los malos resultados de nuestros actos bajo los pretextos de que estábamos coaccionados por alguien o por algo.
Lo que pensamos que es malo es lo que no nos deja darnos la “buena vida” y para conseguirlo ser egoístas y querer lo mejor para uno mismo.
Debemos procurar saber muy bien lo que queremos y sentirnos bien con nosotros mismos. El remordimiento comienza una vez nos percatamos de que hemos realizado algo mal, pero cuando nos damos cuenta nosotros, no si alguien nos dice que hemos obrado mal.
Eso representa el verdadero castigo. Nos convertimos en personas egoístas quienes solo piensan en sus propios intereses y no se preocupa en ningún momento por lo que piensan o sienten los demás, hasta el puto de fastidiarles tranquilamente si con ello obtiene algún beneficio.
Al ser seres libres (como lo analizamos al comienzo del artículo), también tenemos el derecho a equivocarnos y por esa razón comenzamos a tener remordimientos, porque nos damos cuenta de que hemos sido nosotros los que hemos hecho algo en contra de lo que verdaderamente queríamos hacer.
¿Qué es el remordimiento? No es otra cosa que el descontento que sentimos con nosotros mismos cuando hemos empleado mal la libertad, es decir cuando la hemos usado en contradicción con lo que de veras queremos como seres humanos. Una cosa que podemos poner en práctica para hacer frente al remordimiento es ser responsables o pensar antes lo que vamos a hacer y las consecuencias que eso puede traer a nuestras vidas, además de aceptar tales consecuencias.
Capítulo VII: Ponte en su lugar
En el capítulo número VII del libro “Ética para Amador, su autor Savater explica a los lectores la ética con un ejemplo bastante particular y lo hace a poniendo en revelación la historia de vida de Robinson Crusoe, personaje que vive solo en una isla y que al ya estar bien establecido en ella, encuentra que realmente no está solo, hablando de que encontró pruebas para poder decir que hay otros humanos en mencionada isla, lo cual le causa un problema, el cual está lleno de dudas sobre lo que tendrá que hacer.
Recordemos que la ética no se encarga de cómo alimentarse mejor o de cuál es la manera más aconsejable de protegerse del frío y mucho menos de que hay que hacer para vadear un río sin ahogarse, todas ellas cuestiones muy importantes para sobrevivir en determinadas circunstancias. Lo que la ética le interesa realmente, es cómo vivir bien la vida humana, la vida que transcurre entre humanos.
Si una persona no encuentra alternativa de cómo arreglárselas para sobrevivir a unos peligros de la naturaleza, debe estar consciente de que perderá la vida, lo cual sin duda es un fastidio grande, pero si uno no tiene idea de ética, lo que pierde o malgasta es lo humano de su vida y eso no tiene ninguna gracia. Es pocas palabras debemos tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros, es lo que le interesa a la ética.
Imagina por un instante que está comenzando tu día y sales a la calle. Durante la jornada de encuentras en tu camino a algún mentiroso, un delincuente, alguien adúltero o hasta con un asesino, ¿Qué debes hacer? Recuerda que lo primordial es tratarlos como a hombres, porque son tan humanos como tú y por tanto te resultan tan imprescindibles como la mandíbula inferior lo es para la superior.
Hay una cosa que se debe tener siempre clara y es que a los hombres que no consideramos buenos los debemos mantener a distancia, sin embargo también debemos tener e cuenta que son seres humanos y más allá de nosotros considerarlos como malos, pueden darnos humanidad. Eso es básicamente lo que intenta explicar Savater en este capítulo de su libro
Para nadie es un secreto que a los hombres debemos tratarlos con mucho cuidado, uno no sabe. No obstante, ese cuidado no puede consistir ante todo en recelo o malicia, sino en el miramiento que tiene al manejar, las cosas frágiles, las cosas más frágiles de todas. Si alguna vez hacemos el mal a otros, nos lo hacemos también a nosotros mismos porque ese mal nos va a ser regresado tarde o temprano.
Lo que recomienda Savater a sus lectores es que antes de realizar cualquier cosa a alguien debemos en primer lugar ponernos en su lugar y ver cómo nos afectaría esa situación, a eso se le llama humanidad. Los malos en todo caso es decir los que tratan a los demás humanos como a enemigos en vez de procurar su verdadera amistad.
Un ejemplo que coloca el escritor de este libro es la película Frankenstein en la cual se dice que “soy malo porque soy desgraciado”. Allí se establece que el ser malo no es necesariamente lo mismo de estar viviendo una buena vida ya que la persona que es mala a su vez es desgraciada. Lo mejor es ser bueno que unirse al grupo de los malos.
