El libro Las Ventanas Del Cielo, De Giner Gonzalo

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Prepárate para conocer la historia de Hugo Covarrubias, un joven un viaje impresionante donde encontrará Las Ventanas Del Cielo. Acompáñanos a conocer más sobre el libro escrito por Giner Gonzalo en este interesante artículo!!!

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Libro Las Ventanas Del Cielo y Gonzalo Giner

Gonzalo Giner es un autor ya de renombre y bastante conocido en España, razón por la cual su obra «Las Ventanas Del Cielo» no pasó desapercibida en el momento de ser presentada al público. De hecho, el libro obtuvo una muy buena recepción por parte de los españoles, poseyendo una aprobación de más del 90% y unas ventas espectaculares en las primeras semanas.

La gran mayoría de los críticos han alabado el libro, especialmente por su nivel de realismo y complejidad. Según palabras del mismo autor, estuvo bastante tiempo documentando para su obra, leyendo mucho sobre literatura del siglo XV y XVI. Durante todo el libro se nos explica a detalle cómo era la producción de lana, la vida de ricos y pobres, el trato de los esclavos en África y hasta podemos encontrar consejos básicos para la construcción de vidriales.

Por esta y muchas más razones su libro obtuvo un gran éxito, sin llegar a superar su obra pródiga en ventas «El Sanador de Caballos», pero sin duda obteniendo resultados muy satisfactorios. Teniendo en cuenta su éxito y la felicidad que Giner Gonzalo ha expresado en algunas entrevista, aún no se ha descartado la idea de una segunda parte, o por lo menos un spin off sobre el libro.

Contexto

El libro comienza al contarnos un poco sobre la vida de Hugo, un joven muchacho que nació en el siglo XV y es el hijo del principal exportador de lana de su región. Como todo el mundo esperaría, la vida de Hugo fue sencilla y bastante acomodada, viviendo en una gran casa y teniendo el amor de su padre y madre para él solo.

Lamentablemente su madre moriría cuando Hugo todavía era muy pequeño y su padre por la desdicha terminaría casándose con otra mujer. Esta tenía un hijo de la misma edad que Hugo, llamado Damián, el cual siempre intento superar a su hermanastro. Su nueva familia le hizo la vida imposible y poco a poco su padre comenzó a pensar que su hijo Hugo era un inútil.

Llegado a cierto punto Hugo descubre un gran secreto y casi es asesinado por unos hombres desconocidos. Debido al miedo y la incertidumbre, se ve obligado a escapar de casa y termina trabajando con en un barco ballenero hasta llegar a un cabos de sal. Aquí comienza la odisea de Hugo por sobrevivir en un mundo que no conoce y teniendo que regresar algún día para intentar ayudar a su familia.

Sobre el Autor

Gonzalo Giner es un escritor y veterinario nacido en España, Madrid en el año 1962. Siempre fue un apasionado por la lectura, pero desde chico deseo ser veterinario, sueño que cumplió a una joven edad. Su pasatiempo era escribir novelas, las cuales según él, siempre debía estar bien documentadas, de forma que pudiera expresar de forma correcta el contenido.

Este pequeño hobby fue creciendo con el tiempo, hasta que en el año 2004 saco su primer libro llamado «La Cuarta Alianza», obteniendo su ansiado ingreso al mundo literario profesional. Obtuvo buenas críticas, pero sin llegar a sobresalir demasiado, pues todavía era un escritor que acababa de comenzar.

Finalmente se decidió a mezclar su pasión por la escritura y su profesión de veterinario escribiendo una novela con un toque más personal, «El Sanador de Caballos». Dicha obra alcanzó un nuevo nivel para Giner, obteniendo el posicionamiento como uno de los grandes de la literatura española. Este libro dio origen a otras obras con un estilo muy parecido, narrando en tercera persona y explicando a detalle cada situación, la fórmula para obtener libro muy específicos.

Estilo de escritura

Gonzalo Giner se encargó de mantener ese nuevo estilo que utilizó en «El Sanador de Caballos» y le otorgó tanto éxito. Siguiendo los mismos parámetros, creó su siguiente obra titulada «El Jinete del Silencio», donde podremos apreciar cómo fue la creación de distintas razas de caballo españoles durante el siglo XVI y su participación en los sucesos de la época. Sin duda su profesión sería un plus extra, pues ya poseía conocimientos acerca de la crianza, cuidados y comportamiento de los caballos antes de escribir el libro.

