El libro Un mundo Sin fin, del autor Ken Follet

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Un mundo sin fin, es una obra de ficción escrita por el autor de origen galés Ken Follet. Está precedida por Los pilares de la tierra, del mismo autor y su escenario es el mismo para ambas, solo varían los tiempos. Es de carácter histórico, y menciona las relaciones de poder y las distinciones de clase. ¡Suena interesante, veamos que hay!

UN MUNDO SIN FIN

Biografía de Ken Follet, Un mundo sin fin

Es de ascendencia galesa y aparece como escritor. Hay muchas ventas en sus obras, y por supuesto ha sido ampliamente reconocido en las últimas dos décadas. Sus obras tienen un significado histórico. Se basan en novelas como Los pilares de la tierra». Sus libros han sido traducidos y vendidos en todo el planeta, alcanzando el primer puesto en ventas.

Nació y creció en Londres, el 5 de junio de 1949;en el seno de una familia  dedicada a la religión. Sus padres eran muy estrictos, no tenía permitido oír programas de radio ni tampoco ver la televisión. Se refugió en los libros que tenía su madre, ellos pronto serán sus mejores amigos. La lectura y los buenos hábitos lo condujeron al éxito, sin duda alguna.

Realizó estudios de filosofía, en la Universidad de Londres aunque después incursionó en el mundo del periodismo. Más tarde opto por dedicarse al arte de la comunicación. Al graduarse comenzó a trabajar en Gales y a su vez en Londres, en la casa editorial Everest Books y en el Evening News, que estaba en esa localidad.

En este periodo inició lo que sería su primera obra. El ojo de la aguja o la isla de las tormentas, misma que publicó en mil novecientos setenta y ocho, con este libro se da a conocer y llegan los reconocimientos de talla internacional. Tal acontecimiento lo motiva a tomar la decisión de dedicarse de lleno a la literatura.

Ken Follett se sentía atraído por la vida política también. En consecuencia a través de sus colaboraciones con el Partido Laborista, conoció  a Bárbara Broer, quien es actualmente su esposa. Realizo colaboraciones con la campaña y en gestiones del partido. Sin embargo, jamás dejó que la política le restara protagonismo a su trayectoria como escritor.

Los libros de Ken Follett no solo están compuestos de novelas históricas, porque de hecho, en general, sus libros están orientados a diferentes géneros, incluidas narraciones al estilo policial, libros llenos de conspiración, aventura y novela de suspenso. Podemos mencionar obras como “Las Alas del Águila”, “El Tercer Gemelo”  y “En el Blanco”.

UN MUNDO SIN FIN

Sin lugar a dudas, cabe señalar que en la mayoría de los libros de Ken Follett se vieron eclipsados ​​por el gran éxito de la novela de 1989 «Los pilares de la tierra», un éxito de ventas de la historia más notable y sus ventas se calculan en millones de libros.En 2007, publicó «Un mundo sin fin», que regresó con éxito a la cima de la lista de novelas muy exitosas a principios del siglo 21. Un año después, la Escuela Vasca de Arquitectura le otorgó el Premio Olaguibel.

La Trilogía actual, el ansiado «The Century», ha tratado de regresar a los primeros lugares de las obras con más ventas en casi todo el planeta, con un ambiente en la Primera Guerra Mundial y en la Revolución Rusa: «La caída de los gigantes ”, 2010; «Invierno en el mundo», 2012; y «El umbral de la eternidad», 2014.

Recibió el Premio de Lectura dos mil diez  por el libro «La caída del gigante». En dos mil diecisiete, publicó el trabajo más popular en la trilogía «Los pilares de la tierra».

Del preámbulo del autor

Es su novela más larga, pasó tres años en su creación. En el mes de febrero del año dos mil diecisiete, para la 10.ª publicación rememorativa de la novela, Follet explicó que luego de varios años le llegó la motivación para redactar la secuencia de Los pilares de la Tierra.

Redactaría sobre la peste negra, la epidemia más aniquiladora en la historia del mundo y como esta habría perjudicado a los pobladores de Kingsbridge. La plaga desataron cambios en las ideas de los médicos, quienes iniciaron y reemplazaron las prácticas supersticiosas por una acción más empírica y lógica, con bases en la medicina moderna.

En Los pilares de la Tierra la edificación de la catedral perjudicó a todas los grupos familiares fuertemente como ocurrió en esta con la peste. Emprendió un viaje hasta York con su esposa para ver las bases de su catedral y una tarde en que acudieron a oír la misa, mientras transcurría escucho una frase del coro: «como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.» Entonces le preguntó a su señora: Un mundo sin fin como epígrafe y ella le dijo que le agradaba.

Escenario y ambientación

La novela comprende un ciclo de duración, de al menos treinta y cuatro años del siglo XIV, entre mil trescientos veintisiete y mil trescientos sesenta y uno. Esto se ubica casi al término de la Edad Media. Está escenificada principalmente en la localidad de Kingsbridge ubicada en el suroeste de Inglaterra.

Expone la importancia que tenía la fabricación y mercadeo de la lana primero y posteriormente  del paño en el crecimiento de Europa y especialmente de Inglaterra.Mediante el establecimiento de gremios y ferias, la ciudad floreció en torno a estas actividades y desarrollo comercial. Además, también describe el sistema y la vida del sistema feudal,. La relación de poder entre la nobleza y el clero, y la relación de poder con los miembros del país.

Eduardo II, esposo de la reina Isabel de Francia, había muerto recientemente, y su único hijo de catorce años, Eduardo III, había sido coronado, por lo que Roger Mortimer asumió el cargo de regente. Mortimer era el amante de la reina madre. Tres años más tarde, Eduardo dirigió un golpe de estado contra el regente y comenzó a reinar solo.

Detalla la invasión de Francia por parte de Eduardo III en mil trescientos cuarenta y ocho, la gran victoria de Crécy y el comportamiento brutal de sus tropas. Se les ordenó destruir todo en el camino, asesinando a hombres, mujeres y niños. La peste negra se extendió entre mil trescientos cuarenta y siete y mil trescientos cincuenta y uno.

Cuenta cómo la peste negra llegó a Europa, llegando primero a Florencia, Italia, en mil trescientos cuarenta y siete, y luego llegando a Kingsbridge desde Melcombe el primero de noviembre de mil trescientos cuarenta y ocho. En ese momento, en Florencia  habían unos setenta mil pobladores y Kingsbridge, una de las ciudades monumentales de Inglaterra, unos siete mil.

Como en otras partes de Europa, la peste mató al menos a una tercera parte de la población en las dos ciudades, y en mil trescientos cincuenta comenzó a disminuir. Después de años de la vorágine y millares de decesos, la vida urbana ha florecido una vez más porque los agricultores han venido a ciudades que desean aumentar sus ganancias. En ocasiones surgieron nuevos brotes, pero ninguno ha sido tan devastador como el primero, ni tiene tantas consecuencias.

Argumento

Kingsbridge, fue una vez más un lugar ideal para Ken Follet, quien recreó la secuela de The Pillar of the Earth. En esta obra literaria, el santuario gótico que una vez construyó Jack (la figura principal de su historia anterior) aún permanece. El rencor, el sinsabor, los celos y las emociones encontradas son parte de esta gran novela. Bien podría observarse en la serie un mundo sin fin.

Primera parte. Comprendida desde 1 de noviembre de 1327

El Hospital Kingsbridge Priory estaba lleno de personas que esperaban el Día de Todos los Santos, un día festivo. Cientos de personas habían venido a Kingsbridge, incluida la familia de Gwenda, de ocho años, que estaba preocupada por lo que tenía que hacer durante la misa para sostener  a su familia .

También se hallaba  la familia de Sir Gerald, junto a sus hijos Merthin y Ralph, que pagarían su deuda con el Priorato por lo que tenía en un bolsillo con todo su dinero. Durante la feria, Gwenda robó el bolso de Sir Gerald, quien solo se dio cuenta de esto después del final de la eucaristía.

