Biografía de Mariano Azuela, obras y libros

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Mariano Azuela fue un escritor y médico considerado el creador de la literatura de la Revolución mexicana. En su obra más exitosa, Los de abajo, Mariano Azuela narra de una manera cruda y directa los acontecimientos históricos de su país. Sigue leyendo para conocer más de este autor y su obra, identificada con los de clase baja.

Mariano Azuela

Biografía de Mariano Azuela

Mariano Azuela González fue un médico y escritor mexicano que nació el 01 de enero de 1873 en Lagos de Moreno, Jalisco. Abiertamente opositor al gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, se unió a las filas de Pancho Villa, sirviendo como médico en uno de sus campamentos. Esta experiencia se vio reflejada en su producción literaria, estrechamente vinculada con los acontecimientos históricos registrados durante la Revolución en México.

Durante sus primeros años, Azuela vivía junto a su familia en una pequeña granja. Sus primeros años de escuela fueron en su ciudad natal; luego estudió en el Liceo Miguel Leandro Guerra. Pese a que su padre quería que fuese sacerdote, Azuela se decantó por la medicina, título que obtuvo en el año 1898. Un año después, contrajo nupcias con Carmen Rivera Torre, junto a quien procreó diez hijos, cinco niños y cinco hembras.

Sus inicios como escritor coinciden con los tiempos de la dictadura de Díaz. Su propuesta narrativa fue proclive, aunque no en todos los casos, a la defensa de la clase baja mexicana. Incursionó en el cuento, el ensayo crítico, en el teatro y en la novela, siendo esta última la que le mereció los mayores honores.

En 1907 publica su primera novela, Maria Luisa y, posteriormente, da vida a sus obras Los fracasados, en 1908; Los triunfadores, en 1909; Mala Yerba, también en 1909; y Andrés Pérez, maderista, publicada en 1911. Pese a su prolífica carrera como escritor, Azuela nunca se desvinculó de su ejercicio como médico, siendo esta labor la que le daría insumos para gran parte de sus relatos.

Durante el breve período gubernamental de Francisco I. Madero, fue nombrado jefe político de Lagos de Moreno (lo que hoy vendría siendo la gobernación), y luego designado Director de Educación de Jalisco. Tras la caída de Madero, se unió a las fuerzas revolucionarias de Julián Medina, que seguía la ideología de Villa y Zapata. Prestó servicio como médico militar. Tras su muerte se honra con el colegio Mariano Azuela.

Mariano Azuela

Cuando los hombres de Carranza derrotaron a los revolucionarios huyó hacia el norte, refugiándose en El Paso, Texas, donde escribió y publicó una de sus novelas más conocidas, Los de Abajo, publicada en capítulos, entre los meses de octubre y diciembre de 1915, por el periódico El Paso del Norte, en el año 1915. En 1916, cuando Azuela regresa a México, Los de abajo es publicada en el formato libro; pero el mayor éxito de esta obra lo alcanza cuando, en 1925, es publicada a modo de folletín en el periódico mexicano El Universal Ilustrado.

Para el año 1925 Azuela se consagra como un autor consolidado dentro de la avanzada pre vanguardista, además de ser un escritor preocupado por la problemática política y social de su tiempo. Dio inicio a un nuevo estilo, consistente con la lucha armada que requería de cuadros rápidos, realistas y violentos.

Mariano Azuela fue miembro fundador del Seminario de Cultura Mexicana, así como del Colegio Mariano Azuela Nacional. Su amplia trayectoria literaria fue reconocida en 1942 con el Premio Nacional de Literatura, y en 1949 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

Entre los libros de Mariano Azuela también podemos destacar La casa, que data de 1908, La rueda del aire, de 1908; Los caciques, publicada en 1916; Niño, en 1939; Nueva Burguesía; de 1941; así como La maldición y Esa Sangre, publicadas luego de la muerte del autor. Valle reseñar las biografías Pedro Moreno, el insurgente; y Madero, esta última publicada en 1952.

Además de sus tantas novelas, Azuela escribió relatos, obras de teatro, cuentos y ensayos, renglón en el que destaca su ensayo sobre crítica literaria titulado Cien Años de la Novela Mexicana, publicado en 1947. Este talentoso escritor dedicó sus últimos años de vida al ejercicio de su profesión, la medicina; de su oficio, la escritura; y a la promoción histórica y cultural de su México amado.