Continuó con la novela «Pacto de Lealtad», la cual es considerada su novela más minuciosa, narrando de manera muy específica la participación y el apoyo en 2 de las guerras más mortales que han ocurrido en la humanidad, La Segunda Guerra Mundial y La Guerra Civil  Española. Una novela conmovedora donde veremos como fue que los perros demostraron ser el mejor amigo del hombre en tiempos difíciles.

Después obtendremos más obras literarias de Gonzalo Giner como «La Cuarta Alianza», «Secretos de la Lógica» y su famosa «Las Ventanas del Cielo», pero si nos fijamos todas poseen un estilo de escritura muy parecido. Las historias pueden ser totalmente distintas, pero Gonzalo Giner se encarga de convertirlas en verdaderas obras documentativas, consiguiendo expresar cualquier situación de una forma espectacular.

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Resumen

A partir de acá encontrará un resumen de los principales acontecimientos del libro «Las Ventanas del Cielo». Cabe destacar que las siguientes líneas tendrán una gran cantidad de spoilers, por lo cual ten cuidado si no quieres conocer alguna parte de la trama importante!!!

La vida de los Covarrubias I

Nos encontrábamos en el siglo XV, aquella época donde todavía se hablaba de caballeros y princesas, donde el honor y la espada era el pan de cada día para la mayoría de los jóvenes, un lugar donde si querías ser conocido tendrías que ser un gran guerrero o un hombre super dotado de inteligencia. Para la sorpresa de todos, existía un lugar bastante distinto al promedio en aquella antigua Europa, donde la  mayoría de sus habitantes eran pacíficos y vivían del comercio.

En esta pequeña ciudad tan tranquila viven Fernando de Covarrubias y su adorada mujer, dedicándose de manera excepcional al trabajo con lana. Sus enormes esfuerzos poco a poco dieron frutos y permitieron que la humilde familia se posicionará como el principal exportador de lana de calidad dentro de la región. Comenzaron a ganar una gran reputación y mucho antes de lo esperado la pareja se volvió rica.

Un gran negocio, lana de enorme calidad, contactos importantes en la nobleza y la política Europea y un futuro brillante para Fernando y su mujer. Todo era perfecto y la pareja pensó que era el momento de tener un hijo. Hasta la fecha había decidido limitarse ya que deseaban que su primogénito gozará de todos los lujos que ellos no pudieron tener de pequeños, y teniendo en cuenta su posición actual, no existía ninguna razón válida para esperar.

El embarazo comenzó sin complicaciones, solo algunos mareos y dolores molestos, pero nada fuera de lo normal. Esto se mantuvo hasta el momento del parto, cuando los Covarrubias tuvieron a su primer hijo, un varón al que llamaron Hugo de Covarrubias.

Vida y muerte

La madre Hugo quedó enferma desde el nacimiento del niño, razón por la cual dejó de ayudar en el trabajo de su marido y se dedicó únicamente a la crianza del pequeño. Era obvia la preocupación de su marido, pero poco se podía hacer en aquella época y con medicinas tan arcaicas. Cada día se mostraba más débil, pero la voluntad de ver crecer a su hijo le permitió vivir varios años, muchos más de lo esperado y descrito por los doctores de la ciudad.

Cierta noche tormentosa, la Sra Covarrubias falleció dejando a su marido e hijo. Fernando entré en depresión, mientras que el pequeño Hugo no entendía muy bien porque su madre debía irse y no podría verla nunca más. Pasó un año y Fernando se dedicó únicamente a su trabajo, ya que esto le permitía olvidar por momentos el dolor que provocó la partida de su esposa. Por otro lado, Hugo tuvo que quedarse con la criadas por este tiempo, sin poder ver a su madre o padre.

Después de algún tiempo, Fernando comenzó a verse con una mujer más joven que él, la cual lo trataba muy bien y le recordaba a su fallecida esposa. Esta tenía un niño de casi la misma edad de Hugo, el cual tenía el nombre de «Damián». De alguna forma Fernando Covarrubias terminó pidiéndole matrimonio a esta nueva mujer y de manera increíblemente rápida, tanto ella como su hijo se encontraba en la casa.

Hugo no quería compartir su hogar ni sus juguetes con extraños, pero si podría tener nueva compañía estaba dispuesto a hacer el intento. Todo al comienzo parecía mágico, pues su nueva madrastra era cariñosa con él, su padre iba más seguido a casa y su nuevo hermano solía jugar con él. No había razones para estar triste, Hugo comenzaba a recuperar la familia que perdió después de la muerte de su madre.

