Biografía del autor Emilio Prados, y sus poemas

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Emilio Prados fue un poeta español perteneciente a la Generación del 27. Su herencia poética ha trascendido la historia literaria de su tiempo y se muestra hoy hermosa y fresca, como un homenaje al amor y a la naturaleza humana. Sigue leyendo y conoce más de este gran autor.

Emilio Prados

Biografía del poeta Emilio Prados

El escritor y poeta español Emilio Prados Such, quien perteneció a la Generación del 27, nació en Málaga el 4 de marzo de 1899, ciudad en la que vivió durante sus primeros 15 años. Allí se relaciona con artistas y bohemios, durante las tertulias del Café Inglés, encuentros que le permiten conocer a otros noveles poetas como José Moreno Villa, José María Souvirón, Manuel Altolaguirre y José María Hinojosa, entre otros.

En 1914 viaja a Madrid con la intención de entrar a la Residencia de Estudiantes, lugar donde conoces al escritor Juan Ramón Jiménez, quien tendrá significativa influencia en el descubrimiento de su vocación poética. En este despertar también influyó la afición a los libros que le inculcó su abuelo materno, Miguel Such y Such.

En el año 1918 se une al grupo universitario de la Residenciase incorpora al grupo universitario de la Residencia, centro en el que convergen las ideas vanguardistas e intelectuales de la Europa de entonces; además de ser un foro para el debate permanente de las artes y las ciencias.

De allí nace la Generación del 27, que reúne a otros escritores como Pedro Salinas, Gerardo Diego, Rafael Alberti o Jorge Guillén, entre otros. Es en este punto cuando Prados establece una relación cercana con Luis Buñuel, José Bello, Juan Vicens, Salvador Dalí y Federico García Lorca.

En 1921 se agrava una enfermedad pulmonar que Prados padece desde niño y que, en esta oportunidad lo obliga a internarse en el sanatorio de Davos Platz, Suiza, donde permanece hasta casi finalizar el año. Prados aprovecha el tiempo en el que está hospitalizado para indagar sobre los autores europeos más relevantes de la época, además de profundizar en su vocación como escritor.

Emilio Prados

Ya de vuelta a la vida pública en 1922, retoma sus estudios y asiste a los cursos de Filosofía que se dictan en las universidades de Berlín y Friburgo. Aprovecha el tiempo libre para visitar galerías de arte y museos de las principales ciudades de Alemania, experiencia que le da la oportunidad de conocer a Pablo Picasso y a otros pintores españoles.

A la par de su proceso creativo, su orientación hacia lo social se decanta en un profundo interés por los sectores menos favorecidos de la sociedad lo que, incide directamente en su narración poética. Publica por ese entonces sus primeros poemarios, Tiempo y Veinte poemas en verso, que se enmarcan dentro del “neopopularismo andaluz”.

Vuelve a Málaga en 1924, donde se une a Manuel Altolaguirre para fundar y editar la revista Litoral, publicación que reunirá a autores de la talla de Ángeles Ortiz, Jorge Guillén, Moreno Villa, Manuel de Falla, Pablo Picasso, Salvador Dalí y Federico García Lorca. Al año siguiente, se inicia como editor de la imprenta Sur, también con Altolaguirre, en cuyos talleres se imprimirán gran parte de las obras de los autores que integran la llamada Generación del 27.

En 1927 publica Vuelta, poemario que lo consagró como uno de los exponentes más relevantes de su generación. En Cancionero menor para los combatientes, Prados muestra su firme compromiso político y social, plasmado en una poesía que refiere la confrontación fratricida, cuyos versos se compilan en tres obras que se publican en 1936, 1937 y 1938.

Tras el golpe de Estado en España, ocurrido en julio de 1936¸ el cual causa grandes estragos en su Málaga natal, Prados decide radicarse en Madrid, donde se une a la Alianza de Intelectuales Antifascistas y organiza el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. Participa, además, en la edición de los libros Homenaje al poeta Federico García Lorca y Romancero general de la guerra de España. En 1937, su obra Destino fiel es galardonada con el Premio Nacional de Literatura.

Siguiendo la ruta del gobierno republicano, que se asentó en Valencia y luego en Barcelona, asume, nuevamente con Altolaguirre, las “Publicaciones del Ministerio de Instrucción Pública”. Tras la derrota de los republicanos, se traslada a Francia y después a México, donde se residencia hasta el final de sus días.

Durante su estadía en territorio mexicano escribe poesías que reflejan un profundo sentimiento de soledad y desarraigo, como Mínima muerte, Memoria del olvido, Río Natural, Jardín cerrado, Circuncisión del sueño, Penumbras y Signos del ser. Emilio Prados fallece en México el 24 de abril de 1962.

Obra poética

En la trayectoria de Emilio Prados como poeta es importante reseñar que Diario íntimo, escrita entre 1919 y 1920, muestra su nacimiento como poeta y la amistad que lo une al escritor Federico García Lorca. En 1966 esta obra fue editada en Málaga por el poeta José Luis Cano, quien fuera amigo de Prados.

Con el tiempo, la obra poética más significativa de Emilio Prado se divide en varias etapas, que van desde sus escritos noveles hasta alcanzar la madurez creativa. En cada una de éstas se evidencian características particulares que le aportan belleza y delicadeza a su producción literaria. La evolución de las formas y contenidos de la poesía permiten una subdivisión de la obra de Prados que se menciona a continuación:

Primera etapa

Va desde 1925 hasta 1928. En ella Prados indaga sobre las correspondencias entre la naturaleza y la profundidad del ser. Mezcla elementos surrealistas y vanguardistas con sus orígenes arábigo-andaluzas, a la que suma propuestas puristas y neopopularistas de la poesía de la época.