Merthin había confeccionado una ojiva, y en compañía de Ralph se encaminó hacia donde se encontraba el alguacilillo para que los  hombres hicieran pruebas de tiro luego de la eucaristía. Todo sería de acuerdo a las órdenes del rey. Estando allí pudieron conocer a Caris, que observaba la lucha.

A los chicos no les tenía permitido participar pues eran menores de edad. Entonces Caris los invito a ir con ella a la arboleda. En el boscaje podrían usar el arco. Se fueron Caris, más los dos hermanos y en el camino se sumó Gwenda. Ralph y Merhin hicieron las prácticas que terminaron siendo un revés.

Esto sucedió porque pues no poseía el vigor suficiente para templar la ojiva. No obstante así Ralph que mostró tener una dote natural para tirar las flechas. Se hallaban en eso justo cuando apareció un hombre que corría porque estaba siendo amenazado, por un par de individuos. A su vez, los niños se ocultaron en la maleza.

El hombre que estaba siendo perseguido, se trataba de un caballero, Thomás de Langley, quien agotado se rindió cedió su espada. Los rastreadores eran hombres de armas al servicio de la reina. Le arrebataron  un documento envuelto y con lacrado. Gwenda dejó salir un gritito porque estaba siendo perseguida por uno de los individuos al que Ralph le lanzó una flecha matándolo.

Acto seguido los dos se echaron a correr hacia el sendero. Thomas extrajo un cuchillo diminuto con el que decapitó al otro hombre quien momentos antes le había herido el brazo izquierdo. Merthin, que no había emprendido la huida, le brindó ayuda al caballero haciéndole una atadura en el brazo.

Entonces escondieron los cadáveres y por último  abrió un hoyo  donde Thomas sepultó el rollo de papel preservado por un saco de guata. Thomas le confesó que el manuscrito, era una carta dirigida al conde de Shiring con una confidencia horrible secreto tan horrible que creía que quien lo tuviera sería exterminado apenas llevara dicho mensaje.

En ese mismo sentido le por eso le hizo prometer que velaría el secreto y que sólo acudiría a ese sitio cuando Thomas falleciera y él le llevaría la carta a un mosén. Los demás niños no supieron de esto, pues se habían ido huyendo. A posteriori los cuatro hicieron una promesa de no revelar jamás lo acontecido en la espesura.

El conde de Shiring sentenció que ante la falta de pagos por parte de Sir Gerald, el priorato se adjudicaria todas sus tierras y la familia pasaría a vivir de una pensión que iba a ser otorgada por  la abadía, tendrían un refugio y alimentos dos veces por día para el resto de sus vidas. Además mandó que Ralph en dos años siguientes debía presentarse ante él como paje y con el el transcurrir del tiempo tenia posibilidades de ser un caballero. Merthin se convertiría en ebanista.

Caris invitó a Gwenda a su casa, esta era una ostentosa casona. Primero la llevó a conocer a su madre que se hallaba en cama, convaleciente, febril  y con dificultad para respirar. Más tarde  la llevó a ver las crias, le enseñó el suyo, una hembra que  llamó  Trizas y le obsequió un crío al que esta le colocó por nombre Tranco.

Llegó el propietario de la casa, Edmund, saludó a Caris y a Gwenda; traía  un obsequio a su esposa, una delicada capa de lana roja italiana. Entonces llegó la tía Petranilla, hermana de Edmund y del prior Anthony. De inmediato les relató a las niñas que eran herederos de Tom Builder, el maestro de obra y  constructor de la basílica de Kingsbridge.

Se llamaba Petranilla en honor de la santa hija de san Pedro. El abuelo Wooler había prometido dar su primer hijo a Dios, pero el primero fue una niña, el segundo en nacer fue varón pero vino con anomalías, lo dedicó al comercio de la guata  y al tercero, Anthony, entró al convento y ahora era el abad.

Petranilla fue a ver a Rose y en ese instante apareció Alice, la hija mayor. Al llegar saludó a Gwenda y se disgustó al saber que Caris le había concedido un cachorro a Gwenda sin preguntarle primero a  ella.

Edmund extendió la invitación a Gwenda para comer. La criada Elaine, le comunicó a Edmund que su esposa había empeorado y Petranilla sugirió que debían llamar a la hermana Cecilia. Momentos después llegó Cecilia la religiosa en compañía  de la hermana Juliana. Entonces mandó a llamar al hermano Joseph, el médico más viejo de la abadía.

El viejo médico, Joseph llegó acompañado por Saúl Whitehead su joven auxiliar. Cecilia y Juliana bajaron para no incomodar y se unieron a los demás. Cecilia propuso  que Caris ingresara a su institución, Edmund le contó que su señora le había estado enseñando a leer y a hacer cálculos, y que le colaboraba en la tienda.

Perranilla habló y dijo que los libros no les dejaban ninguna enseñanza, y que ellas estaban destinadas a matrimoniarse con los hijos de los comerciante. La madre Cecilia interrogó a Carris para saber qué quería ser cuando creciera. Ella respondió que se convertiría en doctora. Su papá y Cecilia argumentaron que solo los hombres pueden llegar a ser médicos.

La hermana Cecilia explicó que las monjas siguieron las directrices de los hombres (monjes) que sí estudiaron. Caris respondió, y preguntó por qué las mujeres no podían  instruirse y aprender igual, son la voluntad de Dios, alegó Cecilia. Rose falleció esa noche. Anthony y Cecilia se reunían para comer juntos una por mes.

La abadía y el santuario eran entidades separadas responsables ante el obispo de Kingsbridge. Compartieron la catedral y otros edificios, como el hospital, donde los monjes practicaban como médicos y las monjas le brindaban cuidados a los enfermos. Tuvieron que pagar el costo de estas estructuras y sus actividades por igual.

Esta vez, Anthony regresaba del funeral del rey Eduardo II de Gloucester. Godwyn, que supervisa el almuerzo, aprovechó esta oportunidad para expresar su deseo de recibir una beca para estudiar medicina en la Universidad de Oxford. El monasterio mantenía una universidad importante en la ciudad, Kingsbridge College, donde ocho monjes vivían en oración durante sus estudios.

Anthony contestó que no poseía dinero en ese momento, al igual que la hermana Cecilia. Mientras Anthony y Cecilia, discutían la condición política de Eduardo III y Roger Mortimer sus asesor, aliado de Roland el conde de Shiring, el  hermano Sauer Whitehead se presentó y les dijo que un caballero gravemente herido había llegado al hospital y que había contrariedades en el tratamiento.

Anthony y Cecilia acudieron al hospital. Entonces Anthony reconoció al gentilhombre herido, se trataba de Sir Thomas de Langley, uno de los hombres del conde  Monmouth. Saúl les contó que lo habían robado en el camino pero que había repelido a los atacantes. Tenía una herida abierta desde el codo hasta la muñeca de su brazo izquierdo.

El hermano Joseph recomendó dejarlo abierto y tratarlo con una pomada para que se derrame, erradicando así el mal humor. El propio Thomas convocó a Matthew Barber para él, porque tenía una vasta experiencia en el terreno de lucha, sugirió limpiar la herida, coser y vendar. Matthew estudió en el libro «The Great Islam Physician» «Avicenna Classics».

Cuando llegó Richard de Shiring, Thomas susurró y le dijo al prior Anthony que Thomas quería desarrollar un hábito en el monasterio. Anthony decidió obedecer el tratamiento dirigido por el hermano Joseph. Godwin le dijo a su madre que no obtendría una beca para estudiar en la Universidad de Oxford, y ella respondió que iría porque pagaría los derechos de matrícula.

A pesar del juramento, Gwenda le contó a su padre lo acontecido en el bosque. Joby le solicitó que lo llevara al lugar donde ocurrió el incidente. Encontraron dos cuerpos, y Joby recolectó dinero, tomó una espada, les retiró las vestiduras y felizmente regresó a la aldea. Vendió todo al comerciante y convido a Gwenda a una cantina.