Mariano Azuela falleció el primero de marzo de 1952, en la casa número 242 de la calle de Álamo, ubicada en la colonia Santa María de la Ribera. La calle donde vivió por tantos años hoy lleva su nombre. Sus restos fueron sepultados en la Rotonda de las Personas Ilustres, en México.

Obras de Mariano Azuela

Los primeros escritos de Mariano Azuela se registran durante su época como estudiante en Guadalajara. Entre 1895 y 1897 escribió varios relatos que luego reuniría bajo el título Registro, en la edición de sus Obras Completas. Deja ver desde temprana edad su interés por la clase social baja de su país.

En 1896, fueron publicados sus escritos titulados El día del Refugio, Acababa de llover, Rechinaron los goznes, Era la hora de la siesta, Página negra, La campana sonó y La enferma levantó con dificultad los párpados, reunidos en Impresiones de un estudiante que sacó a la luz la revista Gil Blas Cómico. A continuación un breve resumen de algunas obras de Mariano Azuela.

1903: «De mi tierra»

Al regresar a Lagos, Azuela establece contacto con los poetas Francisco González, José Becerra y Antonio Moreno y Oviedo, con quienes organizaba tertulias. De allí surgieron los Juegos Florales, en los que Azuela resultó premiado por su obra De mi tierra, que cuenta la historia de Teodora, una chica regordeta de 16 años quien, estando a punto de casarse con Macedonio, queda embarazada de su amo. Al final, Teodora le dice a Macedonio que el niño nació rubio porque se lo encargó al Santo Niño de Atocha.

Otros relatos de 1903 a 1907

Después del cuento De mi tierra, Azuela escribió seis relatos entre los años 1903 y 1907: Pinceladas, que habla sobre la atracción que siente una hermosa y joven viuda por el sacerdote de la iglesia parroquial de Lagos; Víctimas de la opulencia, la cual relata la historia de una mujer que trabaja como nodriza para una familia rica y para hacerlo deja de alimentar a su hijo quien muere de hambre.

También escribió En derrota, ambientada en un espacio rural, sobre Juan, un muchacho bien parecido que se enamora de Camila, pero al momento de su boda la novia es raptada por Basilio. Juan no puede rescatarla y se suicida arrojándose a una poceta.

Publicó, además, Nochistongo, una romántica descripción del paisaje visto a través de la ventana de un tren, durante una tarde lluviosa; Loco, también en prosa poética, que describe a un grupo de personas que se reúne alrededor de un viejo aguador “loco” que cuando toca una melodía parece entrar en éxtasis. De este mismo período también es la obra Lo que se esfuma, en la que Azuela hace una crítica de la sociedad languense, no sólo los ricos, que están dispuestos a pagar cualquier precio por ascender en la escala social.

1907: María Luisa

Esta es la primera novela escrita por Mariano Azuela cuando era estudiante. Aunque el autor escribió este libro en 1896, no fue publicado sino hasta 1897. En la novela, el autor sostiene que la herencia define el destino de las personas, que sólo puede cumplirse si el medio y las circunstancias contribuyen para ello. Lo demuestra con María Luisa, quien desde su nacimiento hasta su muerte lleva una vida desgraciada, en la que el poco control que la mujer ejerce sobre sus instintos, la llevan a sumirse en el alcohol.

1908: Los fracasados

Esta novela fue escrita en 1906 y publicada en 1908. Inspirada en el sermón antiliberal de un sacerdote, aunque este no sea el protagonista. En Los fracasados el licenciado Reséndez intenta denunciar actos de corrupción de algunos personeros del gobierno en el pueblo de Álamos, pero al final se da cuenta de una oscura realidad que lo lleva a renunciar y alejarse de la vida política y del gobierno.

Siete relatos de 1908

Brochazos, Del arroyo, Aires cuaresmales, Alma Mater, De paso, La Florista y Fragmento, son los siete relatos escritos por Azuela en el año 1908. En ellos, el autor deja correr su narrativa entre descripciones de la naturaleza, prosa poética y abstracciones manteniendo, como en la mayoría de sus escritos, la denuncia social y la reivindicación de los marginados.

1909: Mala yerba

El tema central de esta novela, de corte naturalista, es la impunidad con la que se manejaban los hacendados de la época, protegidos por el gobierno de Porfirio Díaz. En esta oportunidad, la denuncia la hace a través de Marcela, hija de un peón de hacienda, quien es víctima del dueño del latifundio, Julián Andrade, el cual pretende hacerle suya por la fuerza.