Rivalidades II

Los años pasaron y aquella mágica se extinguió rápidamente. Su madrastra anteriormente amable ya no deseaba ni verlo en pintura, dedicándose a humillarlo y mentirle a su padre para dejar mal parado a Hugo. Por otro lado, su hermanastro parecía seguirle el juego a su madre, maltratando a Hugo e intentando robarle su puesto de único hijo.

Pronto se comenzó a mostrar una rivalidad entre Hugo y Damián, donde cada chico intentaba sobresalir para ganar el favor de su padre. No habría problema alguno en esta situación, pero la madre de Damián siempre intentaba que su hijo fuera el más importante, dejando a Damian como un genio y a Hugo como un chico problemático.

Con el tiempo Hugo dejó de intentar mantenerse al mismo nivel que su hermanastro, pues sin importar cuánto se esforzará aquella «Urraca» siempre destruía todo sus méritos. Esto provocó que Fernando comenzará a pensar que era cierto que su hijo tenía problemas, llegando a insinuar en más de una ocasión la posibilidad de que tuviera retraso mental.

Durante su adolescencia ambos recibieron los mismos privilegios, pudiendo estudiar en preparatorias de renombre y con las mismas oportunidades. Damián conseguía destacar por su notas y su gran interés en el negocio de la lana, mientras que el desmotivado Hugo solía saltarse las clase y prefería vagar por las calles sin motivo aparente.

Polos opuestos

Al cumplir ambos los 20 años, se comenzaron a notar las grandes diferencias entre ambos chicos. Si alguno de los chicos escogía el color blanco, rápidamente el otro se inclinaría por el negro, Hugo parecía un vago y Damián un muchacho con una ambición inmensurable, llegando incluso a un nivel de avaricia. A pesar de estos sentimientos Fernando no quería pensar que su hijo había salido «defectuoso», como le decía su nueva esposa, intentado que Hugo trabajara cuando pudiera.

Fernando Covarrubias se había convertido en un hombre serio y con una actitud muy fuerte, estando entre los más importantes vendedores de lana de la ciudad Castilla y sus alrededores. Además lideraba desde hace 7 años el prior de la Universidad de mercaderes de Burgos, su labor era cuidar los intereses de la élite de los grandes vendedores de vellón. Pero al transcurrir algún tiempo su trabajo y anegación no correspondían a lo esperado.

Debido a varias malas rachas tenía prohibido participar en la feria de Medina del Campo, la feria duraba  50 días y hacían acto de presencia personas de Flandes, Francia, Inglaterra o Lombardía , esos días eran adecuados para cerrar negocios referente a lanas, tejidos, créditos, especias, libros entre otros. Sin duda el hecho de estar solo algunas semanas dentro haría notar una gran diferencia, pero solo podían formar parte los mayores comerciantes de Burgos. Don Fernando necesitaba captar e inyectar capital a su negocio y esa feria era lo que mejor para ello.

Quería volver a levantar su taller y retomar el prestigio que durante años solía tener. Una tarde conversando con sus hijos, les hizo saber que estaba cansado pues durante 40 años había tenido la responsabilidad del mercado, ya era hora que uno de sus sucesores tomará las riendas del negocio. Consideraba que ambos estaban preparados, en ocasiones lo acompañaban a realizar tratos y cerrar negocios,  ambos habían recibido una excelente educación con los mejores maestros.

Lucha familiar III

Hugo estaba asustado por dicha propuesta, pues no se sentía preparado para obtener una responsabilidad tan grandes, además que jamás se vió muy interesado en el negocio de las lanas. Por otro lado, Damián se adelantó y le dijo a su padre que estaba en lo correcto, comentando que era el momento que él descansase y alguno de ellos se hiciera cargo de la familia.

Don Fernando está seguro que Damián era la mejor opción, pero se negaba a descalificar a su propio hijo sin darle al menos una oportunidad. Su idea fue novedosa, indicando que aquel muchacho que consiguiera los mejores clientes y cerrará el mejor trato obtendría el control del negocio y sería preparado para ser el nuevo dueño. Esta prueba era sencilla y a la vez complicada para ambos, pues si bien la familia Covarrubias tenía renombre, hace tiempo ya era un taller de lana casi olvidado.

Damián estuvo contento con la prueba, siempre fue el preferido de la familia y sabía perfectamente a quien debía buscar para conseguir el negocio de su vida. Su talento para el comercio era nato y pronto obtendría el negocio familiar, tenía todas las posibilidades de ganar esta disputa.