Ahora bien, usted de seguro se estará preguntando allí donde está ¿En qué consiste tratar a las personas como a personas, es decir humanamente? La respuesta es más sencilla de lo que pudieses imaginar. Consiste simplemente en intentar ponerte en su lugar o en sus zapatos como se dice coloquialmente en muchos países.
Cuando logras reconocer a otra persona como alguien igual a ti comienzas a sentir sus propias necesidades, lo que quiere decir que lo conoces primero desde su interior, adoptando por momentos su propio punto de vista. Cuando conversamos con otra persona lo que hacemos es crear un terrero en el que quien ahora es “yo” sabe que se convertirá en “tú” y viceversa.
Tratar a los demás como humanos y no como cosas (lo que hablábamos más arriba) nos llevará automáticamente a ponernos en su lugar llegando incluso a comprender el por qué esta clase de personas actúan de esa manera. Colocarse en los zapatos del otro es un escenario que al principio puede resultar difícil, pero es algo más que el comienzo de toda comunicación simbólica con esa persona.
Colocarse en el lugar del otro implica, entre otras cosas, tomar en cuenta sus derechos como humano. Es comprender lo que hace esa otra persona y lo que siente, aunque sea para condenar en nombre de leyes que toda sociedad debe admitir. En pocas palabras, colocarse en el lugar del otro en tomarle en serio, considerarse tan plenamente real como a ti mismo.
Este escenario fue lo que sucedió con el ciudadano Kane o Gloucester, que se tomaron la vida demasiado enserio que reaccionaron como si los demás no fuesen de verdad. La palabra “Interés” viene del latí inter, que significa estar entre varios o lo que pone en relación a varios. Cuando mostramos interés por los demás estando dejando claro que nos importan las personas de nuestro alrededor y que las consideramos iguales a nosotros, algo bueno.
Es verdad que la vida en términos generales es extremadamente difícil y compleja, al igual que las personas que somos muy diferentes unas a otras en cuanto a patrones y personalidades, pero eso no debe llevarnos a mirar al resto con ojos de superioridad. Lo mismo que nadie puede ser libre en tu lugar, también es cierto que nadie puede ser justo por ti si tú no te das cuenta de que debes serlo para vivir bien.
El autor de “Ética para Amador” explica en su libro que un elemento a tener en cuenta siempre es saber qué es lo que está necesitando la otra persona de mí, para de esa manera yo poder dárselo y luego recibir un poco de esa cosa que dimos, que puede ser a primera instancia amor y respeto, aunque las cosas materiales también entran allí. En pocas palabras el autor quiere decir que para recibir, lo primero que debemos hacer es dar.
Capítulo VIII: Tanto gusto
En el capítulo VIII el autor del libro hace un giro drástico en cuanto a todos los temas analizados anteriormente por la inmadurez de realizar lo que se establece y supone que todos debemos hacer para poder llegar a convivir en la sociedad en la que tenemos que desarrollarnos, esto el autor lo define con la palabra “inmoralidad” de la que hablaremos en esta parte de nuestro artículo.
La mayoría de las veces cuando las personas hacen referencia al término “moral” o “inmoralidad”, automáticamente lo relacionamos con algo referente al sexo, tanto es así que para algunos la moral se dedica ante todo a juzgar lo que la gente hace con sus genitales. Pero la verdad es que cuando hablamos de inmoralidad no nos referimos únicamente a lo relacionado con el sexo.
En el sexo, de por sí, no hay nada más “inmoral” que en la comida o en los paseos por el campo; claro que alguien puede comportarse inmoralmente en el sexo (usándolo para hacerle daño a otra persona, por ejemplo). El que de veras está “malo” es quien cree que hay algo de malo en disfrutar. Inmadurez es el que típicamente se establece como el sexo que aparece en películas, forma de usar el concepto que es incorrecta ya que se ha ido creando a las personas que su objeto es el sexo.
Lo que nos involucra en la inmoralidad sexual no es más que uno de los temores más viejos en la sociedad mundial como lo es el miedo al placer. Y como el placer sexual destaca entre los más intensos y vivos que pueden sentirse, por eso se ve rodeado de tan enfáticos recelos cautelas. Lo cierto es que el placer puede llegarnos a distraer en ocasiones más de lo debido, cosa que puede resultarnos peligrosa.
Por ese motivo es que los placeres han sido vistos desde tiempos muy antiguos como tabúes y restricciones. Se trata de precauciones sociales para que nadie se distraiga demasiado del peligro de vivir. Esa es precisamente la diferencia que existe entre el uso y el abuso: Cuando usas el placer, enriqueces tu vida y no sólo el placer sino que la vida misma te gusta cada vez más.