Para lograrlo, Andrade asesina a su esposa y también a Jesús Rodríguez, novio de Marcela. La protagonista trata de matar al asesino para vengar la muerte de su amado, pero muere en manos el criminal, sin que éste pague cárcel por lo ocurrido.

Otros dos relatos de 1909

En el mismo año de publicación de Mala yerba, Azuela sacó a la luz dos relatos: Habichuelos Negros, que fue una abierta crítica a la sociedad de la época; y Nostalgias, otro de sus relatos poéticos en el que describe una escena natural de Lagos, en la cual habla de música y acordes que despiertan el alma.

1910: «De Aguafuertes»

Publicada en la revista Don Quijote, esta obra consta de tres partes: La primera refiere sobre una criada que pasea al hijo de sus patrones; la segunda muestra a la misma mujer, esta vez viviendo con un marido borracho y maltratador y extrañando su trabajo de sirvienta; y la tercera, describe a un matrimonio joven cuando adornan el cuerpo de su hijo muerto.

1911: Andrés Pérez, maderista

Esta fue la obra que dio inicio al trabajo crítico de Azuela en contra de la política y la sociedad mexicanas. La trama enfrenta dos posturas: la de Andrés Pérez, periodista que desconfía de la revolución, quien argumenta que aquellos que toda su vida han sido esclavos, lo más que pueden hacer es cambiar de amo; y la del idealista, don Octavio, que sostiene que la herencia está por encima de cualquier individualismo y por ello el pueblo irá a la batalla. Al final gana el primero.

1912: Sin amor

Esta es una novela que versa sobre las bajas pasiones y la baja moral que Azuela ve están presentes en su tierra, Lagos. Habla sobre quienes fingen nobleza de sentimientos que en realidad no poseen. Las protagonistas, Lidia y su hija Ana María, buscan un casamiento por interés; todo lo contrario de Julia, quien tras sufrir por un gran revés económico, decide casarse por amor.

1914: Los caciques

Escrita en 1914 pero publicada en 1917. Esta novela contiene tres partes: la primera describe lo ocurrido tras el triunfo de la lucha armada de los maderistas; la segunda, la conformación del ayuntamiento para del nuevo gobierno; y la tercera, lo ocurrido luego de la caída y asesinato de Madero, que llevó a la persecución y muerte de quienes estaban a favor de la revolución.

1915: Los de abajo

Al llegar Victoriano Huerta al poder, se inició la persecución de los seguidores de Madero, entre los cuales se encontraba Azuela, quien se vio obligado a huir hacia El Paso, Texas, llevando consigo los primeros escritos de esta novela. Entre octubre y diciembre de 1915, el periódico El Paso del Norte, publicó por capítulos la primera versión de  la obra “Los de abajo. Cuadros y escenas de la Revolución actual”, que tiempo después fue publicada como libro.

Azuela cuenta la historia de un grupo armado que durante un período de dos años, entre 1913 y 1915, asesinan sin razón, sólo por instinto, venganza o simple diversión; amparados en la lucha contra Huerta o identificados como seguidores de Villa, según fuera el caso. Los de abajo se centra en los hechos que sucedieron luego del asesinato de Madero y de Pino Suárez, los cuales fueron ordenados por Huerta; y la posterior guerra suscitada entre convencionistas-villistas y carrancistas.

Debido a su extenso contenido, Azuela decidió dividirla en tres partes: La primera, de veintiún capítulos, relata los inicios de la Revolución mexicana; la segunda parte, que consta de catorce capítulos, da a conocer las razones del conflicto y describe a sus participantes; y la tercera parte, de apenas siete capítulos, plantea el desenlace y el destino de la Revolución y sus protagonistas.

El argumento del relato se basa en el campesino Demetrio Macías y cómo se incorpora a la lucha revolucionaria luego de un enfrentamiento con un cacique, el cual originó un gran conflicto que sumó a muchos participantes, aunque éstos no estuvieran claros sobre los ideales revolucionarios.

Un relato de 1915

A finales de 1915, Azuela escribe Voces, relato corto que habla sobre la nostalgia que siente tras el exilio, que conlleva al alejamiento de su familia y a una precaria situación económica. Pese a las condiciones en las que se encuentra México, el escritor añora a su Patria. Luego de todo lo ocurrido, el escritor se pregunta si alguien duda de la existencia del infierno.