Al contrario de lo esperado del primogénito de Fernando Covarrubias, Hugo está casi nulo ante la propuesta de su padre. Jamás se dedicó a estudiar clientes potenciales, no había ningún conocimiento avanzando sobre el comercio y solo escucho teoría en la preparatoria, sin jamás llevarla a la práctica. Teniendo esto en cuenta, Hugo decidió no darle mayor relevancia a aquellas batalla por el negocio familiar, resignandose a la derrota casi inevitable.

La gran Feria de Medina IV

Una vez en la feria de Medina se pudo observar cierto desorden, un joven corriendo, los alguaciles tratando de controlar ciertas situaciones, todo parecía un caos. Hugo había participado en gran parte de ese desastre, pues se sobrepasó con una dama, corrió pero finalmente lo arrestaron y llegó a estar detenido por varios días, hasta que decidió decir su nombre y apellido y le comenzaron a tratar mejor. Era impresionante la influencia de su familia incluso en esta época tan poco productiva, pues los guardias comenzaron a tratarlo incluso con respeto.

Hugo admitió su pequeño delito, comentando con lujo de detalles lo sucedido en la feria. Primero entró en una multitud para ver algunos desfiles, pero cuando estaba pasando una hermosa dama, dijo que no pudo resistirse y terminó tocándole el trasero desde atrás. Inmediatamente la chica se volteo y comenzó a gritar, a lo cual Hugo salió corriendo para huir de la multitud.

Los guardias lo alcanzaron y ese fue el final de su pequeña travesura. El padre de Hugo acaba de llegar y estaba realmente molesto, teniendo que pagar una multa para que liberasen a su hijo. El joven Hugo permaneció callado durante el viaje una vez excarcelado, don Fernando le explica que la dama que manoseo era la esposa de uno de sus mejores clientes. Hugo no salía de su asombro , su padre le exigía le explicara porque siempre hacía todo al revés.

Por primera vez Hugo le hizo saber a su padre lo desdichado que había sido su vida, desde la llegada de la que hoy era su esposa sufría constantemente. No le parecía atractivo el negocio de mercader, por tal razón no se esforzó por ganarle a Damián, <<Padre, yo no sirvo para eso. Jamás me ha interesado la lana ni el comercio>> afirmó Hugo.

Camino de desdicha

Rápidamente se aclamo la victoria de Damián, quien firmó un contrato bastante bueno mientras Hugo estuvo preso. Don Fernando lo nombró su principal heredero y le asignó el cargo más alto después del dueño de la empresa, volviéndose el gerente general de todo el negocio de la familia. Con la intención de corregir el comportamiento de Hugo, su padre hizo totalmente lo contrario con él, otorgándole el cargo más bajo de todos, obligándolo a irse del hogar y trabajar hasta el cansancio.

Sin previo aviso los hombres de Fernando entraron buscando a Hugo y le dijeron que desde ahora viviría en «Brujas» donde tendría que trabajar hasta limpiar el nombre de su familia. Fernando le dijo que ya estaba harto de tantos fracasos y era hora que tomará la responsabilidad por sus actos, diciéndole que debía disculparse personalmente con el marido de aquella mujer con la cual se había sobrepasado.

Aquel hombre llamado «Edgar Hossner» era un importante socio del negocio familiar, así que aquella falla de Hugo podría costarles aún más prestigio que el que había perdido en estos años. Con toda la verguenza del mundo, Hugo tuvo que ir a la casa de aquel hombre y pedirle disculpa por ese acto tan reprochable, para posteriormente irse a recoger todas sus pertenencias.

Despedidas innecesarias

Tan solo se le permitieron 2 días para recuperar todas las pertenencias que pudiera, como recoger ropas u objetos importantes. Sabía que no contaba con mucho tiempo, así que lo primero que decidió hacer fue visitar a su mejor amiga «Berenguela», una muchacha que también era hija de un vendedor de lana, pero con menos renombre que su don Fernando.

Esta chica era increíblemente comprensiva con Hugo, de hecho eran amigos muy cercanos y desde pequeños siempre pasaron mucho tiempo juntos. Eran confidentes y estaban bastante cerca de llegar a algo más, pero debido a la repentina partida de Hugo, lo más probable es que aquella relación no llegará a existir. De pronto llegó el padre de Berenguela «Don Sancho Ibáñez», quien había escuchado los rumores de Hugo y amablemente le pidió que se retirara.

Nuevamente en su casa, Hugo pasó las últimas horas escuchado los insultos de su madrastras, aquella Urraca pensaba humillarlo hasta el final. Comentaba cada uno de sus errores, llegando a incluso hacerlos ver mucho más grandes de lo que en realidad eran. Para Hugo aquello ya no importaba, pensaba que su vida estaba acabada desde hace tiempo, ahora solo quedaba vivir para siempre trabajando para su hermanastro Damián.