Segunda parte . Comprendida del 8 al 14 de junio de 1337

Han pasado 10 años. Pentecostés: se conmemora la venida del Espíritu Santo a los discípulos de Jesús. Fue el séptimo domingo después de Pascua que coincidió con el primer día de la feria de lana. Merthin era un aprendiz no remunerado y vivía en la casa de su maestro Elfric Builder.

Cuando tenía oportunidad forjaba los ingeniosos juguetes que vendió para obtener algunas monedas, y completar su aprendizaje que iba a acabar en otros seis meses, tendría veintiún años y sería parte de la asociación de ebanistas. Ese día, decenas de miles de feligreses asistieron a la misa y los asientos de la iglesia estaban llenos.

Merthin conoció a Caris y se amaron. En la casa de Caris, fue recibido por el anfitrión. Caris lo condujo al frente, y luego se detuvieron al lado de Buonaventura Caroli, Buonaventura Caroli es el empresario italiano más importante que estaba hospedado en la casa de Caris.

Caroli les dijo que estaba considerando las características arquitectónicas de la catedral y se sorprendió por la explicación dada por Mersin sobre la construcción de la catedral, y explicó que era del libro de la Escuela Intermedia Timothy y estaba en la biblioteca del convento.

Llegó una crónica que describe la construcción de la catedral, la mayor parte de la cual tuvo lugar durante el período del gran Felipe. Elfric se unió a ellos, luego se detuvieron las negociaciones y comenzó la multitud. Carlus el ciego fue el último monje en ubicarse en un coro y entonó himnos con una voz fuerte.

Luego, casi no se escuchó ningún sonido, los pies temblaron, el coro perdió el ritmo y se abrió una grieta en la pared al lado del pilar. El colapso de los dos pilares y la bóveda sucedió. No hubo muerte, lo que se atribuyó a la protección de San Adolf, cuyo hueso estaba debajo del altar mayor. Cuatro hombres revisaron el daño. El hermano Godwin es el monaguillo responsable de la basílica y sus riquezas.

Thomas es responsable de reparar el matricularius del convento. Elfric, el carpintero y el constructor firmaron un contrato de reparación para la catedral, la cuarta persona es Merthin, quien es el asistente de Elfric. Elfric atribuyó el accidente a la falta de consistencia de los morteros en la bóveda, Merthin no estuvo de acuerdo, pero permaneció en silencio.

Merthin odia a Elfric. El padre de Elfric, Joachim,  vivía cuando el era solo un aprendiz. Fue un constructor experimentado y trabajó en iglesias en Londres y París. Joachim estuvo dispuesto a enseñarle a Merthin su conocimiento de albañilería, la fórmula aritmética de la construcción de proporciones, el conocimiento para él era llamado «misterio» en su profesión, a Merthin le gustan los números y aprende y aguardo todos los conocimientos que Joaquín le enseñó.

Después del fallecimiento de su padre, Elfric tomó su lugar y todo en Merthin tuvo un cambio, porque asume que el alumno debería aprender pero a obedecer. El castigo comenzó. Elfric se convirtió en viudo hace tres años y se casó con la hermana de Caris, Alice, y su vida se deterioró cuando Merthin lo consideró un obrero. Merthin soportó todo, con la esperanza de conseguir un certificado de carpintero.

Las asociación menestral  imposibilitaba el ingreso de que cualquiera. Nadie podía comerciar en una ciudad sin pertenecer a una asociación gremial. Fuera de la ciudad sí. Al final del ciclo de aprendizaje, se graduaron como oficiales. La mayoría de las ciudades principales fueron administradas por un gremio de comerciantes, ciudadanos importantes que agrupan hermandades como alarife, ebanistas, tramadores, tejedores y más.

También existían organizaciones benéficas religiosas que recolectaban  fondos para los hábitos de vida de los sacerdotes, las decoraciones sagradas y el mantenimiento de huérfanos y mujeres solas. Las ciudades de la catedral eran distintas, pertenecían al monasterio, son los dueños de casi toda la tierra, y los trascendentales no pueden establecer gremios mercantiles, pero en Kingsbridge, el más importante de la ciudad es el gremio de San Adolfo.

La Hermandad, que originalmente recaudó fondos para la catedral, pero ahora lo más importante es que establece reglas para el desarrollo de actividades comerciales.En la primera noche de la Feria de la Lana, la Hermandad de San Adolfo celebró un banquete organizado por Edmund Wooler, el administrador del gremio y su hija Caris.

Al día siguiente, Buonaventura Caroli almorzó con Edmund, Petranilla y Caris y les informó que el negocio de la lana se estaba debilitando y que el nuevo impuesto oficial lo hacía cada vez menos rentable. El año que viene participará en la Feria Shiring Fleece. El principal problema en la Kingsbridge Expo es el acceso, porque las malas condiciones del puente.

Edmund le pidió que pospusiera la decisión y se comunicará con su hermano Prior Anthony para reparar el puente y conocer los problemas fiscales que pronto abolirá. Durante la conversación, Petranilla le dijo a Buonaventura que estuvo comprometida con su sobrino y que se casó con el Conde Charing cuando tenía 15 años.

El conde y su hijo fallecieron en Escocia en la batalla de Loudon Hill y Roland, su prometido, se convirtió sucesivamente en el conde de Shiring y rompió su compromiso con ella. En la noche de la Fiesta de la Hermandad de San Alfonso, Merthin estaba solo con Griselda en la casa de Elfric. Griselda siempre lo había tratado como un sirviente y nunca había sido seducido.

En la noche de la Fiesta de la Hermandad de San Alfonso, Merthin estaba solo con Griselda en la casa de Elfric. Griselda siempre lo había tratado como un sirviente y nunca había sido insinuado. Merthin quiso saber de su prometido y preguntó por el, entonces ella dijo que rompió el compromiso porque él era muy chico para ella.

Griselda le dijo que su padre le daba malos tratos  porque él tenia mas conocimientos. luego se acercó a él y comenzó a manosearlo. Merthin al principio no sabía qué pensar ni como reaccionar pero finalmente se durmió con ella, ella era la segunda mujer con quien se iba a la cama. La primera fue  Kate Brown un año atrás , pero su padre murió y la familia se trasladó a vivir a Portsmouth.

Después del almuerzo, Edmund le pidió a Caris que trajera a Merthin para que los guiara a ir donde estaba el prior, su hermano. Caris lo buscó en la casa de Elfric y finalmente lo encontró en la catedral. Caris tenía la costumbre de expresar sus ideas en voz alta. La gente decía que conversaba con espíritus malos por lo que ella  trató de evitarlo.

Merthin y Caris fueron al puente, y tomó un centavo hacer cola para ingresar a la ciudad, que estaba llena de personas y vehículos. Merthin comprobó: grietas, tablas sueltas. Edmund y Anthony llegaron allí. Merthin explicó que la solución consistiría  en construir un nuevo puente que sea más amplio y más extenso.

Anthony les dijo que no contaba con moneda para respaldar esa construcción. Edmund confrontó a Anthony de que siempre había vivido como un aprovechado detrás de los pobres jornaleros, desde que era un niño había evitado trabajar. Caris se entrometió con la sugerencia de que podrían conseguir que los habitantes de la ciudad lo pagaran y a cambio, no pagarían una tarifa. Anthony se marchó.

El conde de Shiring llegó a Kingsbridge con sus dos hijos el martes. El puente había sido previamente desocupado para permitir el paso. El conde había servido bajo el gobierno de Isabel y ahora su hijo Eduardo III. Ralph, el escudero del conde, estaba en procesión. Llegaron a la casa del abad Anthony. Su hijo más pequeño, Richard era el prelado de Kingsbridge y, por lo tanto, la catedral era su templo.

Ralph fue a visitar a su familia que vivía junto al río. Los encontró viejos. Les dijo que estaba a punto de librar una guerra contra Francia, y esperaba tener la oportunidad de convertirse en caballero. El rey francés Felipe se hizo cargo de Gascuña. El conde llegó a Kingsbridge para recaudar fondos para la guerra, que se trataba de un crédito por parte de  de los comerciante de lana.