Una señal de que estás abusando es notar que el placer te va empobreciendo la vida y que ya no muestras interés por ella sino solo por ese particular placer. Es decir que el placer ya no representa algo agradable de la plenitud de la vida, sino más bien un refugio para escapar de las complicaciones de la vida, para esconderte de ella y calumniar mejor.
Podemos observar con claridad cómo existe una diferencia entre el uso y el abuso del placer. Cuando abusamos de un placer que es bueno lo podemos llegar a convertir en un placer malo si dependemos ampliamente de él. Lo que debemos hacer es disfrutar de los placeres de la vida pero sin caer en el punto de abusar de ellos, ya que entonces pueden llegar a ser peligrosos para nosotros.
Si usted era de esas personas que veía el sexo como algo obsceno e inmoral debe comenzar a cambiar ese punto de vista, debido a que en teoría el sexo no es algo inmoral sino más bien algo natural y que no debemos tener pudo al hablar de ello, sin caer en el límite del abuso.
Capítulo IX: Elecciones generales
Cuando uno lee el título de este capítulo del libro “Ética para Amador” lo primero que llega a nuestra mente son los políticos que deberían estar en la cárcel o algo relacionado con la política pero en realidad no es así. Este último capítulo habla sobre las características que tendía el pueblo en general. El autor Savater nos habla, al igual que en el anterior capítulo, sobre un tema muy diferente, nos habla sobre los político.
Es necesario recordar que la ética está creada básicamente para intentar mejorarse a uno mismo y no para reprender elocuentemente al vecino. Lo único que comprende la ética es que tanto el vecino como tú y yo estamos hechos artesanalmente, de uno en uno, con amorosa diferencia, pero entonces ¿Por qué los políticos cuentan con tal mala fama?
Cuanto vivimos bajo democracia, toda la sociedad pasa a ser políticos, directamente o por representación de otros. Éstos se encargan de ocupar algunos espacios visibles en la sociedad y también privilegiados, tienen más oportunidades de incurrir en pequeños o grandes abusos que el resto de la población de a pie.
Esto nos evidencia que el hecho de ser conocidos o envidiados, e incluso temidos tampoco contribuye a que sean tratados con ecuanimidad. Ciertamente las sociedades igualitarias o democráticas son muy poco caritativas con quienes escapa a la media por encima o por abajo: al que sobresale, apetece apedrear, al que se va al fondo, se le pisa sin remordimiento.
Los políticos también muestran mayor disposición de hacer promesas de las que sabrían o querrían cumplir. Además este es un punto exigido por la misma sociedad dado a que quien no exagera las posibilidades del futuro ante sus electores y no hace mayor énfasis en las dificultades que en las ilusiones, pronto se queda solo.
En teoría, la única política que puede llegar a ser de beneficio es aquella que nos trate a todos por igual, que no menosprecia a los que están abajo y destruya por envidia a los que están arriba, que se asocie a lo poco bueno y no a lo mucho malo. La ética busca que nosotros podamos elegir lo que más nos conviene y vivir lo mejor posible.
Ahora bien, ¿Cuál es el objetivo de la política? Organizar lo mejor posible la convivencia social, de modo que cada individuo pueda seleccionar lo que mejor le conviene.
Hemos aprendido a lo largo del artículo que ningún ser humano puede vivir aislado (debemos tratar a nuestros semejantes como humanos e iguales), eso hace que todos tengamos la preocupación ética de vivir bien y no desentenderse por completo de la política.
Tanto la ética como la política son términos que se relacionan directamente con la palabra “libertad”, pero se relacionan de una forma diferente debido a que la ética por ejemplo plantea la libertad individualmente pero a todos mientras que la política establece la libertad pero de una manera general y a través de actividades que son necesarias para que la política pueda funcionar.
Lo cierto es que la ética no puede esperar a la política aunque ambos términos están relacionados con la libertad, así que no pongas cuidado a quienes te dicen que el mundo es políticamente invivible, que está peor que nunca, que nadie puede pretender llevar una buena vida, éticamente hablando. Esas afirmaciones se han venido escuchando desde todas las épocas, aunque el mundo sigue avanzando.
En cada una de las épocas de la historia han existido personas capaces de vivir bien o por lo menos empeñadas en hacer el intento de vivir bien, más allá de las complejidades del mismo mundo. A veces vemos el mundo caerse pero no hacemos nada por no dejarlo caer. Todos deberíamos considerar la idea de ser un poco más solidarios respecto al mundo en general.