En el río Arlanzón V

Con la suave brisa de primavera Hugo se encontraba en el río Arlanzón, remojando y lavando las lanas, bajo la supervisión de «Policarpo Ruiz», hombre de confianza de Don Fernando, el cual vestía muy bien, alardeaba de su físico y ropa de marca. Desde su llegada a brujas no tenía descansos, su nueva vida consistía en trabajar lavando lana, comer e ir a dormir.

Hugo pasó un buen rato laborando, detestaba la lana. Ya cansado le pidió un breve descanso a Policarpo pero este se lo negó. Era impresionante el trato que recibía Hugo, quien estaba esperando un trabajo menos pesado, pues jamás pensó que su padre lo enviaría a cumplir un labor tan difícil. «Genaro» uno de los mejores empleados de Don Fernando no entendía las razones por la cual aquel muchacho, hijo del dueño, se encontraba realizando trabajos tan denigrantes para alguien de su cuna.

Inmediatamente Policarpo se encargó de hacerles saber la situación a todos los trabajadores <<Este muchacho es un imbécil, a pesar de ser el primer hijo del jefe, consiguió sacarlo de sus casillas. Ahora lo han mandado a trabajar aquí sin ninguna consideración, así que no se preocupen por tratarlo bien, el jefe quiere que aprenda<< Exclamó aquel hombre con una mueca burlona.

Policarpo Ruiz era de suma confianza de Don Fernando, tanto así que le pagaba de más. Este se encargaba clasificar, negociar y enviar los cargamentos de lana a los diferentes sitios requeridos. De forma repentina y con el pasar de los años la venta empeoro y don Fernando se conforme con los reportes entregados por Policarpo, en el fondo se preocupaba, pero pensaba que todo estaba bien.

Hugo en las tinas 

Una vez terminado el trabajo del rio, Hugo fue llevado a unas tinas con aguas muy calientes. Al momento se asustó y quería salir, pensó que dado el caso que él cayera en aquellas tinas, moriría instantáneamente. Luego de un rato se calmó y sus compañeros de trabajo empezaron a explicarle que debía hacer. En realidad aquellas aguas eran calientes, pero una persona podía entrar sin llegar a morir quemado, solo debía lavar lana con ella y posteriormente sacarla del agua. Hugo con poca motivación entro al agua, sintiendo el enorme calor que procedía de la misma.

Sin previó aviso lanzan una enorme enorme cantidad de lana, la cual cayó sobre Hugo y lo hundió. Pensó que moría en ese momento, ya no por el agua hirviendo, si no por ahogamiento.  Intentó salir pero fue en vano, sus compañeros tuvieron que intervenir y lograron levantarlo, para posteriormente burlarse de él. Era obvio que aquella cantidad de lana era imposible de levantar por un solo hombre, los trabajadores había echado demasiada aproposito, con la intención de humillar más a Hugo.

Al pasar los días Hugo no poseía cama, dormía en un carromato, mientras que todos los demás al menos tenían una hamaca. Una mañana dentro de la tina se canso de trabajar y paró, sus brazos ya no podían más y sentía que había lavado toneladas de lana, pidió que le bajaran la escalera, que se iba, ya no pensaba soportar aquellas labores. El tinero (su jefe en aquel trabajo) le dio un golpe que le partió la cien, le explico que si no trabajaba no comería. Hugo se calmó y continuó laborando, hasta la hora de comer y allí por fin pudo descansar.

Estaba realmente harto, no le importaba trabajar si era en algo que le gustará, pero enserio que estas humillaciones eran demasiado. Comenzó a idear algún plan que le permitiera escapar de ese lugar, ya no le importaba perder su apellido, pues de todas formas de poco le había servido hasta ahora. Todo esto sería perfecto, pero Hugo sabía que si llegaba a cometer un error lo tendría aún más vigilado, por lo cual su escape debía ser perfecto.

Los tratos de Policarpo

Los días pasaron y Hugo continuaba esperando la situación perfecta. Trabajaba hasta muy tarde por lo cual le dieron todos los tratados a las lanas, su intención era que estas obtuvieron un tratado perfecto y ganarse la confianza de sus superiores. Una vez terminado el trabajo, fue invitado a cenar con los demás, a Hugo le correspondió un bizcocho y un trozo de queso, en aquel momento no se lo comió si no que se lo llevó al catre donde se dispondría a descansar.