Sus padres le dijeron que su hermano Merthin se enamoró de Caris, y cuando él tuviera completo el aprendizaje, se casarían. Ralph se despidió de sus padres y se fue a buscar a Merthin. LLegó a la abadía y caminó por la feria. Allí se encontró con Philippa, a ellos se sumó Merthin.

Ralp y Merthin se marcharon y se detuvieron en un quiosco en el que un religioso vendía queso, y más adelante en otro donde una chica preciosa vendía huevos. El papa de la chica Perkins de Wigley la llamó pero esta hizo caso omiso a su llamado y continuo flirteando con Ralph.

Ralph la hizo una invitación para dar un paseo pero Annet se lo rechazó y en ese preciso momento llegó Wulfric de Wigley un joven muy bien parecido de unos dieciséis años que se aproximó al grupo y saludó a Annet diciéndole que le daría ayuda para vender los huevos.

Ralph le pidió  que se fuera, no se preocupe por ellos, Wulfric respondió que él era el novio de Annette con el que estaba a punto de casarse. Perkins se adelantó para confirmar las palabras del joven. Ralph estaba furioso, entonces manoseó los senos de Annette, y Wulfric lo empujó con fuerza y ​​lo tiró al suelo. Ralph se puso de pie e intentó golpear a Wulfric con sus puños. Así que se apretaron cuerpo a cuerpo,causando que Ralph se rompiera la nariz. La cara de Wulfric estaba cubierta de sangre acabó en el suelo pisoteado.

Merthin intentó mediar y, por suerte, en ese momento John Constable, el sheriff de la ciudad, llegó y paró la pelea. El padre y el hermano de Wulfric llegaron y lo ayudaron a levantarse. Lady Philippa hablo diciendo que fue culpa de Ralph por haber toqueteado a la chica. Por último, el alguacil penaliza a Wulfric y con veinticuatro horas en la prisión y la gente se dispersó.

Godwyn leyó el libro de Timoteo y quiso volver a la época en que había una separación efectiva entre monjes y mujeres, y decidió plantear el tema durante el capítulo, la reunión diaria de todos los monjes. En el momento del capítulo, Lord William de Caster entró en el templo.

Se encaminó a Thomas que se desempeñaba como matricularse y tuvieron una conversación muy acalorada de la cual nadie tuvo conocimiento de qué se trataba. Godwyn recordó que había tenido una plática como esa en ese mismo lugar con Richard diez años antes y había culminado con el ingreso de Thomas al monasterio.

En aquella oportunidad Richard había ofrecido una donación a cambio, pero nunca más se había hablado de ello. Godwyn se puso a pensar que no sabían mucho de Thomas, ¿donde reside? ¿ a quién sirve? ¿estaba casado? ¿tiene hijos? Cuando finalizó el servicio apareció en el templo Petranilla, como siempre le ocurría a Godwyn cuando veía a su madre, tenía una mezcla de emociones encontradas.

Vino por el puente y los italianos que planeaban llevar la feria a Shiring. Anthony se negó y ella le dijo que expusiera el capítulo y se plantará como el líder de los reformadores en favor de un nuevo puente. Filemón entró en búsqueda de Godwyn, Petranilla se despidió y dijo que era el patriarca Richard.

Filemón le dijo a Godwyn que el obispo Richard se encontraba en una de las habitaciones privadas del hospital con su prima Margery, la sobrina de Roland, sus padres murieron dejando en orfandad y desamparada, y ahora está bajo su cuidado. Este último había arreglado que contrajera matrimonio con el hijo del conde de Monmouth, una estrategia política muy provechosa para Rolando, ya que sería el aristócrata más influyente del suroeste de Inglaterra.

Filemón le enseñó a Godwyn la mirilla a través de la cual espió a los invitados que en ese momento ocupaban esa habitación. Richard y Margery se acostaron juntos e hicieron el amor. Godwin decidió no informar el pecado del obispo, sino encubrir al culpable y hacerle saber a Richard que había visto estos pecados para usarlo en el futuro.

Godwyn fue al comedor de los monjes donde se encontraba Theodoric y le contó sobre la separación de los hombres de las mujeres en el monasterio, pero para esto deberían carear al hermano Anthony durante la junta que expone la idea como si le pertenece a Theodoric.

En el figón  Godwyn se consiguió con fray Murdo. Los frailes eran religiosos que vivían entre la gente en lugar de conventos, no poseían  bienes, suplicaban por techo y alimentos. Su prédica la llevaban a cabo en las plazas y puertas de las cantinas, en ese momento comenzaba una oración a viva voz.

Luego llegó la asamblea y Godwyn leyó la cuartilla  del Libro de Timothy referente a la separación de los frailes  y las monjas y expuso la pregunta que si hoy habían aflojado las reglas originales de separación de los hombres de las mujeres en el monasterio. Carlus el Ciego, el abad, respondió que a veces era fundamental que estuvieran juntos.

Varios monjes opinaron a favor y en contra de la idea hasta que participó el monje Simeón, el depositario quien dijo que no podían subsistir sin las hermanas porque ellos no tenían suficiente dinero y las hermanas sí. La razón obedecía a que ellas recibían donativos de algunas mujeres con posición religiosa y que distribuyen mejor el dinero.

Y así terminó la cuestión. Godwyn se encaminó a visitar a su madre y le comentó todo lo sucedido. Ella dio su aprobación en cuanto a lo hecho, pues ahora era el dirigente de los jóvenes reformistas, el secreto de Richard y Margery algún día sería de gran utilidad y sobre Philemon era muy conveniente con el paso del tiempo sería una ayuda incalculable.

Tercera parte. Comprendida de junio a diciembre de 1337

La hermana Cecilia y su ayudante la madre Juliana, a quien llamaban por cariño Julie la damisela, alcanzaban para atender a todas las personas que habían resultado heridas en el puente. Tampoco podían girar instrucciones y hacerse cargo de la catedral que ahora era un hospital improvisado.

Allí también se encontraban Mattie Wise, Matthew Barber, el hermano Joseph y Caris.  Ella es quien tenía recuerdos de cómo la madre Cecilia cuando falleció su mama, al igual que en ese momento generaba paz y luz. Lo que se transformaba en armonía. Caris y un reducido grupo inagotable continuaron ayudando hasta altas horas de la noche cuando ya no se podía hacer más.

Entonces no podían seguir, ya habían atendido un aproximado de 400 heridos y los muertos superaban los 100. Caris se dirigió rumbo su casa donde encontró a su papá y a Petranilla sollozando y sufriendo por la muerte de Anthony, su  hermano . Al día siguiente continuó prestando ayuda en la basílica.

Se mantenía cooperando en la iglesia y el transporte de los lisiados al hospital, entre esos se encontraba el mismísimo conde Roland. Se encaminó al río donde se encontraban  Merthin, Elfric y Thomas que hacían labores para poder retirar los escombros con la colaboración de personas voluntarias.

En un momento de pausa se estuvo a solas con Merthin y charlaron del problema de este con Griselda, no podría contraer matrimonio con ella de acuerdo con Caris. No obstante él le contestó que aun a pesar de amarla únicamente a ella su decisión era casarse con con Griselda puesto que  no podía evadir  su responsabilidad.

En los días días próximos se suscitaron varios conflictos entre los habitantes y se vieron robos de animales, por celos y por lo mas trágico, el mal estado de las estructuras de acceso fluvial, que quedó abierto para que los navíos entrar y salir de la localidad, con destino a Melcombe.

Merthin elaboró una maderada con la finalidad de para transportar a las personas de un lado al otro del río. Todo lo hizo pensando en que sería útil para trasladar los animales. A través de un práctico  y sutil artilugio desarrollado por él la misma se convirtió en una éxito total, además le detallo a Edmund que el puente que se construyera debía ser de material fuerte por ejemplo: Piedras, no podía ser de madera.