Tres novelas y un relato de 1918

De este año son los títulos Las Moscas, Domitilo quiere ser diputado y De cómo al fin lloró Juan Pablo, publicados en un mismo volumen y sobre las cuales el propio Azuela confesó que había vertido “toda su pasión, toda su amargura y su resentimiento de derrotado”.

Las moscas lleva como subtítulo Cuadros y escenas de la revolución. Se estructura en 14 fragmentos en los cuales no existe un protagonista, pues todos lo son de acuerdo con el momento del relato. Habla de un grupo de burócratas que durante un viaje hacia Irapuato, en los últimos días de la División del Norte, discutían sobre cómo garantizar sus sueldos en las oficinas del vencedor. Azuela los pintó como moscas revoloteando sin saber dónde iba a quedar la torta.

Al igual que la anterior, Domitilo quiere ser diputado es también una sátira del momento político de entonces. En este relato, Azuela deja ver a individuos sin convicciones, que son puestos en el poder por las circunstancias y gracias a sus ambiciones desmedidas.

En la obra De cómo al fin lloró Juan Pablo, el escritor habla sobre el fusilamiento de su amigo y ex general de las filas de Villa, Leocadio Parra, quien fue acusado de conspiración, una estrategia usada por Carranza para eliminar a sus enemigos. Muestra gran dolor e impotencia del narrador.

También en ese año publicó su última novela sobre la Revolución: Las tribulaciones de una familia decente, que narra los excesos y desmanes que protagonizaron el gobierno de Carranza. Esta obra es tomada por algunos como autobiográfica, pues describe las vivencias de unos zacatecanos que se van a vivir a la Ciudad de México, intentando huir de la violencia de la Revolución.

Con estas obras, Mariano Azuela da por inaugurado un nuevo estilo, en concordancia con la lucha armada, que exige la descripción de cuadros rápidos, muchas veces violentos y siempre realistas. Luego de esta prolífica temporada, y sin abandonar sus prácticas médicas, Azuela tiene un período que el que experimenta con el vanguardismo.

Durante este tiempo, el autor escribe La Malhora, publicada en 1923; El desquite, en 1925; y La Luciérnaga, en 1932; realizando en esta última un profundo estudio psicológico de  los personajes. Asimismo, destacan El camarada Pantoja, publicada en 1937, y San Gabriel de Valdivia, fechada en 1938.

Ya en el ocaso de su vida, Mariano Azuela volvió al realismo al escribir las novelas Avanzada en 1949, Regina Landa en 1941, Nueva Burguesía y La Marchanta en 1944; así como La mujer domada en 1946. Tras su muerte fue publicada, en 1956, Esa Sangre. Los títulos Sendas perdidas, de 1949, y La maldición, publicación póstuma de 1955, son considerados sus comentarios finales sobre la Revolución.

Estilo Literario de Mariano Azuela

Para muchos estudiosos, es el escritor Mariano Azuela es quien da inicio a la novela de la Revolución mexicana con su obra Los de abajo. Este estilo tiene un matiz claramente político y social, por lo que su lenguaje llega a ser crítico y directo, muchas veces cargado de cierta sátira.

La mayoría de las obras de Azuela se enmarcan en la categoría de novela y poemas de Mariano Azuela, caracterizadas por una narrativa tradicional y costumbrista, identificada con las clases sociales bajas. Su experiencia como médico le valió de mucho al momento de escribir, la cual se vería reflejada en algunas de sus obras.

El estilo narrativo de Mariano Azuela muestra sin remilgos su crítica sobre los hechos históricos ocurridos en México durante la Revolución, en la cual participó abiertamente. Hace suyas la sátira y la denuncia para mostrar el rechazo que le generan las acciones tanto del gobierno como de la sociedad en general.

Cabe destacar que, aunque desarrolló otros formatos, la obra literaria de Azuela se centró en la novela, siempre caracterizada por la verdad. El autor siempre manifestó su necesidad de exponer abiertamente los hechos históricos del México de su época, para lo cual empleó una narrativa clara, irónica, crítica y reflexiva, sin dejar de lado el aspecto humano. Si quieres conocer la biografía de otros autores, haz click en los siguientes enlaces:

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