El cansancio se hacía notar, sin terminar de cenar se quedó dormido junto a un gran grupo de trabajadores. Había estado todo el día trabajando y cuando llegaba la noche su cuerpo apenas resistía. Al poco rato dos hombres salieron del almacén con una cantidad de oro en los bolsillos, le manifestaron a Policarpo su agrado de negociar con él y se fueron, Policarpo solo les sonrió sin decir una sola palabra. Hugo solo pudo ver un poco de la escena, pues el entre el cansancio y el sueño no resistía más.

Tiempo en calma

Durante algunos meses la situación se mantenía tal cual. Hugo continuaba con su trabajo, no había noticias de su familia y mientras hiciera lo mejor posible de su trabajo no tendría que sufrir más bromas pesadas. Por su lado, algo que noto diferente fue la inmensa preferencia y lujos que poseían los carreteros, aquellos que debía transportar lana desde Soria hasta Burgos. Estos gozaban de enormes privilegios, incluso cuando debería estar en la misma situación de los demás trabajadores.

Los carreteros de Soria y Burgos gozaban de ciertos privilegios, poseían muchas carretas y bueyes, no era muy agradable el paso de dicha caravana por los pueblos pues tomaban lo que les hacía falta con el consentimiento de los líderes de las aldeas, desde libre disposición del pasto y tala de árboles a fin de reparar sus carretas de ser necesario. Don Fernando contrataba 60 carretas y muchas personas para el traslado de la lana, entre ellos llevaban bueyes de más, vacas lecheras, terneros, burros y caballos para los mayorales.

Una vez en la carabaña Hugo iba sobre una de las carretas conversando con otro joven, se sentía cansado y adolorido, estiró sus piernas para sentir alivio. Uno de sus compañeros de nombre «Bruno» le preguntó que si él era hijo del dueño de toda esa lana, Hugo le confirmo que sí con cierta tristeza, Bruno molesto le reclamaba que si había tenido todo porque lo había despreciado, Hugo le explico ciertas cosas y allí cesaron las preguntas, demostrando que su vida no era tan perfecta como pensaban.

Al pasar un rato se detuvo la caravana pues se daño una rueda y debían repararla, descansaron, comieron carretero comida tradicional de las caravana, con tan solo unos meses fuera de su casa, añoraba las pláticas con Berenguela. Hugo sentía que la vida se le iba y que en el momento que viera a su amiga no se iría de su lado más nunca.

Despilfarro y robo VI

Dejando la historia de Hugo por unos momentos, comenzamos a ver a Berenguela en su casa, escuchando cómo unas voces podía oírse desde la biblioteca. Al acercarse un poco pudo notar que era la de su padre y un desconocido. Inmediatamente quedó paralizada pues pensó que aquella voz era la de Hugo, según ella creyó que por fin había regresado.

Al poco tiempo vio a su padre que  se acercaba a ella con Damián, este había solicitado autorización para visitarla. algo raro ya que ellos jamás fueron muy cercanos. En realidad Berenguela jamás sintió si quiera agrado hacia Damián, considerándolo un hombre déspota y muy fanfarrón. Mas sin embargo Don Sancho accedió que Damián visitara a Berenguela, pasearán juntos y así pudieran conocerse mejor, esto le desagrada a la chica pero debía hacerle caso a su padre.

De algún modo la familia de Berenguela y los Covarrubias trataban de unirse, y casar a Damián con Berenguela era la opción más obvia. Las visitas y los paseos se volvieron rutinarios, aunque las conversaciones eran incómodas y cortantes. Por su lado, Berenguela no tenía ninguna intención de casarse con Damián, mientras que el muchacho tampoco mostraba gran interés en ella, pero deseaba cumplir las expectativas de su padrastro.

Volviendo con Hugo, se puede observar como llegan a «Portugalete» la cual era una ciudad pequeña donde se descargaron los  lotes de lana. Hugo como los otros trabajadores debían bajar los 300 sacos de lanas, lo que les dejo la espalda con heridas a causa del roce de las duras telas. Allí entre conversas y trabajo, su ahora amigo Bruno le confirmaba que Policarpo estaba tomando lanas sin en el consentimiento de don Fernando y las colocaba en el área donde aguardaba un tal Sancho Ibáñez, para hacer negocios y obtener dinero extra.