Cuarta parte- Comprendida de junio de 1338 a mayo de 1339

La feria de lana de 1338 fue un revés para Kingsbridge y especialmente para Edmund Wooler. El flujo del río fue demasiado lento. Edmund, Caris y Guillaume, un comprador de lana de Londres, vieron las obras en el puente. Merthin, ahora de veintiún años, era calificado como maestro de albañilería calificado. Caris le informó que la construcción del puente debería pararse ya que su padre no tenía capital.

Gwenda tiene ocho meses de embarazo y ahora está casada con Wulfric, dichosa. Cuando ella y Caris pasaron por el puesto del mercado, Caris notó que los comerciantes que vendían telas marrones funcionaban sin problemas, a diferencia de los suéteres de lana. Caris cree que tal vez si hilara lana, podría venderla como tela y teñirla en diferentes colores. La tela marrón es el color natural de la lana y es el color que todos usan para hacer ropa en casa.

Con eso en mente, Ralph apareció camino a la estación de Perkins. Gwenda, que estaba allí, de repente dejó escapar un fuerte grito de dolor. Caris le pidió a Wulfric que fueran donde la hermana Julie. Gwenda estaba en el trabajo. Julie the Elder la cuidó y recibió al niño, pero Gwenda continuó sangrando. Caris buscó a Mattie Wise y ella le salvó la vida. Llamaron al niño Sammy. Sam como el padre de Wulfric.

Godwyn había sido prior durante un año y había realizado algunos cambios, fundamentalmente en cuanto a separar a los frailes de las hermanas. Ahora quería una nueva casa para el monasterio, pero no contaba con recursos para ello, y la hermana Cecilia, aunque pensó que era correcto, le dijo que se lo recordara luego de tres años más porque sus fondos  eran actualmente para otro trabajo. . Philemón era un novato y había ganado mucha confianza.

Entonce hizo la sugerencia de enviar a los inspectores a revisar si lo que decían los aldeano, que no podían pagar los impuestos y el arriendo era verdad. Godwyn lo nombró  a él para que realizara la inspección. Philemon le dijo que, anteriormente, cuando la abadía construyó molturadores, lagunas  para los peces y madrigueras para conejos, la ley indicaba que los pobladores debían pagar por usar las instalaciones del priorato.

Mas luego la ley cambió y dejaron que las personas tuvieran sus propias instalaciones pero debían pagar una penalización. Esta cláusula se había dejado de aplicar mientras Anthony estuvo frente al priorato pero que era posible establecerla una vez más. Entonces le tomó la palabra y lo anunció en la eucaristía del siguiente domingo, como designios de Dios.

Quinta parte. Comprendida de marzo de 1346 a diciembre de 1348

Caris ha servido durante siete años y es responsable del hospital. Peregrino, Gilbert de Hereford llegó y le brindó techo. Caris cuestionó la efectividad de los monjes médicos, tres ungüentos que contenían grasa de pollo y tres remedios elaborados con heces de cabra que a veces contaminaban las heridas, pero contaban con la aprobación de Hipócrates y Galeno.

Sin embargo viendo eso, ella cree en la observación, el sentido común y la medicina herbal. Tiene una pequeña libreta que registra la  historia médica de cada paciente gravemente enfermo: la fecha, el nombre del paciente, los síntomas, el tratamiento utilizado y los resultados.

En la feria anual de la lana, Buonaventura Caroli comunica noticias a Caris de Merthin. Ahora es el arquitecto más poderoso de Florencia. Se casó con una joven llamada Silvia. Es la hija menor de una de las personas más influyentes de Florencia, Alessandro Christie (Alessandro). Christi), es un vendedor de especias orientales y posee varias embarcaciones. Llevan dos años casados ​​y una hija, Lola.

Cuando oyeron el ruido de la biblioteca, Caris estaba charlando con Mair, el peregrino hurto las prendas de oro y plata que guardaban allí. Despertaron a los frailes y lo atraparon. El tribunal de la iglesia lo encontró culpable y lo sentenció: desollar en vida, incluso arrancar la piel cuando estaba sobrio y morir desangrado.

Cuando llegó el día del desollamiento Godwyn y la hermana Cecilia establecieron hacer  una nueva bóveda en la que iban a resguardar las riquezas; y los gastos los debe cubrir ambas partes. La condición se basaba en que le convento continuaba escaso de dinero, y a pesar de las normas establecidas y los pobladores se las habían arreglado para evadir el pago de tarifa.

Petranilla  le dijo a Godwyn que debía procurar una casa mejor, pues a partir de ello las posibilidades de ser considerado para un nombramiento en un cargo relevante eran mas altas.Estaban  y Natalie. Petranilla se marchó. Cecilia le comunicó que el monasterio convento había recibido un donativo de 150 libras contenido en monedas de oro.

La donante era una mujer de Thornbury y asumieron que fue en agradecimiento, hacia ellas porque  la habían cuidado cuando estaba enferma e iba de regresó de Londres. El dilema  era dónde guardarlo. Godwyn sugirió que inviertan parte de la donación en la construcción de la nueva bóveda. Elfric paso un presupuesto y lo edificó.

A Caris no le gustaba compartir el tesoro con los monjes, pero después de varias inspecciones, tuvo que aceptarlos. Godwyn tomó cincuenta ducados del tesoro y se los dio a Elfric para comenzar a construir un palacio para el prior. No fue un robo, sino un préstamo, las monjas tuvieron que aceptarlo cuando lo descubrieron.

Sexta parte. Comprendida de enero de 1349 a enero de 1351

Godwin tomó todas las reliquias, incluidos los huesos de San Adolfo, todas las de valor entonces  el obispo Henry, el arzobispo Lloyd, Elizabeth y Caris registraron la habitación del monje y no encontraron nada. Henri continuó aprobando la prioridad de elegir a Caris como parte del monasterio. Las monjas no podían decir misa, pero podían declararse culpables. Caris le pidió que abriera un tribunal de la iglesia para revisar su juicio por brujería para probar su  inocencia. El archidiácono Lloyd apoyó la solicitud y Henri aceptó la solicitud.

Ninguna persona en Kingsbridge tenía idea de adonde habían huido Godwyn y los frailes. Caris le solicitó a Elfric que reuniera a la hermandad gremial pues el sacerdote quería hablarles. Antes de la reunión, fue a Henri y le contó lo que había visto en la ciudad: una niña de trece años que se trabajaba con su cuerpo, dos ciudadanos respetuosos de la ley que luchaban por la propiedad de un difunto, otro hombre ebrio que estaba afuera tirado en el suelo a pleno mediodía.

La calle se tenía que ordenar. Henry decidió entonces nombrar su prioridad interina en Kingsbridge. Lo hizo por escrito, diciendo que sería su representante y maestro de la Hermandad en todos los asuntos, a excepción de  aquellos que estaban reservados solo para sacerdotes recibidos. Caris les dijo que había tres preguntas urgentes y, junto con una lista de lo que había visto en la ciudad, les indicó cómo solucionar. Godwin llevó al monje a la Iglesia de San Juan en el bosque e informó a la rama de Thor Whitehead con anticipación.

Que la plaga había llegado a Kingsbridge y que muchas personas fueron asesinadas y él la dejó para asegurar la supervivencia de los frailes. Le mostró el tesoro que traía y lo escondió debajo del altar de la iglesia con cartón y dinero. La misma noche, ordenó que se cerraran todas las puertas de acceso que conducían al complejo, y nadie podía ir o venir. Al día siguiente, una persona lesionada cometió un acto ilegal y Godwin no los dejó entrar. Un monje estornuda.

Séptima parte. Comprendida de marzo a noviembre de 1361

Wulfric tenía cuarenta años y Gwenda cuarenta y dos, estaban en excelente forma. Sus hijos David, de veinte  años, se parecían a ella, y Sam, de veintidós años, era como su padre  Ralph. Ambos chicos le colaboraron a Wulfric a trabajar en su terreno. Sam se marchó  hacían un par de semanas sin decirles dónde. Buscaba ganar más. Estaba prohibido abandonar su poblado porque vulneran la ley, pero los jóvenes de todas partes lo rompieron y los hacendados lo aceptaron.