¿Cuál sería entonces la organización política ideal en una sociedad?
1: En primer lugar se podría decir que la organización política más ideal para una sociedad es aquella que respete cada una de las etapas de la libertad humana, es decir la libertad de reunirse o de separarse de otros, la de expresar las opiniones, la de trabajar de acuerdo con la vocación. La libertad debe ser fundamental en todo proyecto político.
2: Otro elemento que debe estar presente en un régimen político es la justicia que no es otra cosa más que aprender a considerar los intereses del otro como si fuesen míos y los míos como si fuesen de otro. No puede existir un proyecto político sin que la justicia, bien sea por medio de leyes, esté presente. La única razón para limitar la libertad de las personas cuando sea indispensable hacerlo es impedir. La justicia es vital.
3: Un régimen político para que pueda llegar a ser exitoso tiene que tomar en cuenta la asistencia comunitaria a los que padecen o sufren. En el mundo hay una realidad y es el sufrimiento, por lo que se debe garantizar la ayuda a los que por determinada razón están bajo situaciones complicadas. Las desdichas nos colocan en manos de los demás y aumentan el poder colectivo sobre el individuo.
Es cierto que durante los últimos años la democracia moderna ha intentado establecer algunas de las exigencias anteriormente descritas como la justicia, el ayudar a los necesitados y el respeto a la libertad, términos que se engloban en “derechos humanos”, aunque la verdad es que son más los buenos propósitos que los logros alcanzados.
El gran problema de hoy en día es que la mayoría no está dispuesto a realizar un gran cambio y las razones pudieran son muy diversas y cambiantes, como por ejemplo que todo se lo queremos dejar a las personas que claramente son capaces de hacer algo, es decir nos queremos librar de una responsabilidad que nos corresponde a todos como partícipes de la sociedad.
Queremos dejar todo en manos de los políticos cuando la verdad es que nosotros mismos somos los responsables de nuestra desgracia, por no hacer nada, tal y como lo explica a lo largo de todo su libro el escritor Savater.
Opinión personal sobre Ética para Amador
Analizando un poco sobre la estructura y la profundidad del libro “Ética para Amador” podríamos decir que destacan muchos elementos importantes, especialmente aquellos relacionados con los valores humanos que tenemos que darle a la vida, así como también el sentido práctico que debemos realizar en las diferentes etapas de nuestra vida.
El libro también resulta interesante porque toda aspectos tan cotidianos y sencillos que podemos identificarnos rápidamente con él. Aparte de todo esto hace referencia a la política y todo lo que ocurren actualmente en las sociedades del mundo. Nos detalla momentos y ciclos básicos y que ninguna persona pueda dar lo que no tiene, hay que ser perseverantes pero no hay que actuar sin iniciativa.
En nuestra opinión, el libro “Ética para Amador” resulta una gran alternativa para ayudarnos a crecer como miembros de esta sociedad. En él se reflejan muchos elementos fundamentales de un buen vivir. También nos enseña y muestra muchos valores que actualmente no se aplican a la vida y que deberíamos comenzar a usar si realmente soñamos con un mejor mundo.
Frases del libro
A lo largo del libro “Ética para Amador” podemos encontrar una variedad de frases interesantes que nos pueden resultar de gran ayuda para cualquier momento de nuestras vidas, especialmente cuando en nosotros está el anhelo de convertirnos en mejores seres humanos ante la sociedad. Entre algunas de las frases más destacadas del libro están:
- “La vida es complejidad y casi siempre complicaciones”
- Lo máximo que podemos obtener, sea de lo que sea, es la alegría”
- “El dinero, por su parte, sirve para casi todo y sin embargo no puede comprar una verdadera amistad”
- “A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética”
Acerca del autor
Conozcamos en esta parte de nuestro artículo un poco acerca del autor del libro “Ética para Amador” Fernando Savater. Es filósofo, escritor, novelista y autor dramático, distinguido en el campo del ensayo y el artículo periodístico. Ha centrado su interés en cuestiones éticas. Fernando nació el 21 de junio de 1947 y fue un destacado profesor de Filosofía en muchas universidades, siendo un gran referente para toda una generación.
Su libro Ética para Amador se convirtió en Best-Sellers. Este filósofo también escribió importantes obras de teatro entre las cuales destacan sus obras teatrales Juliano en Eleusis (1981), vente a Sinapia (1983) y Guerrero en casa escrita en el año 1992. Este escritor español dedicado sobre todo a la reflexión sobre la ética, es considerado como uno de los más grandes personajes de la historia mundial de la literatura.
Precios y dónde comprar
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