Conocer más de la cuenta

Hugo sintió pena por su padre al confirmar que Policarpo lo traicionaba tan vilmente a pesar de la gran estima que su papá le profesaba. Sabía que aquel hombre no era de confiar, pero jamás lo pensó capaz de robar a alguien que lo consideraba su mejor amigo. He aquí la razón de las pérdidas producidas en los últimos años, incluso cuando su padre se había reventado la espalda trabajando como un burro para sacar el negocio adelante. Policarpo esa noche busco una buena posada y raramente se llevó a Hugo donde comieron y luego se dispusieron a descansar.

Cada uno en su cuarto, al rato  Hugo escucho voces, así que se pasó por el balcón de su habitación al balcón de Policarpo y logró oír algo de una conversación. pudo entender que Ibáñez intercambia con Policarpo las lanas de don Fernando, lanas de primera por otras de baja calidad, allí estaba reflejada la pérdida de don Fernando. Policarpo se encargaba de informar a los clientes la pésima calidad de lana que estaba vendiendo su patrón , así los clientes buscarían otro proveedor.

Su mayor sorpresa era que el padre de su mejor amiga «Don Sancho Ibáñez» formará parte de aquel complot. Sentía pena por su amiga, pero al mismo tiempo se enojo porque incluso él pensó que aquel humilde señor era una buena persona.

Al intentar bajarse del balcón Policarpo lo descubre, así que huye lo más rápido que puede de aquel lugar, hasta lograr encontrar un carro lleno de trigo y subirse. Policarpo molesto no podía creer que Hugo se había escapado a pesar de la cantidad de hombres que dispuso para encontrarlo, sabía que si Hugo hablaba con su patrón sería hombre preso o incluso podían ejecutarlo, así que tenía que matar al muchacho antes de que hablara.

Dentro de aquel carro de trigo mil pensamiento pasaron velozmente por su cabeza. Hugo estaba seguro que si Policardo podía encontrarlo lo mataría y le diría a su padre que huyó u ocurrió algún accidente desafortunado. Con todo lo sucedido anteriormente era seguro que su padre confiaría más en la palabra de Policardo que en la de él, así que no podía volver así nada más.

Llegada a Puerto Bermeo VII

Después de un largo trayecto, la carretilla se detuvo en Puerto Bermeo. El chico se sintió a salvo y descendió de la carreta, comenzó a caminar rápido, hasta llegar al puerto y ver las grandes y pequeñas embarcaciones amarradas allí. Mientras caminaba se topó con una procesión y preguntó a un hombre donde estaba, le informan que estaba en el puerto de Bermeo, la casa de los marines y lombrices de tierra.

Hugo sabia que tenia que  trabajar, pues en este mundo no existía nada gratis, solicitando empleo al marino. Lo manda a ir unas cuantas horas al barco de «Unai» y allí tendría su primer trabajo reponer anzuelos perdidos. Al culminar su trabajo fue con Unai a comer, no tardó mucho en que llegaran al lugar unos hombres buscándole, pues Policarpo no dejaba nada a la suerte. Unai le indico una salida secreta a Hugo para que escapara, corrió y se subió a un tejado tratando de esconderse de Policarpo y sus secuaces

Al pasar un rato decide bajarse, al lanzarse se lastimó un tobillo, cosa que le preocupo bastante ya que ahora no sería capaz de correr en caso de que lo encontrarán. Se movilizo lo más rápido que pudo intentando llegar a la embarcación de Unai, pero no era posible aun estaba muy lejos. Los hombres de Policarpo se estaban acercando, así que al ver una embarcación a punto de zarpar, decide saltar a ella y adherirse a una de las cuerdas.

Una vez arriba en la proa Hugo se escondió debajo de unas lonas, respiro calmado, pues había logrado escapar de Policarpo, pero qué destino tendría ahora, sentía que cada vez estaba más lejos de su casa. Arriba de un barco sin saber su destino, Hugo terminó cayendo dormido por tantas emociones en tan solo unos días.

A bordo de la Nao Santa Ana Ballenero Vasco

El capitán Obeko era el encargado de conducir la embarcación junto a una tripulación bien grande que realizaban diferentes trabajos. Entre la tripulación se encontraba el esclavo de Obeko , sorpresivamente descubrieron a Hugo y varios de los tripulantes lo encararon y preguntaban qué hacía allí, el muchacho estaba tan asustado que no decía nada. Varios de los tripulantes gritaban que echaran al polizón al agua, cuando vio que podía morir les explico que no sabía nadar, que subió al barco porque unos hombres querían matarlo.