El matrimonio se trasladó  Northwood donde se encontraron con varios pobladores de Wigleigh. En el hostal  Gwenda se enteró por Harry Ploughman, quien se desempeñaba como  administrador de Outhenby, que Sam estaba trabajando con él pero se había puesto otro nombre. Se hallaba en Oldchurch, una de las aldeas más chicas de ese lugar. Era sumamente trabajador y  un poco fanfarrón y estaba hospedado en el hogar de una pareja de ancianos.

De regreso a Wigleigh, Gwenda le confió a Wulfric lo de Sam y que quería  ir a verlo sin que nadie se enterara. Al día siguiente se marchó y por la tarde llegó a Oldchurch donde estaba Sam, este los condujo hasta donde residía junto a  Liza y Rob cuando entonces llegó a buscarle  Jonno Reeve, el hijo del sheriff de Wigleigh. Sam empezó a correr pero Jonno lo alcanzó, lucharon. Jonno le golpeó en el rostro con las esposas, pero Sam lo asesinó con un badil de madera. Sam era ahora un criminal.

Personajes

En todas las historias están los personajes, que pueden ser reales o ficticios. Esto dependerá de las consideraciones del autor. En este caso son ficticios, enmarcados en un escenario histórico del medioevo. Son además de todo numerosos pues conforman un núcleo familiar y de actividades en si. A continuación le presentaremos los personajes en orden y contenidos por familias:

Familia de Joby

  • Joby de Wigleigh
  • Ethna
  • Philemon
  • Gwenda
  • Cathie
  • Joanie
  • Eric

Familia del conde Roland de Schiring

  • Roland
  • William
  • Philippa
  • Odila
  • David Caerleon
  • Margery
  • Matilda – Tilly
  • Edward Courthouse

Familia de William de Caster

  • William
  • Philippa
  • Roland
  • Richard
  • Odila

Familia de Samuel

  • Samuel
  • David
  • Wulfric

Familia de sir Gerald Fitzgerald

  • Sir Gerald
  • Lady Maud
  • Merthin
  • Ralph
  • Alan Fernhill
  • Vira
  • Martina
  • Arnaud
  • Emily

Familia Wooler

  • Abuelo Wooler
  • Petranilla
  • Edmund
  • Anthony
  • Godwyn
  • Tutty
  • Elaine

Familia de Edmund Wooler

  • Edmund
  • Rose
  • Alice
  • Caris

 

Familia Builder

  • Joachim Builder
  • Elfric
  • Esposa de Elfric
  • Griselda
  • Thurstan

Familia de Perking

  • Perking
  • Peg
  • Annet
  • Rob

Familia de Webber

  • Mark
  • Madge

Familia de Bell

  • Paul
  • Bessie
  • Sairy
  • Holly Bush

Familia de Wheeler

  • Ben
  • Bennie

Familia de Brewer

  • Dick
  • Danny
  • Bella

Familia Christi

  • Alessandro Christi
  • Gianni
  • Silvia
  • Lolla
  • Lena
  • María
  • Elizabetta

Familia de Constable

  • John Constable
  • Jessica
  • Mungo

Familia de Reeve

  • Nathan Reeve
  • Jonno Reeve.

Familias formadas durante el transcurso de la novela

A principios de la trama ya existían algunas familias. Sin embargo a medida que los personajes se desarrollaron y crecieron surgieron nuevas relaciones y romances entre ellos. Esto fue lo que dio paso a la conformación de nuevos núcleos familiares, que se expandieron pues dentro del relato sus vidas cambiaron. Incluso tuvieron hijos.

Familia de Elfric

  • Elfric
  • Alice
  • Griselda
  • Merthin Bastard

Familia de Wulfric

  • Wulfric
  • Gwenda
  • Samuel
  • David

Familia de Ralph

  • Ralph
  • Matilda – Tilly
  • Gerry
  • Philippa
  • Roland

Familia de Merthin

  • Merthin
  • Silvia
  • Lolla
  • Martina
  • Caris
  • Jake Riley

Familia del conde de Monmouth

  • David Caerleon
  • Odila

Familia de Howard

  • Billy Howard
  • Annet
  • Amabel

Familia de Mason

  • Harold Mason
  • Griselda
  • Merthin Bastard
  • Petranilla

Familia de Anselm

  • Anselm
  • Madge
  • Selma

Familia de David

  • David
  • Amabel

Clero: sacerdotes, monjes y novicios

Los sacerdotes y monjes eran parte importante en el desarrollo y desenlace de la historia, se presentaban como los representantes de la iglesia. Se instruían para prestar servicios médicos, vivían de la caridad del pueblo puesto que no tenía posesiones económicas, divagaban y esperaban por las donaciones para mantener la abadía.

  • Carlus el Ciego:
  • Thomas de Langley
  • Joseph
  • Saul Whitehead
  • Theodoric
  • Murdo
  • Simeon
  • Joffroi
  • Lloyd
  • Jerome
  • Gaspard
  • Wilbert Wheatfield
  • Henri de Mons
  • Claude
  • Austin
  • Sime

Clero de monjas, hermanas y novicias

Un grupo de índole religioso que jugaba un papel fundamental en la dirección y desarrollo de los valores y principios en la sociedad de Un mundo sin fin, estaban siempre dispuestas a prestar servicio a la comunidad. Trabajaban en compañía de los frailes prestando servicios y cuidados a los enfermos y heridos.

  • Cecilia
  • Juliana
  • Mair
  • Natalie
  • Elizabeth Clerk
  • Oonagh
  • Joan

Campesinos libres,  comerciantes, artesanos

Este grupo de personajes estaban conformados por mercaderes independientes, artesanos que ocupaban oficios como el de la carpinteria, la herreria y la agricultura. Que cabe destacar para ejercer un oficio debian tener capacitacion para poder comerciar y acceder a un gremio dentro de la ciudad.

  • Aaron Appletree
  • Matthew Barber
  • Mattie Wise
  • Megg Robbins
  • Huberts
  • Betty Baxter
  • Jake Chepstow
  • Jeremiah Builder
  • Peter Dyer
  • Rick Silvers
  • Rickie Silvers
  • Cristopher Blacksmith
  • Alfred Shorthouse.
  • Bill Watkin
  • Daniel
  • Lennie Fiddler
  • Will Bailiff
  • Harry Ploughman
  • Andrew
  • Carl Shaftesbury
  • Silas Pothecary
  • Marla Wisdom
  • Bernard.

Otros personajes

Los personajes se presentan como principales, secundarios, terciarios o de relleno. En este caso serían personajes que surgieron durante el transcurso de la historia, pero no dejan de ser importantes puesto que cada uno juega un papel fundamental de enlace con otros que también se encuentran en la historia para el desarrollo de la misma.

  • Buonaventura Caroli
  • Agostino Caroli
  • Stephen
  • Tam Hiding
  • Sim Chapman
  • Jonah de Abingdon
  • Alwyn
  • Nell la Loca
  • Gram
  • Hijo del conde de Monmouth
  • Joseph Woodstock .
  • Gregory Longfellow
  • Guillaume

  • Loro Fiorentino:
  • Harry Mercer de Cheapside
  • Francis Bookman
  • Wilbert Wheatfield.
  • Guy de Bois
  • Mujer de Thornbury
  • Gilbert de Hereford
  • Will Tanner
  • Maldwyn Cook
  • Jeremiah Builder
  • Rollo
  • Eduardo III
  • Martin Chirurgien
  • Jonas Powdered

Adaptaciones televisivas

En el año dos mil diez, el libro Un Mundo Sin Fin  de Ken Follet, tuvo una adaptación a una serie televisiva. Contaba con ocho capítulos, de una duración de 45 minutos. Bajo la produccion de Tandem Communications, Scott Free Productions (Ridley Scott), Take 5 Productions y Galafilm.

Sin embargo la  adaptación no se parecía al argumento del libro, añadía situaciones y en otros casos excluye otras escenas, y en consecuencia no obtuvo el reconocimiento total del público tal y como esperaban los productores. Luego surgió la trilogía de un mundo sin fin.