En esta etapa se refleja el gusto del autor por las imágenes, la moda del intelectualismo abstracto, la influencia del surrealismo y la abundancia de metáforas. Así, escribió sus obras Tiempo, Veinte poemas en verso, Seis estampas para un rompecabezas, Canciones del farero, Vuelta y El misterio del agua, que fue publicado en 1954, en Antología.

Segunda etapa

Va desde 1932 hasta el año 1938. En ella produce sus obras poéticas orientadas hacia la poesía social y política, utilizando un lenguaje surrealista. Prados inicia esta etapa con su obra Cuerpo perseguido, que fue publicada hasta 1946 y que se inspira en un amor real y en la búsqueda profunda de todo aquello que aparece como opuesto.

En esta etapa se evidencian sus preocupaciones sociales en sus publicaciones Calendario completo del pan y del pescado y Andando por el mundo, que ponen fin al activismo político para el que trabajó durante la época republicana y de la guerra civil española. De esta etapa, en 1937, recopiló y publicó el Romancero general de la guerra de España.

También publica sus poemarios La voz cautiva, La tierra que no alienta, Seis estancias, Llanto de sangre, Tres cantos, El llanto subterráneo, Cancionero menor para los combatientes y Destino fiel, obra con la que ganó el Premio Nacional de Literatura en 1938.

Tercera etapa

Se registra durante su exilio en México, entre los años 1939 y 1962. En ella, la obra de Prados refleja un hondo pesar por la soledad y el desarraigo. En la recta final de su trayectoria como poeta, el escritor se decanta hacia una poesía cada vez más compleja y filosófica, que se encamina hacia la vida nueva, hacia el amor y la solidaridad. Sus poemas reafirman la independencia y la visión abierta y vanguardista de quien escribe.

En esta fase fueron publicadas Memoria del olvido y Mínima muerte, en 1940; Jardín cerrado, en 1946; Río natural, en 1957, y las obras póstumas Signos del ser y Cita sin límite, publicadas en los años 1962 y 1963, respectivamente. En 1940 aparece Cuerpo perseguido, obra que refleja el vínculo amoroso del hombre con sus iguales para unirse al universo armónico, propuesta que perseguía el poeta desde sus primeras composiciones. Esta es la primera obra de la tercera etapa en la poesía de Emilio Prados, que da inicio durante su exilio en México.

Los poemas de Prados en esta etapa persiguen el equilibrio y la armonía como sanadores de las heridas pasadas. Retorna uso de un lenguaje repleto de paradojas y antítesis de carácter populista. En el año 1954 se publicó una selección de la poesía de Emilio Prados titulada Antología, y en el año 1965, Últimos poemas.

Frases y poemas de Emilio Prados

Como los poetas de la generación del 27, la poesía de Emilio Prados está impregnada del surrealismo típico de la época o  va en busca de la lírica popular, hasta llegar a las formas puras de la poesía, muy al estilo de Juan Ramón Jiménez. Sin embargo, sobrepasado por los hechos socio-culturales de entonces, volcó su poesía hacia una propuesta más intimista, a semejanza del poeta Antonio Machado.

A continuación, presentamos algunas frases recabadas de la prolífica herencia poética dejada por Emilio Prados, cuya influencia en la literatura española y latinoamericana va más allá del verso o la prosa.

  • ¿Dónde, el amor, oculta su misterio?
  • ¡A mi existencia uno mi vida! (Espejo sin cristal es mi alegría).
  • Se levantan los muertos. Detrás la vida sigue. ¡Preparad la batalla!
  • La noche, perseguida, se entró por mi ventana y era a la noche misma, a quien yo perseguía.
  • Te llamé. Me llamaste. Brotamos como ríos. Nuestros cuerpos quedaron frente a frente, vacíos.

  • Tira tu daga. Tira tus sentidos. Dentro de ti te engendra lo que has dado, fue tuyo y siempre es acción continua.
  • No es lo que está roto, no, el agua que el vaso tiene: lo que está roto es el vaso y, el agua, al suelo se vierte.
  • Tan blanca, sin figura, ya tu mano levanta la esquina de mi sueño… ¿Por dónde va tu carne? ¡Qué huida! : Monte, luz, aire…
  • Yo quiero huir, perderme lejos, allá en esas regiones en que unas anchas hojas tiemblan sobre el estanque de los sueños que inundan.
  • ¿Adónde? – Adónde vuelas, arriba adónde escapas; por dónde va tu carne sin vista ya y sin tacto; sin calor, viva, pura, eternidad latiendo cielo ya toda y árbol.

Asimismo, presentamos Nacimiento, poema extraído de su obra Cuerpo perseguido, como una breve muestra de la belleza que reinaba en la poesía de Emilio Prados, quien le escribía no sólo al amor sino a todo lo hermoso de la creación y del hombre.

No me sostengas. Todo

es ya cielo. ¡Asómate!

Mi cuerpo está cayendo,

-¡qué hondura de memorias!-

Mi cuerpo sin tus manos,

sin tus plumas de cera.

Desde el nivel de un sueño,

falto de fe en sus alas,

se escapó de tu sombra

temblando en una lágrima.

Deshilándome el pecho

por tu espejo resbala:

¿un siglo?… ¿Dos?… ¿La aurora?…

¡Tu vientre sobre el agua!

El poeta español Emilio Prados pasó a la posteridad como uno de los literatos más influyentes de su época, en quien influyó su estrecha vinculación con otros grandes autores de principios del siglo XX, pertenecientes o no a la Generación del 27. Si quieres leer más de poesía y sus exponentes, haz click en los siguientes enlaces:

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