Obeko no tenía ningún interés es desviar su ruta, Hugo les dijo que su padre podía pagarles el favor ya que era un eminente mercader, Obeko hizo caso omiso y lo lanzó al mar. Luego de un corto tiempo sin saber su destino, Hugo vio un hombre que le lanzaba una cuerda, después de tantos esfuerzos logró subir a la proa, Obeko molesto se dirigió a su maestre de proa (llamado Orti), diciéndole que desde ahora sería responsable de ese muchacho.

Por otro lado, el esclavo «Aserwan» tenía la encomienda de convertir en grumete y enseñar a Hugo en corto tiempo el arte de la pesca. El esclavo era sumiso, cosa que le pareció muy extraño a Hugo, mas sin embargo ambos permanecieron callados. No parecía haber forma de sacarle conversación, aunque era mejor así, pues según la apariencia de Azerwan no habría vivido buenas experiencias durante su vida.

Tierra a la vista

Ya habían pasado 20 dias y Hugo cada vez estaba más nostálgico y preocupado por su padre, el no poder avisarle el desfalco que aquellos viles hombres le están haciendo le destrozaba por dentro. Tal vez nunca fue muy unido con su padres luego de que este se volviera a casar, pero aún así le tenía gran aprecio. Jamás perdonaría a los hombres que le hicieran mal a su padre, Don Fernando se había esforzado demasiado como para que unos habilidosos intentarán destruir su negocio.

había escuchado que la travesía duraría 8 meses dependiendo la pesca, elevando aún más la preocupación. Como si fuera poco también tenía que pagarle la deuda al maestre Orti por salvarle la vida. También allí hace amistad con Azerwan un esclavo, el cual se inclinaba por contar grandes leyendas, desde las caravanas de sal a las cuales pertenecía su familia.

Pasado varios días de navegación y llegando a las frías aguas de Islandia, buscaban las grandes ballenas por lo cual debían atravesar un pésimo recorrido, olas fuertes que derribaban todo aquello que pudiera, Hugo pensó en el riesgo que padecían los marinos era enorme. A pesar de esto, poco a poco conseguía valor y fuerza, haciendo una pequeña amistad con la mayoría de marineros.

Rumbo a áfrica VIII

Ya habiendo pagado  su deuda con el capitán, Hugo y el esclavo pidieron su libertad. Con la intención que este los dejará en en las costas de África. En su viaje se hace amigo de un gerifalte una especie de halcón, de nombre «AYlal», este será su compañero de aciertos y desaciertos, su cómplice y hasta en ocasiones su salvador. Incluso en una ocasión un grupo de hombres intentaron asaltarlos, pero AYlal se abalanzó sobre estos y les araño hasta que Hugo pudiera correr.

Al pasar los días llegan a África donde junto a «Azerwan» inician un negocio bastante rentable y tentador de comercializar sal. Intentaron recrear las historias de Azerwan y sus ventas de sal, aunque no obtuvieron muy buenos resultados. La ganancia daba para vivir, pero no era nada parecido a la antigua vida que tenía Hugo Covarrubias.

Las Ventanas Del Cielo IX

Luego de algún tiempo viviendo de la venta de sal, Hugo termina descubriendo aquel arte que se volvería su nueva pasión. La cristalería, especialmente la vidrieras que podíamos encontrar en la iglesias simplemente le parecían fascinantes. Cada día Hugo se planteaba aprender como hacer este arte y así poder vivir de aquello que realmente le gustaba.

También podemos encontrar la vida de Damián, quien comenzó a adueñarse de todo los negocio de Don Fernando. Policarpo también continuaba con sus robos cada vez más descarado y su amiga Berenguela intentaba en la medida de lo posible evitar casarse con Damián. Mientras podemos observar a Hugo aprender el arte de la creación de ventanas, de modo que los colores pasen a través de ellas y podamos apreciar unas ventanas al cielo.

Al final Hugo tendrá que regresar para salvar el negocio de su padre, llegando como un hombre nuevo y un experto artesano al hablar de las ventanas. La lucha por el poder de Burgos está por comenzar y solo aquel con mejores contactos e influencia podrán mantenerse a flote.

¿Donde puedo terminar el libro?

La historia acaba de llegar a un punto de inflexión donde Hugo no tiene más opción que decidir si quedarse a vivir con su nuevo estilo de vida o viajar a Burgos a defender el negocio familiar. Aunque si deseas conocer más sobre el libro tendrás que adquirirlo!!!

Han salido varias versiones, aunque todas contienen la misma historia. Los principales distribuidores fueron algunas librerías de España, pero todas las demás personas podemos obtener el libro mediante diferentes plataformas por Internet. Las recomendaciones serían «Amazon Books» y «Planeta del Libro».

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