Clasicismo social y religión, en el mundo sin fin

Cuando se habla de clasicismo social, se refiere las diferencias de clases sociales que se utilizan para determinar los aspectos de un grupo social por su posición económica, credo y religión y en Un mundo sin fin esta presente este fenómeno, que se abre paso desde la antigüedad hasta nuestros días. He aquí algunos ejemplos:

  • En Un Mundo Sin Fin, la ciencia y la religión entran en discusión con la expansión de la peste, sin embargo Ken Follett establece las potencias enemigas antes cuando hace que Caris visite a la curandera cuyos brebajes la llevan a ser acusada de heterodoxia. La percepción general de la patología y la salud de la que se dispone es que Dios envía la enfermedad como una penitencia  por la transgresión humana.

  • La función  o papel de la mujer como esposa y madre también estaba sujeto a los mandamientos  establecidos por Dios, y la pena impuesta o penitencia por salir de esa labor podría  ser sumamente severo. Caris luchaba contra esa imagen estándar pero, en el universo de esta historia, debe padecer los resultados, incluidos los cargos de sectarismos y hechicería y posible muerte.
  • La diferencias de y  entre las clases predominantes y los campesinos es un eje central de esta historia. Con avidez, perseverancia, y esfuerzo constante, algunos pudieron continuar y crecer en las líneas. Sin embargo es difícil luchar y cambiar los conceptos y contra las ideas establecidas, en cuanto se refiere en que todo está como Dios quiere.

Curiosidades de Un mundo sin fin

Las novelas a partir de su desarrollo, la mayoría de las veces parten de algún aspecto motivacional para el autor y se desprenden de ellas algunos puntos importantes que le dan un enfoque y perspectiva distinta. ¿Es esta una historia que carece de aspectos curiosos? La respuesta es: No. A continuación algunas curiosidades de la misma:

  • Publicada en dos mil siete, «Un mundo sin fin» es la segunda parte de «Los pilares de la tierra». La historia del libro se remonta a mil novecientos ochenta y nueve. Según Follet, los dieciocho años que separan las dos historias se debieron a que la primera novela era tan popular que estuvo temeroso por la idea de lograr tanto éxito como con la primera, que fue más de lo que esperaba. Al final, el libro no decepcionó y cumplió con las expectativas del lector.
  • El título originalmente radica en la frase de la oración cristiana «Gloria al Padre», que pronuncian los frailes  de Kingsbridge en un momento de la novela. Sin embargo, la traslación de esta plegaria al español para este termino fue «Por los siglos de los siglos», epígrafe que podría haber sido puesto a la obra en lugar de su traducción textual «Un mundo sin fin».
  • El autor reconoce haber sido inspirado por la catedral española de Santa María de Vitoria para escribir esta novela. El autor quedó encantado en dos mil dos por el proyecto de restauración general de la basílica, un innovador proceso de reconstrucción de una catedral ante la vista del público.

  • Expresa que sintió pena por  no tener conocimiento de su existencia y poner conocerlo antes. Hubiera podido aprovechar y trabajar en la creación de  «Los pilares de la tierra». La colaboración y relación cercana entre la Fundación Catedral Santa María y el autor por cinco años, así como la divulgación pública que Follet ofreció sobre el santuario vitoriano, quedó visible a modo de una figura modelada que la ciudad otorgó al prestigioso escritor.

Frases

  • Los hombres y las mujeres tienen sueños diferentes.
  • Había perdido toda su dignidad y tenía un aspecto patético. No obstante, Gwenda sintió más amor por él en esos momentos del que nunca antes había sentido.
  • La integridad personal es como una espada: no debería blandirse hasta el momento de ponerla a prueba.
  • Decía que cuando un hombre se rodea de leales acólitos es porque en realidad no tiene confianza en sí mismo.

Fragmento de Un mundo sin fin

El hospital estaba abarrotado y aunque no llegaba a distinguir con claridad a las otras familias que ocupaban el suelo del recinto, hacinadas como ovejas en un redil, percibía el rancio hedor que desprendían sus cálidos cuerpos. Faltaba poco para que despuntaban las primeras luces del día de Todos los Santos, fiesta de guardar que ese año además caía en domingo, por lo que sería día de especial precepto.

Por consiguiente, la víspera había sido noche de difuntos, azarosa ocasión en que los espíritus malignos vagaban libremente por doquier. Cientos de personas habían acudido a Kingsbridge desde las poblaciones vecinas, igual que la familia de Gwenda, a pasar la noche en el interior de los recintos sagrados del priorato para asistir a la misa de Todos los Santos con las primeras luces del alba.

A Gwenda le inquietaban los espíritus malignos, como a cualquier persona en su sano juicio, pero le preocupaba aún más lo que tendría que hacer durante el oficio.

Con la mirada perdida entre las sombras, intentó apartar de su mente el motivo de su angustia. Sabía que en la pared de enfrente se abría una ventana arqueada, y a pesar de que ésta carecía de cristal, pues sólo los edificios más importantes estaban acristalados, una cortinilla de hilo los protegía del frío aire otoñal. Sin embargo, ni siquiera alcanzaba a distinguir la débil silueta grisácea de la ventana. Se alegró; no quería que amaneciera.

Puede que no viera nada, pero sí llegaban hasta sus oídos multitud de sonidos distintos, como el de la paja que cubría el suelo y que susurraba constantemente cuando la gente se movía y cambiaba de postura durante el sueño. El murmullo de unas palabras cariñosas no tardó en acallar el llanto de un niño que parecía haber despertado de una pesadilla.

De vez en cuando se oía a alguien farfullar, hablando en sueños. En algún lugar una pareja hacía eso que hacían los padres pero de lo que nunca hablaban, eso que Gwenda llamaba «gruñir» porque no sabía con qué otra palabra describirlo.

Vio una luz antes de lo esperado. En la puerta del extremo oriental de la alargada estancia, detrás del altar, apareció un monje con una vela en la mano. La dejó sobre el ara, encendió una pajuela con la llama y recorrió la estancia para acercarla a las lámparas de las paredes, donde su sombra se alzaba hasta el techo, como un reflejo; la pajuela se unía a su propia sombra en la mecha de la lámpara.

La luz fue elevándose deprisa e iluminó hileras enteras de figuras ovilladas desperdigadas por el suelo, envueltas en sus anodinas capas o acurrucadas junto a sus vecinos en busca de calor. Los enfermos ocupaban los camastros dispuestos cerca del altar, donde podrían beneficiarse mejor de la santidad del recinto. Una escalera en el extremo opuesto conducía al piso superior, donde se encontraban las habitaciones para las visitas de la nobleza, estancias ocupadas en ese momento por el conde de Shiring y otros miembros de su familia.

El monje se inclinó sobre Gwenda para encender la lámpara que quedaba justo encima de su cabeza. El hombre se fijó en ella y le sonrió. La niña observó su rostro bajo la vacilante luz de la llama y vio que se trataba del hermano Godwyn, un joven apuesto que la noche anterior había tratado a Philemon con mucha amabilidad.

Junto a Gwenda había otra familia de su aldea: Samuel, un próspero campesino con grandes extensiones de tierra, su esposa y sus dos hijos, el menor de los cuales, Wulfric, era un arrapiezo de seis años convencido de que lanzar bellotas a las niñas y salir corriendo era lo más divertido del mundo.

La prosperidad no sonreía a la familia de Gwenda. Su padre no tenía tierras, por lo que se ofrecía de jornalero a quien pagara por sus servicios. En verano nunca faltaba trabajo, pero tras la recogida de la cosecha y la llegada del frío, la familia solía pasar hambre.Por eso Gwenda tenía que robar.

Solía imaginarse que la prendían: una mano robusta la agarraba por el brazo y la sujetaba con fuerza sobrehumana mientras ella trataba de zafarse sin éxito; una voz profunda y cruel le decía: «Vaya, vaya, una ladronzuela»; a continuación sentía el dolor y la humillación de un latigazo y después venía lo peor de todo, la agonía y la desesperación cuando le cortaban la mano.

Era el castigo que había sufrido su padre, al final de cuyo brazo izquierdo asomaba un muñón repugnante y arrugado. Se las arreglaba bien con la otra mano —podía cavar, ensillar un caballo, incluso tejer una red para cazar pájaros—, pero siempre era el último jornalero al que contratan en primavera y el primero del que prescindían con la llegada del otoño.

No podía abandonar la aldea y buscar trabajo en otro lugar porque el muñón lo delataba como ladrón y la gente se negaba a contratarlo. Cuando viajaba se ataba un guante relleno a la muñeca para que los extraños no lo rehuyeran, pero la engañifa no solía durar demasiado.

Gwenda no había presenciado el correctivo que le habían aplicado a su padre —todo había ocurrido antes de que ella naciera—, pero solía recrearse en su imaginación, y ya no podía dejar de pensar que lo mismo iba a sucederle a ella. Veía cómo caía la hoja del hacha sobre su muñeca, cómo se abría camino entre la piel y los huesos y cómo le separaba la mano del brazo en un adiós definitivo… En esos momentos tenía que apretar los dientes para no gritar.

La gente empezó a desperezarse, y algunos se estiran, otros bostezaban y otros se frotaban la cara. Gwenda se puso en pie y se sacudió la ropa. Todo lo que llevaba puesto había pertenecido en un momento u otro a su hermano mayor. Vestía un sayo de lana que le llegaba hasta las rodillas y una túnica por encima ajustada a la cintura con un cinto de cuerda de cáñamo.

Los zapatos habían llevado cordones, pero como tenía los ojales rotos, los había perdido, así que se los sujetaba a los pies con paja trenzada. En cuanto se remitió el pelo en el gorro de cola de ardilla, dio por terminado el acicalamiento.

Su padre la miró en ese momento y le señaló con disimulo la familia que tenían enfrente, una pareja de mediana edad con dos hijos un poco mayores que Gwenda. El hombre era bajo y enjuto, y lucía una barba pelirroja y rizada. Estaba ciñéndose una espada, lo que significaba que era un hombre de armas o un caballero, puesto que a la gente normal y corriente no se le permitía portar espadas. Su esposa era una mujer escuálida y malhumorada de bruscos modales.

—Buenos días, sir Gerald, lady Maud… —los saludó el hermano Godwyn con un respetuoso ademán de cabeza mientras Gwenda los observaba con atención.

Gwenda descubrió lo que había llamado la atención de su padre. Sir Gerald llevaba una pequeña bolsa sujeta al cinturón por una correa de cuero. La bolsita abultaba. Daba la impresión de estar repleta de varios cientos de pequeños y finos peniques, medios peniques y cuartos de penique de plata, la moneda inglesa en circulación en esa época.

Tanto dinero como el que su padre había ganado en un año si hubiera encontrado patrón, suficiente para sustentar a la familia hasta la época de arar los campos, en primavera. Tal vez incluso contuviera algunas monedas de oro extranjeras; florines de Florencia o ducados de Venecia.

Gwenda escondía un pequeño cuchillo en una funda de madera que llevaba colgada del cuello con un fino cordón. La afilada hoja cortaría la correa sin problemas y la abultada bolsa caería en su mano… siempre que sir Gerald no notara algo extraño y la sorprendiera antes de que ella hubiera terminado su trabajo.

Godwyn alzó la voz para hacerse oír por encima del bullicio general: —Por la gracia de Dios, quien nos inculca caridad, el desayuno se servirá después de la misa de Todos los Santos —anunció—. Mientras tanto, hay agua fresca en la fuente del patio. Por favor, no olvidéis utilizar las letrinas de fuera. ¡Nada de orinar aquí dentro!

Los hermanos y las monjas eran muy estrictos con la higiene. La noche anterior, Godwyn había sorprendido a un niño de seis años orinando en un rincón y había expulsado a toda la familia. Salvo que tuvieran un penique para una taberna, tendrían que pasar la fría noche de octubre tiritando en el suelo de piedra del pórtico oriental de la catedral. Tampoco se admitían animales. Al perro de tres patas de Gwenda, Brinco, le habían vetado la entrada y la niña se preguntaba dónde habría pasado la noche.

Una vez encendidas todas las lámparas, Godwyn abrió la pesada puerta de madera que daba al exterior. El aire nocturno frío y cortante heló las orejas y la punta de la nariz de Gwenda. Los huéspedes de esa noche se envolvieron en sus ropas y empezaron a salir arrastrando los pies. Cuando sir Gerald y su familia se pusieron en marcha, los padres de Gwenda se colocaron justo detrás, seguidos de la niña y de su hermano.

Philemon se había encargado de los hurtos hasta ese momento, pero el día anterior habían estado a punto de sorprenderlo en el mercado de Kingsbridge. Había birlado un pequeño tarro de un aceite muy caro del tenderete de un mercader italiano y se le había caído, por lo que todo el mundo lo había visto. Por fortuna, no se rompió al estrellarse contra el suelo. Philemon se había visto obligado a fingir que lo había derribado sin querer.

Hasta hacía poco Philemon era un niño diminuto que pasaba inadvertido, igual que Gwenda, pero en el último año había crecido varios centímetros, le había cambiado la voz y se había vuelto patoso y desmañado, como si no acabara de acostumbrarse a su nuevo cuerpo. La noche anterior, tras el incidente del tarro de aceite, el padre había anunciado que Philemon era demasiado grande para los hurtos que exigían sigilo y que, por consiguiente, esa responsabilidad recaería en Gwenda a partir de entonces.

Por eso la niña había permanecido en vela casi toda la noche. El verdadero nombre de Philemon era Holger. Cuando el niño tenía diez años decidió hacerse monje, por lo que le comunicó a todo el mundo que se había cambiado el nombre por el de Philemon, que sonaba más religioso. Para sorpresa de todos, la mayoría de la gente respetó su deseo, aunque sus padres seguían llamándolo Holger.

Cruzaron la puerta y vieron dos hileras de monjas ateridas que sujetaban unas antorchas encendidas para alumbrar el camino desde el hospital hasta el gran portalón occidental de la catedral de Kingsbridge. Las sombras jugueteaban allí donde el resplandor de las antorchas no alcanzaba a iluminar, como si los diablillos y los duendes de la noche corrieran a esconderse haciendo cabriolas, y lo único que les impidiera abalanzarse sobre las gentes fuera la protección de las hermanas.

Gwenda albergaba la esperanza de que Brinco estuviera esperándola fuera, pero no lo vio por ninguna parte. Tal vez había encontrado un lugar caliente donde dormir. Por el camino hasta la iglesia, el padre de Gwenda procuraba no alejarse demasiado de sir Gerald. Alguien le dio un doloroso tirón de pelo a la niña, que lanzó un chillido imaginando la mano de un duende; sin embargo, cuando se volvió sólo vio a Wulfric, su vecino de seis años.

El niño se puso rápidamente fuera de su alcance, riéndose. —¡Compórtate como Dios manda! —gruñó el padre del bribonzuelo, y le dio un capón. El pequeño se echó a llorar.

La inmensa iglesia era una masa informe que se alzaba por encima de la apelotonada multitud. Sólo se distinguían con claridad las partes más bajas, los arcos y los parteluces resaltados en rojo y anaranjado por la vacilante luz de las antorchas. La procesión aminoró el paso al acercarse a la entrada de la catedral, donde Gwenda divisó a un grupo de personas del lugar que se aproximaba por el otro lado.

La niña supuso que debían de sumar cientos, tal vez miles, aunque no estaba segura de cuánta gente se necesitaba para reunir a mil personas, ya que no sabía contar hasta un número tan alto. Una novela extensa, cargada de realismo histórico y fantasía que habla de religión, refleja los privilegios de la nobleza en la edad media; esa es Un mundo sin fin, queda invitado a continuar ampliando sus conocimientos literarios con los siguientes enlaces:

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